“José Martí y el origen del Día del Trabajador”

Se recuerda en todo el mundo, menos en Estados Unidos, donde todo comenzó. Por Marcos B. Federman.

El 1º de Mayo es el Día Internacional del Trabajador. Se recuerda en todo el mundo, excepto en los Estados Unidos… casualmente, donde todo comenzó.
Ahí, los laburantes se hartaron de tener jornadas eternas de trabajo y organizaron una huelga general reclamando una jornada de 8 horas (no tan pretenciosos). Hubo represión y muerte en el corazón del futuro imperio. No era casualidad.
El capitalismo industrial se imponía con botas de plomo y leyes anti-obreras. El futuro de Estados Unidos estaba en ser la abanderada de la libertad de mercado, y unos miles de obreros organizados no fueron suficientes para torcer la historia.
Los organizadores de la huelga fueron juzgados y condenados. Varios fueron ahorcados con cuerdas legales.
Jose Martí era periodista y corresponsal de La Nación en Chicago (además de haber sido el “San Martín del Caribe”, por calificarlo de alguna manera simple y rápidamente).
Él nos dejó un relato del nacimiento del 1º de Mayo.
¡Salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso, como en un teatro… Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: “La voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora”. Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable…”.
Por B. Marcos Federman

El 1º de Mayo es el Día Internacional del Trabajador. Se recuerda en todo el mundo, excepto en los Estados Unidos… casualmente, donde todo comenzó.

Ahí, los laburantes se hartaron de tener jornadas eternas de trabajo y organizaron una huelga general reclamando una jornada de 8 horas (no tan pretenciosos). Hubo represión y muerte en el corazón del futuro imperio. No era casualidad.

El capitalismo industrial se imponía con botas de plomo y leyes anti-obreras. El futuro de Estados Unidos estaba en ser la abanderada de la libertad de mercado, y unos miles de obreros organizados no fueron suficientes para torcer la historia.

Los organizadores de la huelga fueron juzgados y condenados. Varios fueron ahorcados con cuerdas legales.

Jose Martí era periodista y corresponsal de La Nación en Chicago (además de haber sido el “San Martín del Caribe”, por calificarlo de alguna manera simple y rápidamente).

Él nos dejó un relato del nacimiento del 1º de Mayo.

¡Salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso, como en un teatro… Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: “La voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora”. Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable….

Por B. Marcos Federman

Dejá tu comentario

Seguí leyendo