Johnson Controls evalúa cerrar su planta industrial de Escobar

Sería como consecuencia del cepo a las importaciones, la caída de las exportaciones a Brasil y una ruptura del contrato internacional con Ford. “Estamos negociando con la empresa para evitar que se pierdan los puestos de trabajo”, afirmaron desde SMATA.

Buscando una salida. Doscientos trabajadores dependen del futuro de la empresa en Escobar.

Sería como consecuencia del cepo a las importaciones, la caída de las exportaciones a Brasil y una ruptura del contrato internacional con Ford. “Estamos negociando con la empresa para evitar que se pierdan los puestos de trabajo”, afirmó el secretario general de SMATA, Ricardo Pignanelli.

La fabricante de asientos para autos más importante del mundo, Johnson Controls, analiza cerrar su planta industrial de Escobar, como consecuencia del cepo a las importaciones, la caída de las exportaciones a Brasil y una ruptura del contrato internacional con Ford.

La situación pone en juego cerca de doscientos puestos de trabajo. El gremio de los mecánicos, SMATA, negocia con la firma, mientras que el gobierno aguarda que otra empresa tome el manejo de la planta y así evitar un conflicto como el de Lear, según trascendidos periodísticos.

“Estamos negociando con la empresa para evitar que se pierdan los puestos de trabajo. La empresa no quiere producir más en Escobar, pero la planta es difícil de levantar porque tiene tecnología de primera línea. El viernes tenemos una reunión clave en el ministerio de Trabajo”, expresó el secretario general de SMATA, Ricardo Pignanelli, en declaraciones al sitio web de TN.

Johnson Controls ya le anticipó a las terminales que a partir de diciembre no los abastecerá más de asientos, según reportó el mismo portal. La firma se instaló décadas atrás en Escobar para estar cerca de su principal cliente, Ford, con planta en Pacheco.

La caída del acuerdo a nivel global entre ambas firmas cambió el escenario. La falta de dólares para importar insumos y la caída de las exportaciones a Brasil hizo caer la razón de ser de esta fábrica, a la que ahora se le busca un nuevo dueño. Mientras tanto, Johnson Controls mantendrá en actividad su otra planta en Rosario, provincia de Santa Fe.

La preocupación del gobierno es que el posible cierre de esta planta genere un conflicto similar al de otra autopartista, Lear, también estadounidense, que se extendió durante meses y una división sindical de izquierda no alineada con SMATA llegó a cortar la Panamericana varios días.

Johnson Controls fue noticia el año pasado, en el peor momento de la caída de ventas del sector automotriz, cuando una huelga en su planta de Escobar tras el despido de empleados paralizó por unos días la actividad de Ford en todo el país, por falta de autopartes para ensamblar vehículos.

Con 500 filiales en más de 150 países, la compañía norteamericana produce también equipos, controles y servicios para sistemas de calefacción y ventilación, y es líder mundial en el armado de baterías.

Su división dedicada a los equipos de aire acondicionado para empresas trasladó a Chile toda su estructura operativa y sólo dejó en la Argentina el personal jerárquico indispensable para ejecutar el cierre.

Para ahorrar hasta 250 millones de dólares, Johnson Controls anunció semanas atrás, cuando dio a conocer su balance trimestral, la supresión de hasta tres mil puestos de trabajo en todo el mundo durante los próximos dos años.

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