Entre gallos y medianoche, con un trámite legislativo inusualmente expeditivo y sin lugar a ningún debate abierto, a pesar del firme rechazo de muchos vecinos, el Concejo Deliberante de Escobar trató y aprobó por unanimidad este viernes a la mañana, en sesión extraordinaria, la autorización para que pueda instalarse una sala de bingo en la rotonda de ruta 26 y Panamericana, en la localidad de Ingeniero Maschwitz.
La sesión, convocada a las apuradas el martes para cumplir con la mínima antelación reglamentaria, se desarrolló a partir de las 9.30, con una puntualidad suiza y en un clima de mucha tensión. Afuera del recinto quedó la mayoría de los vecinos que se movilizaron para expresar su oposición al proyecto. Adentro, buena parte de los contados asientos destinados al público los ocuparon personas afines al oficialismo.
Quienes tuvieron que permanecer puertas afuera, en la vereda de Tapia de Cruz 1280, se quedaron masticando bronca. Algunas mujeres perdieron la paciencia y empezaron a gritar contra la puerta de vidrio exigiendo que les permitan ingresar. Nadie les respondió. En las columnas y las paredes, numerosas cartulinas escritas a mano dejaron testimonio del malestar, tanto con el oficialismo como con la oposición. “No al bingo”, “Chorros todos”, “No abstenerse, traidores” y “No al bingo y la corrupción”, eran las consignas predominantes.
A pesar de la gente que quedó afuera, adentro el clima no fue mucho más tranquilo. “Chorros” y “corruptos” fueron algunos de los epítetos que resonaron en la sala de sesiones, sin destinatarios particulares. La presidenta del Concejo, Laura Guazzaroni, amenazó varias veces con desalojar a quienes lanzaban exabruptos. Con nerviosismo y firmeza, logró que la situación no se saliera de cauce. Pero no pudo bajar la tensión.

La secretaria de Seguridad del Municipio, Rocío Fernández, estuvo al frente del operativo que se dispuso tanto en el interior como en el exterior del edificio, donde preventores comunitarios y policías custodiaron los accesos al Palacio Legislativo y sus inmediaciones, además de marcar una presencia disuasiva.
La votación del expediente para habilitar la construcción de una sala de bingo en Maschwitz contó con la presencia de 20 concejales. Todos a favor. A minutos de haberse iniciado la sesión, Gabriela Hernández (PRO Libertad) se retiró del recinto. Otras dos opositoras directamente optaron por no sentarse en sus bancas: Florencia Campo Dall Orto (PRO Libertad) y Carina Chmit (Compromiso con Escobar), en una actitud cuanto menos sugestiva. La cuarta ausente fue Flavia Battistiol (Unión por la Patria).
Que todo este revuelo se haya generado por un proyecto presentado por el presidente del bloque de concejales de Juntos por el Cambio, Leandro Goroyesky, es más sugestivo aún. Sobre todo teniendo en cuenta que el expediente se tramitó en tiempo récord -trece días hábiles-, tuvo pleno apoyo del Ejecutivo y una sorpresiva convocatoria a sesión extraordinaria a fin de año.
El tratamiento del proyecto se consumó en veinte minutos, con cinco oradores y sin disidencias entre las bancas. El único rechazo al bingo fue de los vecinos.

Voces en las bancas
El primer orador de la sesión fue Goroyesky, que se hizo cargo de oficiar como patrocinador del proyecto para instalar el bingo en Maschwitz. “Tenemos que ver el aspecto positivo y ponderar un marco normativo que permita que más y mejores inversiones se acerquen al distrito, porque eso va a implicar que más escobarenses tengan trabajo”, expresó.
“Estamos hablando de una inversión privada muy importante, no es solo una sala de bingo, sino un desarrollo integral, con hotelería y locales comerciales, que va a permitir que el distrito crezca y va a generar 450 puestos de trabajo”, señaló. A su vez, el concejal del PRO se manifestó abierto a discutir con quienes no están de acuerdo, “pero siempre con respeto, para que un proyecto de tanta envergadura como este tenga la mayor aceptación posible”.

Por el lado de La Libertad Avanza, que tiene tres miembros, la portavoz fue Sandra De Boeuf. Aunque dijo no entender “la celeridad en el tratamiento de este expediente” y lamentó “que no dejen entrar a los vecinos a la Casa del Pueblo”, antepuso “la generación de empleo genuino” para inclinar el voto de su bloque a favor del proyecto. También valoro la promesa de que el bingo aporte una suma mensual a la cooperadora del Hospital del Bicentenario, que a valores actuales sería de 25 millones de pesos.
Después habló Griselda Aristi, del monobloque Unión Liberal. Enojada, replicó a una vecina que trató a los concejales de “chorros y delincuentes”. “Yo no tengo nada que esconder”, sostuvo. Y agregó: “Cuando uno legisla, no lo hace para un grupo, lo hace para toda la comunidad”. Al igual que los ediles preopinantes, ella también justificó su voto en la creación de empleo y las donaciones que recibiría el hospital de Garín, entre otros argumentos.
También especuló con que la empresa que instale el bingo “encontrará una solución al caos de tránsito” en la intersección de Panamericana y ruta 26. Y refutó la idea de que este proyecto fomentaría la ludopatía con una anécdota familiar: “Mis padres se conocieron en el casino de Río Hondo y ninguno de sus hijos y nietos salimos jugadores. No jugamos ni a la bolita. Nada tiene que ver la creación de un bingo con la ludopatía. Esto trae progreso para Escobar”, aseguró.
A continuación pidió la palabra el radical Diego Castagnaro (Cambia Escobar), quien reconoció que se trata de “un tema controversial”, pero afirmó que “lo que se está tratando hoy no tiene nada que ver con las mafias ni con las drogas ni con la prostitución”. “Espero que las diferencias y dudas que hay sobre este proyecto se puedan zanjar en audiencias públicas, porque se trata de una inversión privada importante”, destacó.

Para el cierre de la ronda de oradores quedó el jefe de la bancada oficialista, Javier Rehl. En primer lugar, pidió “reconocer la figura del concejal Leandro Goroyesky”, a quien le atribuyó la virtud de “haber articulado para que vengan inversiones privadas al distrito, en un momento tan complejo para Argentina”. Después, elogió al intendente Ariel Sujarchuk por haber “generado las condiciones” para que a Escobar lleguen inversiones y “siga transformándose y progresando”.
“No se pueden soslayar algunas de las expresiones que se vertieron hoy. Acá no puede haber ningún tipo de sospecha, porque no hay cuestiones raras. Acá lo que hay es una inversión privada, dispuesta a poder hacerlo de manera rápida y donde el Municipio y la Provincia van a controlar que se cumplan todos los requerimientos técnicos. Por eso, no tiene que haber temor”, concluyó Rehl. Tras sus palabras se hizo la votación, que dio aprobado por unanimidad el proyecto de ordenanza.

La versión oficial
Al término de la sesión, el Concejo Deliberante emitió un comunicado de prensa donde destacó que la ordenanza sancionada este viernes “contempla la construcción de un centro comercial y recreativo en la intersección de la Colectora Oeste y ruta 26, en la localidad de Ingeniero Maschwitz”.
“El desarrollo contempla la instalación de servicios de hotelería, una sala de juegos, locales comerciales, patio gastronómico, centros de estética y gimnasios, entre otros rubros”, señala el texto oficial.
En otro párrafo, consigna que “el proyecto de Juntos por el Cambio tuvo modificaciones en su paso por comisión, que incluyeron la participación obligatoria del Municipio en las autorizaciones, habilitaciones y estudios de factibilidad, haciendo fundamental hincapié en la sostenibilidad del emprendimiento ante su posible impacto ambiental”.
“De esta manera, la Municipalidad de Escobar asumirá una responsabilidad directa en el cuidado de los recursos naturales, más allá de las atribuciones de control de la provincia de Buenos Aires”, señala el comunicado.

Respecto a la decisión de no dejar entrar a la sala a la mayoría de los vecinos que se movilizaron, la explicación oficial fue que la sesión se realizó “en un recinto colmado que completó su aforo permitido con la presencia de vecinos, por lo que otro grupo de personas debió seguir la sesión desde la vereda”.
“Si bien los detalles edilicios del emprendimiento aún no están definidos, el proyecto aprobado se adapta al cumplimiento de los indicadores urbanísticos que rigen desde 2016 y que tienen como objetivo el desarrollo de un corredor comercial entre Ingeniero Maschwitz y Maquinista Savio de alrededor de 600 metros en ambos extremos de la ruta, prohibiendo expresamente construcciones de más de 12 metros de altura y la instalación de determinados rubros como locales bailables, salones de fiestas, criaderos de animales, funerarias, industrias y talleres, entre otros”.
“Además, ante la eventualidad de la construcción del centro comercial deberán llevarse a cabo audiencias públicas con la participación de vecinos, tal cual establecen las normativas vigentes, garantizando el cumplimiento en materia ambiental, vial y de servicios esenciales como agua potable, cloacas, instalación de tecnologías verdes, sistemas de ahorro energético y programas de Responsabilidad Social Empresaria que beneficien a la comunidad del partido de Escobar”, concluye el comunicado.