“Simplemente, déjalo ser”

A cuarenta años de la grabación de “Let It Be”, el último disco de los fabulosos cuatro de Liverpool.

Déjalo ser… Solo dos palabras bastaron para que este disco de la banda de Liverpool pasase a la historia, fue el último trabajo editado por los Beatles, el que los haría volver a las raíces, tal vez perdidas por la psicodelia y todos los cambios personales de cada integrante al tener cada vez más protagonismo en los discos antecesores.

A comienzos de 1969 Paul McCartney llegó a los estudios Abbey Road con la idea de un proyecto que volviese a unir ese espíritu de raíces Beatles que habían dejado atrás. El mismo se conocería con el nombre de “Get Back”. Para mostrar el trabajo interno, y de paso desacreditar los supuestos rumores de internas personales dentro del seno del grupo, se propuso hacer un documental de la grabación del disco, el cual llevaría el mismo nombre.

Durante quince días, del 2 al 17 de enero de 1969, en los estudios Twickenham, grabaron varias horas de canciones propias, clásicos del rhythm and blues como “Maggie May”, un tema ensayado en enero del 69 ‘que quedó a medio terminar pero que igual se incluyó en el disco. Después hubo largas zapadas de frases improvisadas por Lennon que duraban horas, de la cual salió el tema “Dig It”, que le da crédito autoral a los cuatro Beatles.

A pesar de momentos de recreo tocando, también hubo situaciones tensas entre Paul y George en donde McCartney le exigía la perfección todo el tiempo, como si hubiese tomado el mando del proyecto. Eso hizo irritar a George a tal punto que Harrison le responde que va a tocar lo que él le pida, aunque eso implique no tocar nada. “Ya dejaste de ser molesto”, dijo Harrison, visiblemente enojado.

Sin embargo, las tensiones estaban a flor de piel y la más destacada fue entre George y John. Luego de ser relegado durante años, Harrison ahora se encontraba con que Yoko Ono a veces tenía tanta o más participación que él en reuniones de la banda. Cuando surgían cuestiones de importancia crucial, Lennon se quedaba callado y le cedía la palabra a Yoko para que dijera cualquier cosa que se le pasara por la cabeza.

Finalmente, Harrison llegó a un punto de quiebre. Una tarde del 10 de enero, él y John se pelearon y luego tuvieron que salir a desmentir que hubieran llegado a las manos (aunque George Martin luego lo confirmó, pero que en el momento se había “tapado todo”). En el film “Let It Be” se puede apreciar a George renunciando a la banda. “Me voy de acá”, dijo, guardando su guitarra.

McCartney y Starr quedaron sorprendidos, pero Lennon se mantuvo ajeno y se puso a tocar “A Quick One, While He’s Away”, de The Who, en realidad para burlarse de la angustia de Harrison.

El domingo 12 de enero, los cuatro se reunieron en casa de Starr para tratar de limar asperezas, pero George, al ver que Yoko seguía hablando en nombre de Lennon, se fue. Los Beatles finalmente llegaron a un acuerdo días más tarde, pero Harrison puso una condición estricta para volver: no volverían a trabajar en los estudios Twickenham.

Dos semanas después de la partida de George, los Beatles volvieron a grabar, pero esta vez en un estudio improvisado en el sótano de las oficinas de Apple, en Saville Row. Ese mismo día, Harriosn llevó al tecladista Billy Preston. Ellos lo conocían de Hamburgo, en 1962, y era tanto el afecto que le tenían que hasta se propuso que sea el quinto beatle.

El 29 de enero se sugirió que organizaran un concierto a la tarde siguiente en la terraza de Apple. Al otro día, los Beatles, acompañados por Preston, subieron al improvisado escenario. Durante casi una hora tocaron para los londinenses y así sellaron el cierre de las grabaciones de “Let It Be”, aunque todavía no tendría fecha de salida.

Luego vendría la grabación de “Abbey Road” y finalmente, entre tantas idas y venidas, el 8 de mayo de 1970 salió a la calle “Let It Be”, el cual sería el último disco de los fabulosos cuatro de Liverpool, para así, simplemente, dejarlos ser.

Por Gonzalo Ferretti
Belén de Escobar

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