Jorge Landau: “Me siento orgulloso de estar asociado al Intendente con la UBA”

El diputado nacional mascwhitzense se explayó sobre temas de la actualidad política nacional y local en una entrevista.

Landau, el año pasado, en un acto junto a Guzmán.

No suele vérselo seguido por Escobar. Un poco porque hace rato que prefirió alejarse de la construcción política territorial, aunque no descuida a su reducida pero fiel tropa. Y en mayor medida porque el gobierno nacional requiere con asiduidad de sus servicios en delicadas misiones, particularmente con sus ingenierías electorales. Por eso, cuando reaparece en escena, Jorge Landau siempre que habla dice algo.

Tras una de sus periódicas reuniones con algunos de sus referentes en el distrito, el diputado nacional del PJ -por estas horas de descanso en su casa de Ingeniero Maschwitz- habló con El Día de Escobar sobre la actualidad política del país y del distrito. Su pasado con Luis Patti, la gestión de Sandro Guzmán, sus coincidencias con la Presidenta y el convenio firmado con la Universidad de Buenos Aires fueron algunos de los temas de la entrevista.

¿Qué evaluación hace del año que acaba de pasar y qué hecho rescataría como el más positivo?

Desde el punto de vista político fue un año bueno para la Argentina, porque ha mantenido estándares muy altos de actividad económica. A mi criterio, la reelección de Cristina fue el logro más importante, porque creo que es lo mejor que nos puede pasar como país.

No soy objetivo porque me resulta natural coincidir con ella en su visión del mundo y de lo que hay que hacer aquí, porque somos de la misma generación, tuvimos una formación política y profesional similar y, además, vivimos las mismas experiencias históricas argentinas y mundiales. En definitiva, yo también hago política porque me siento obligado a dejarles un país mejor a mis hijos.

Después de la experiencia de agosto, ¿considera que las elecciones primarias llegaron para quedarse?

Argentina todavía no ha recompuesto su sistema de partidos políticos, aunque creo que va en camino. En 2007 hubo 14 fórmulas presidenciales y ahora hubo 7, que, si bien es la mitad, para un electorado de 40 millones de habitantes sigue siendo un número elevado. Esto indica un fuerte fraccionamiento en la voluntad popular y la inexistencia de opciones alternativas consolidadas al partido oficialista. Creo que, por lo menos para una elección presidencial más, es necesario que se siga aplicando esta ley. Y también necesitaríamos que se unifiquen en un solo día todas las elecciones provinciales con la nacional. Eso es parte de la segunda etapa de la reforma política.

¿Pero nacionalizar las elecciones no eclipsa los debates que deben darse las provincias y los municipios para elegir a sus candidatos?

Al contrario, yo creo que lo que requiere Argentina es un debate en cuanto a un proyecto o un modelo nacional. Uno de los graves problemas que tiene el país es el acendrado federalismo. Los países mejor administrados, generalmente, tienen planteos unitarios, como Chile, Uruguay o Bolivia, que son los que muchas veces se utilizan como paradigmas para que nos miremos.

¿Cómo ve la gestión de Sandro Guzmán? ¿Hay una sintonía fina con el gobierno nacional?

Creo que el gran mérito que ha tenido Sandro, a diferencia de las gestiones anteriores, es haber encontrado una buena sintonía con el gobierno nacional y con el gobierno provincial. Eso permitió que la transformación que ha vivido la Argentina en estos años también llegue a nuestro municipio. Naturalmente que hay cosas para mejorar o corregir, pero las obras están y eso es lo que disfrutan los vecinos.

¿Considera que esta primera gestión de Guzmán ha sido mejor que la primera de Luis Patti, que usted en su momento impulsó y que también tuvo un fuerte apoyo a nivel nacional y provincial?

Sin dudas. Lo que tuvo de ponderable la primera parte de la gestión de Patti fue haber generado una suerte de inflexión en la historia de Escobar, porque de pronto se entraron a mover un montón de cosas que estaban paradas, puso en marcha las energías dormidas de Escobar. Pero después cometió muchos errores. Haber aislado a Escobar del país por sus caprichos y errores políticos le hizo perder una cantidad de oportunidades y ventajas al distrito.

Por ejemplo, cuando nosotros firmamos el convenio con la UBA, Florencio Varela tenía los mismos estándares sociales y educaciones que teníamos acá. Hoy tiene su propia universidad. Y nosotros recién ahora estamos volviendo a retomar lo que el necio de Patti impidió que se desarrollara, porque solamente la estupidez puede justificar que alguien no haya querido que Escobar tenga su diversidad. También habría que enjuiciarlo por estas cosas, son imperdonables…

A propósito de Patti, ¿qué opina de su situación?

Patti fue ya condenado de por vida por una justicia independiente, con un proceso que tuvo todas las garantías y con un fallo consistente. Los diputados nos pronunciamos contra su ingreso y yo formé parte de esa voluntad, incluso dije en aquel momento que en los noventa era de los que creía que había que dar vuelta la página sobre el pasado, pero que instalada por Néstor Kirchner la discusión sobre el terrorismo de Estado mi lugar nunca cambió, está siempre junto a los reprimidos, que hemos sido los que luchamos para cambiar este país y, en consecuencia, condenando a los represores. El saldo que nos queda para los escobarenses es, en definitiva, el que Escobar fue asociado con la violación de los derechos humanos y con la impunidad. Y es mejor que te asocien con la capital de la flor o con la UBA, ¿no? Por eso debemos aprender de los errores del pasado y analizar la gestión municipal de Patti en términos históricos: ya pasaron dieciséis años del 72% de los votos. Y Escobar debe mirar hacia adelante.

Ya que mencionó a la UBA, ¿cree que el Municipio actuó motu proprio o que se debió al reclamo de los estudiantes universitarios?

Eso es falso. Además, yo tuve que ver con la firma de este convenio. Personalmente fui con el intendente a hablar con el rector de la Universidad, la gestión la hice con el vicerrector de la universidad, el doctor (Alberto) Barbieri, que es a su vez decano de Ciencias Económicas. Armamos la reunión y nosotros nos peleamos con la gente de Desarrollo Social de la Nación, que fue obstaculizando la firma del convenio, hasta que finalmente la presión que ejerció el intendente permitió que el convenio se firmara. En mi criterio, francamente, los estudiantes no tuvieron nada que ver en esta cuestión. No menosprecio las manifestaciones estudiantiles para tener la sede propia y que eso hizo que el tema estuviera instalado, pero la realidad de la solución de la sede pasó por otro lado.

Siento que el hecho de que la universidad no esté instalada en Escobar es una suerte de deuda que tengo con la comunidad. Es un problema mío, personal, algo que quiero que el pueblo tenga y que todavía no ha tenido. Por eso me siento muy orgulloso de estar asociado al intendente en esto.

¿Cree que Mariotto se va a comer a Scioli, como algunos plantean?

Las fórmulas siempre son compuestas. Hace cuatro años, quien designó a Alberto Balestrini para vicegobernador fue el gobierno nacional. De la misma forma que lo designó a Mariotto. Mariotto tiene una modalidad distinta a la que tenía Balestrini, de modo que esta cuestión de la coexistencia y el proyecto tiene que ver con la presencia del gobierno nacional en la provincia de Buenos Aires. Lo que plantea Mariotto es un alineamiento con el gobierno nacional. Eso no va en desmedro a la gestión de Daniel Scioli, pero sí marca que el sesgo de la relación va a ser siempre esa. No hay políticas bonaerenses sin políticas nacionales. Yo creo que la fórmula va a funcionar bien.

¿Ve sustentabilidad en el modelo respecto a la aparición de nuevos liderazgos?

Yo creo que el justicialismo, con la impronta que la ha impuesto Cristina y antes Néstor, ha traído una transformación en el país y dentro del propio peronismo. Lo que permite es una transformación en las propias estructuras partidarias y permite que haya nuevas figuras. Hay que ir esperando estos próximos años para ir viendo cómo decanta ese proceso de transformación interno de las estructuras y los distintos liderazgos que van a ir apareciendo. Pero hay un nuevo país y, en consecuencia, va a haber un nuevo peronismo que interprete ese país.

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