Tras cuatro décadas, Maschwitz tuvo una nueva función de cine

La magia y el encanto del antiguo “Gloria” revivieron en la sala de la Sociedad de Fomento.

En la Sociedad de Fomento de Ingeniero Maschwitz, un colorido mural, el cartel de venta de pochoclos iluminado en la oscuridad de la sala y decenas de vecinos disfrutando de “Cinema Paradiso” dieron la pauta de que Colectivo Cultural había logrado su objetivo.
Esta flamante ONG, que desde noviembre del año pasado viene promoviendo la cultura en Ingeniero Maschwitz, reabrió las puertas del antiguo y añorado  “Cine Gloria”.
“El proyecto recién comienza, hoy es nuestra primera función. Vino mucha gente y eso nos pone muy contentos, pero  esperamos que las expectativas se vayan superando ciclo a ciclo”, afirmó Gabriela Pérez De Simone. Y añadió: “Nosotros buscamos generar espacios donde se promulgue la cultura, para reconocernos como comunidad”.
Los murmullos de agradecimiento y de felicitaciones de los vecinos emocionados fueron el saldo de una tarde distinta que Colectivo Cultural culminó con laureles.
La próxima función será el domingo 4 de julio, a partir de las 19, con “Diarios de motocicleta” y la presencia del actor Rodrigo de la Serna.
Recuperando espacio perdidos
Con un gran cartel luminoso compuesto por más de 160 lamparitas, el cine “Gloria” abrió sus puertas en 1950, frente a la estación de trenes de Maschwitz.
Sus primeras proyecciones fueron con  dos maquinas a “luz de carbono”, con rollos de películas que se intercambiaban cada ocho minutos.  Años después,  en 1963, llegó la modernización remplazando las antiguas fórmulas por máquinas novedosas que permitían la proyección de “cintas” en cinemascope y tecnicolor, sobre una gran pantalla rectangular.
Tras cambiar de dueño, en 1970 el cine “Gloria” cerró sus puertas para siempre, dejando solo el reflejo de lo que fue. Hoy más de cuatro décadas después y gracias al trabajo y la ilusión de un grupo de jóvenes, aquel “para siempre” puede no ser eterno. “Nosotros soñamos que, tal vez, algún día podamos reabrir el cine en su espacio original”, se ilusiona Gabriela.
Por Rocío Morale Otero
La concurrencia llenó la sala Eduardo Cuitiño de la Sociedad de Fomento de Ingeniero Maschwitz.

La concurrencia llenó la sala Eduardo Cuitiño de la Sociedad de Fomento de Ingeniero Maschwitz.

En la Sociedad de Fomento de Ingeniero Maschwitz, un colorido mural, el cartel de venta de pochoclos iluminado en la oscuridad de la sala y decenas de vecinos disfrutando de “Cinema Paradiso” dieron la pauta de que Colectivo Cultural había logrado su objetivo.

Esta flamante ONG, que desde noviembre del año pasado viene promoviendo la cultura en Ingeniero Maschwitz, reabrió este domingo 20 las puertas del antiguo y añorado  “Cine Gloria”.

“El proyecto recién comienza, hoy es nuestra primera función. Vino mucha gente y eso nos pone muy contentos, pero  esperamos que las expectativas se vayan superando ciclo a ciclo”, afirmó Gabriela Pérez De Simone. Y añadió: “Nosotros buscamos generar espacios donde se promulgue la cultura, para reconocernos como comunidad”.

Los murmullos de agradecimiento y de felicitaciones de los vecinos emocionados fueron el saldo de una tarde distinta que Colectivo Cultural culminó con laureles.

La próxima función será el domingo 4 de julio, a partir de las 19, con “Diarios de motocicleta” y la presencia del actor Rodrigo de la Serna.

Recuperando espacios perdidos

Con un gran cartel luminoso compuesto por más de 160 lamparitas, el cine “Gloria” abrió sus puertas en 1950, frente a la estación de trenes de Maschwitz.

Sus primeras proyecciones fueron con  dos maquinas a “luz de carbono”, con rollos de películas que se intercambiaban cada ocho minutos.  Años después,  en 1963, llegó la modernización remplazando las antiguas fórmulas por máquinas novedosas que permitían la proyección de “cintas” en cinemascope y tecnicolor, sobre una gran pantalla rectangular.

Tras cambiar de dueño, en 1970 el cine “Gloria” cerró sus puertas para siempre, dejando solo el reflejo de lo que fue. Pero cuatro décadas después, gracias al trabajo y la ilusión de un grupo de jóvenes, aquel “para siempre” puede no ser eterno. “Nosotros soñamos que, tal vez, algún día podamos reabrir el cine en su espacio original”, se ilusiona Gabriela.

Por Rocío Morale Otero

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