“Lo que pasó con la causa de Luis Gerez me desilusiona”

portada Mariano Molina manifestó su sinsabor por el inminente archivo del resonante caso, ocurrido en 2006. “El poder político se abrió de gambas”, acusa.

Molina contradijo al fiscal Flores.

El abogado Molina contradijo al fiscal Flores.

El informe sobre “El caso Gerez” publicado por la revista DIA 32, en su edición de diciembre, volvió a instalar en ciertos sectores de la opinión pública escobarense un tema que hace tres años estaba en boca de todo el país y ahora ha caído en el más absoluto olvido. A tal punto que la investigación judicial quedó a la deriva y se encamina hacia el inexorable archivo del expediente.

En esa línea de repercusiones, el abogado del albañil y popular militante peronista, Mariano Molina, se comunicó con El Día de Escobar -donde también se publicó el informe- para solicitar un derecho a réplica sobre las declaraciones de los fiscales a DIA 32 y dar su visión del mentado y confuso caso.

¿Cómo se explica, según su óptica, que un caso con tanta resonancia haya quedado en la nada más absoluta?

Uno de los grandes problemas que ha tenido este caso es que no se supo contextualizarlo. De hecho, en la entrevista con DIA 32 el fiscal (Facundo) Flores dice que no encontró ningún tipo de relación política. Si con eso se refiere a que no encontró a ningún político que haya secuestrado a Luis Gerez, puedo entender que esa sea su postura. Pero que el secuestro de Gerez no haya tenido un contexto de situación política no lo veo así, para nada. Se trata de un testigo en causas de derechos humanos contra una persona acusada de torturas, que al poco tiempo quedó detenida, procesada y, ahora, con fecha próxima de juicio oral, dentro de un contexto donde al mes de la desaparición de Julio López otros compañeros habían sido amenazados, todos ellos también testigos en causas de derechos humanos. El contexto de la relación política se tendría que haber dado desde ese lugar. Y esta misma hipótesis fue la que planteó, en su momento, el juez (Arnaldo) Corazza, cuando pidió copia certificada de la causa, con lo que después nunca se supo en qué quedó.

¿Cuál fue, para usted, el principal obstáculo para que la investigación tenga éxito?

La no contextualización fue un motivo importante, así como la visión de la fiscalía, que no estaba preparada para una situación como esa, como no lo está nadie en el departamento judicial Zárate-Campana. Es más, así lo reconoció la entonces fiscal general departamental, la doctora Liliana Maero. Además, durante los dos primeros meses de la investigación, que son cruciales, la fiscalía solo tenía un objetivo: el “famoso” entorno, del cual incluso yo formaba parte. No es que haya estado mal que nos intervengan los teléfonos a las 24 horas de ocurrido el hecho; el problema es que no hicieran lo mismo con la otra cara de la moneda. Las intervenciones telefónicas de Luis Abelardo Patti y de su entorno, incluyendo el Paufe, se ordenaron recién dos meses después. Es más, hay un legajo donde a los tres días de ordenadas estas intervenciones, autorizadas por la Jueza de Garantías, los informes de los servicios de inteligencia le dicen a la fiscalía que cinco teléfonos ya no están en funcionamiento. O sea, llegaron tarde. Quizás no se llegaba a ningún lado, pero se hubieran podido ampliar las líneas investigativas.

¿Comparte que también haya sido un obstáculo que Gerez no brindara información más precisa o útil para la fiscalía, como señaló Flores?

No, eso es una falacia; hablando derecho, una hijaputez. La ley ni ningún funcionario público pueden poner en cabeza de la víctima la aventura de una investigación. Como mínimo, es una guachada. Yo soy evangelista, pero esto es como dicen los pastores: “Tené fe en Dios y te vas a curar el cáncer. Y si no te curás, es porque no tuviste fe”. Esto es más o menos parecido: es una profecía autocumplida. Pongo un ejemplo: ¿Qué pasaba si Luis Gerez aparecía muerto? ¿Qué iban a decir? ¿Que la investigación fracasó porque no le pudieron tomar declaración? Desde mi visión, quieren cubrir su propia ineficacia.

Con respecto al entorno, los fiscales plantearon que de las escuchas surgieron conversaciones llamativas, suspicaces. ¿Reconoce que se dio un comportamiento llamativo de algunos allegados a Gerez?

Sí, pero también reconozco que el entorno tuvo reacciones muy lógicas de personas que han sufrido las persecuciones de los ’70, que todo lo ven desde el ámbito político y no creían en cuestiones judiciales. Como yo no soy penalista no iba a intervenir en la causa, pero en ese momento peleaba para que haya un letrado que contribuya en la causa, y así fue que apareció el doctor (César) Sivo. Pero para entonces perdimos quince días.

Flores dijo que se chequearon todas las líneas investigativas que había, ¿usted comparte que sea así o cree que han quedado diligencias pendientes?

Sí, se han chequeado las líneas de investigación, pasa que se hizo extemporáneamente. La propia fiscal (Andrea) Palacios reconoció delante de mí, de Gerez y de otros funcionarios que en estos casos las pruebas se pierden con el tiempo. Mientras más se tarde, menos posible es encontrar la verdad. Aunque creo que la verdad todavía puede llegar a surgir en algún momento. En eso coincido con Luis. Este es un país donde hemos conocido verdades muchos años después.

Al final, ¿está probado o no que se haya tratado de un secuestro?

Yo sé que fehacientemente hubo un secuestro y, aparte, la propia fiscalía lo reconoció. Irónicamente, gracias a Patti, que cuando fue citado a declarar como testigo presentó un escrito solicitando que se investigue y se procese a Gerez por falso testimonio, a lo cual la fiscalía, a la semana siguiente, le contestó que tenía todos los elementos acreditados para investigar un delito. Que no se haya podido encontrar al autor, es otro tema. Flores dice en la entrevista que tampoco se encontró una razón para el secuestro, pero el motivo de los delitos no es determinante -aunque sí importante- para el esclarecimiento del hecho. Yo creo que existió un claro motivo político en el contexto que describí. Pero fiscalía no lo ve de esa manera, aunque quiero aclarar que no les atribuyo mala fe a los fiscales.

¿Faltó más respaldo político para que la investigación arribe a algún punto?

Sí, lamentablemente, en este país si tenés apoyo político se esclarecen las cosas y si no lo tenés, no se esclarecen. En este caso, coincido con Flores: había muchas verdades dando vueltas y al poder político, en determinado momento, le interesó una: ganar las elecciones. No nos olvidemos que el kirchnerismo, en Escobar, terminó apoyando al Paufe. Con eso está todo dicho.

Gerez admitió que quizás al gobierno nacional no le haya convenido que se sepa la verdad, ¿usted también piensa así?

No es una especulación, yo lo he vivido en carne propia. En su momento teníamos todo el apoyo, pero después todo el mundo se abrió de gambas y lo único que pasó a importar fueron los sillones que estaban en juego en las elecciones de 2007. No importaba nada más. Y por eso, sin duda alguna, se va a terminar archivando la causa.

¿Y qué sensación le deja esto?

Desde el punto de vista profesional, aprendí un montón y me conocí como letrado, teniendo que enfrentar fuerzas superpoderosas. Desde el punto de vista del ciudadano me deja un sabor amargo, muy amargo. Sigo creyendo en la Justicia y en las leyes, creo que podemos cambiar, pero lo que ha pasado con este hecho es una desilusión.

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