Sí al voto a los 16 años

La mayoría de los pibes tienen una mirada colectiva y un compromiso social que nuestra generación no tiene. Por Leticia Silva.

Pensar en la posibilidad de ampliar derechos, permitiendo que los pibes de 16 y 17 años puedan votar si lo desean, es realmente un tema que amerita varios análisis y lecturas. Sobre todo porque la pobreza argumental de quienes no están de acuerdo dista bastante de tener la posibilidad de establecer un debate.

Decir que un pibe no está capacitado para votar a los 16 años porque no tiene la educación necesaria me permite concluir que esas personas piensan en el voto calificado. Es decir, solo aquellos que tengan formación académica pueden acceder a este derecho.

No hubo medio de comunicación que no sentara adultos discutiendo sobre la posibilidad de darle un derecho a los pibes. Pero, me pregunto: ¿por qué no consultan a los pibes? Seguimos con la misma idea de debatir y decidir sobre sus derechos sin darles lugar para que tomen la palabra.

El argumento de la oposición política es que este gobierno simplemente plantea esta posibilidad por cuestiones electorales. ¿Será quizás que el sector del Frente para la Victoria tiene algo para ofrecerles? ¿No será hora de que, en lugar de criticar lo que hace el gobierno, los otros partidos generen espacios de participación dándoles el lugar que corresponde? Y, por sobre todo, aun si todos los jóvenes fueran a votar no tendrían una influencia notoria en los porcentajes finales para ganar una elección.

Otro argumento es que este gobierno “quiere manipularlos”. ¡Qué poco conocen a los pibes! No solo desvalorizan el voto de los sectores vulnerables. El mejor ejemplo fue escuchar a Beatriz Sarlo decir que “un pobre no puede pensar”. De la misma manera que menosprecian esos votos, ahora lo hacen con los pibes.

Tienen tanto para aprender de los pibes… Los pibes piensan, no tienen pelos en la lengua, son políticamente incorrectos, se revelan ante las injusticias, no están contaminados. Déjenlos vivir este momento, porque es de ellos, y nosotros no somos quiénes para cortarles las alas. Si ellos pueden ser manipulados, también pueden serlo los de 20 ó 50 años. Es más fácil lograr que un adulto vote por conveniencias personales a que un joven lo haga, ya que la mayoría de los adolescentes hoy tiene una mirada colectiva y un compromiso social que nuestra generación no tiene.

Los que sientan la necesidad de ser parte, allá irán, frente a las urnas, a hacer sentir su compromiso ciudadano. Y el que crea que no está preparado buscará el momento para hacerlo cuando quiera. Pero no los subestimen.

Un alumno de la escuela en la que trabajo, cuando en un programa de radio le preguntaron qué pensaba del voto a los 16 años expresó: “Si a los 16 años, según la ley, debemos responder por nuestros actos y no somos inimputables, ¿por qué no podemos votar?”. Más claro, imposible.

El problema más grande de ciertos sectores es que ahora esa juventud invisible por muchos años, esos años donde solo se veía a los jóvenes de sectores “ilustrados”, fue incluida y ganó espacios.

Hoy los pibes no van a aceptar un proyecto de país con más ricos a costa de más pobres. Quizás ese sea el gran problema para quienes se oponen.

Me quedo con una frase de don Arturo Jauretche: “La juventud tiene su lucha, que es derribar a las oligarquías entregadoras, a los conductores que desorientan y a los intereses extraños que nos explotan”.

Dejemos que las urnas hablen. Sería maravilloso poder ver en las próximas elecciones a pibes que se sienten parte de esta sociedad y están comprometidos con su país. Un país que les pertenece y cuya historia deberá ser escrita por ellos.

Por Leticia Silvia

leticiasilvapulido@hotmail.com

Directora de la Escuela Secundaria Nº 11 de Garín e integrante de la Agrupación Docente “Arturo Jauretche”

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