Broma pesada: Evacuan el colegio Carlos Maschwitz por una amenaza de bomba

El hecho ocurrió en el edificio del nivel secundario, a partir de una llamada telefónica con una advertencia intimidante: “Van a volar todos”. Sin embargo, los peritos determinaron que no había ningún artefacto explosivo. Alumnos bajo sospecha.

Fuera de peligro. La llamada resultó una broma tonta: en el colegio de la calle Maipú no había ningún explosivo.

El hecho ocurrió en el edificio del nivel secundario, a partir de una llamada telefónica con una advertencia intimidante: “Van a volar todos”. Sin embargo, los peritos determinaron que no había ningún artefacto explosivo.

La semana empezó más que movida para el colegio secundario Carlos Maschwitz, que esta mañana debió evacuar a sus alumnos luego de recibir una llamada telefónica con una amenaza de bomba. Como suele ocurrir, solo se trató de una broma pesada.

El hecho ocurrió pasadas las 11, cuando la secretaria del establecimiento, Cristina Del Campo, levantó el teléfono para atender un llamado y recibió un mensaje por demás intimidante: “Van a volar todos”, le espetó una voz masculina, que enseguida cortó la comunicación.

Tras alertar de inmediato a la Policía, las autoridades educativas procedieron a evacuar rápidamente el edificio, ubicado en la calle Maipú 1068, en pleno centro de la localidad. Después se dispuso un perímetro de seguridad que incluyó a bomberos voluntarios y personal de Tránsito municipal, que debió cortar los accesos a esa arteria.

Luego de recorrer minuciosamente las instalaciones, el perito de la División Explosivos de San Isidro, subteniente Andrés Britos, confirmó que se trataba de una falsa alarma, ya que en el edificio no había ningún artefacto de peligro. Así que las clases pudieron volver a su curso habitual.

Los investigadores sospechan que el llamado habría sido ideado por un alumno para zafar de una prueba, según deslizaron fuentes policiales a El Día de Escobar.

Debido a esta amenaza de bomba tuvo que intervenir el juzgado federal de Zárate-Campana, que abrió una causa por “intimidación pública”, delito que puede ser reprimido con dos a seis años de prisión.

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