Una multitud participó de la Fogata de San Juan en Maschwitz

Miles de personas se sumaron a una celebración que ya es parte del ADN de la localidad. Una noche de fuego, arte y transformación.

La Fogata de San Juan en Ingeniero Maschwitz

Ingeniero Maschwitz vivió este sábado una noche vibrante con la celebración de la tradicional Fogata de San Juan. Una ceremonia ancestral que ya forma parte de la identidad cultural de la localidad y que en esta 14º edición convocó a miles de personas en una experiencia colectiva de arte, rito y renovación.

Con una puesta en escena cuidadosamente, el evento creció en magnitud y simbolismo. Cerca de las 18 comenzó la tradicional procesión por la calle Mendoza. Al ritmo tribal y envolvente de la Escuela de Percusión Agua de Río, una nutrida columna de vecinos acompañó el andar del simbólico muñeco hasta el centro del parque Papa Francisco, sobre la avenida El Dorado al 1900.

La propuesta artística llevó este año el nombre de “Crisálida, la transformación”, una metáfora visual y emocional inspirada en la mariposa como símbolo del cambio. La construcción de la estructura central, que tomó la forma de una crisálida gigante, estuvo a cargo del colectivo artístico Arde Juan. Sus integrantes guiaron el ritual desde la performance escénica hasta la creación del fuego final.

Las imágenes fueron tan poderosas como el fuego mismo: una figura de apariencia insectoide, con máscaras brillantes, texturas metálicas y antenas simbólicas, se elevaba como una criatura mitológica antes de sucumbir ante las llamas. No fue destrucción: fue entrega. Una entrega voluntaria a lo nuevo, a lo que aún no es pero quiere emerger.

Te puede interesar  Vinos al Río llega a Maschwitz con una edición invernal y gourmet

La fogata no es solo un espectáculo visual; es una invitación íntima a soltar, a dejar que lo viejo arda y desaparezca, para así habilitar el paso de lo nuevo. La puesta en escena buscó interpelar a cada asistente desde un lugar emocional y profundo. Como si, por unas horas, se abriera un portal simbólico donde la comunidad pudiera conectar con su interior y permitir que aquello que ya no sirve se disuelva en el calor del fuego.

La ceremonia combinó múltiples lenguajes: teatro, danza, música en vivo, arte visual y participación comunitaria. A medida que caía la noche, la temperatura bajaba, pero la energía crecía. El fuego esperado, reverenciado, se volvió protagonista en el momento de la quema. Las llamas devoraron lentamente la crisálida, encendiendo aplausos, emociones contenidas y una catarsis compartida.

El capullo de mariposa ardió en la Fogata de San Juan.
Antorchas. Algunos de los asistentes se aprestan a dar inicio a la agran fogata.

La Fundación Fedarte volvió a estar presente con sus ya emblemáticos Juanitos: cuadros de madera intervenidos que los asistentes lanzaron al fuego. Estas piezas de arte efímero canalizaron deseos, duelos, cargas o intenciones personales. El gesto de entregarlas a las llamas se volvió íntimo y potente, un acto simbólico de liberación que se repite año tras año.

Te puede interesar  La feria de arte, moda y diseño Alma Bohemia se presentará en Maschwitz

La noche fluyó entre lo ritual y lo festivo. Familias, jóvenes, adultos mayores, artistas y curiosos se congregaron para ser parte activa de la experiencia. Algunos confeccionaron obras, otros colaboraron en la organización, y muchos simplemente se dejaron atravesar por el espíritu del evento, compartiendo mates, música y abrazos.

La procesión al inicio entre faroles, aplausos y emoción contenida recorrió una Maschwitz vestida de luces. Las calles adornadas y la calidez de la comunidad ofrecieron un paisaje casi cinematográfico. Un pueblo entero caminando hacia su fuego, hacia su símbolo.

  • Capullo de mariposa como símbolo del cambio en la Fogata de San Juan.
  • La crisálida arde en la Fogata de San Juan como símbolo del cambio

En otro orden, el despliegue organizativo resultó amplio y eficiente, con presencia de personal municipal, bomberos, Defensa Civil, Tránsito y seguridad, garantizando una celebración ordenada y segura. A pesar del caudal de autos y el flujo masivo de personas, el movimiento fue fluido y no se reportaron incidentes. Desde el Municipio estimaron que la concurrencia osciló “entre ocho mil y diez mil personas”.

 La Fogata de San Juan se consolida así como un hito cultural y espiritual en el calendario maschwitzense. Más que un espectáculo, es una ceremonia contemporánea con raíces antiguas, que invita a soltar lo viejo para dar lugar a lo nuevo. En tiempos veloces y fragmentados, el fuego comunitario sigue siendo un refugio, un espejo y una promesa.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Seguí leyendo