Gabriel Ibarra, el candidato de 1País que tiene un pie adentro y otro afuera del HCD

El delegado gremial de Smata necesita que el massismo contenga o aumente su caudal de las PASO. Si hay una ligera fuga, no podrá lograr la tercera banca.

Expectante. Ibarra es el tercer candidato a concejal de la lista que encabeza Luis Carranza.

Trabaja hace 25 años en Volkswagen, fue delegado gremial y es el tercero de la lista de concejales del massismo. Si se repiten los resultados de las PASO, ingresará al Legislativo. “La gente quiere un recambio”, asegura.

Después de militar varios años junto a Sergio Massa, a Gabriel Félix Ibarra (45) le llegó el momento de dar un paso al frente y participar de una elección con serias chances de convertirse en concejal. Por ahora, los resultados de las PASO lo colocan adentro del Concejo Deliberante de Escobar, aunque una mínima fuga de votos en las elecciones del domingo 22 podría dejarlo afuera.

De padre correntino y madre catamarqueña, este padre de familia -tiene una hija- y mayor de cuatro hermanos varones nació y se crió -“con mucho orgullo”, dice- en Belén de Escobar. Inició su escolaridad en el Jardín de Infantes N°901, cursó la primaria en la Escuela N°2 -“cuando era de tablitas”, acota- y egresó del nivel secundario como técnico mayor de obra en la Técnica N°1.

Con ese título ingresó a trabajar hace 25 años a la planta de Volkswagen en Pacheco, donde tuvo su “primer acercamiento al peronismo” y a la postre se convirtió en delegado gremial de SMATA. Ahora decidió ir por más y sueña con ocupar una banca en el recinto de Asborno 743, algo que se puede volver realidad si el próximo domingo 22 el frente liderado por Massa y Margarita Stolbizer repite el resultado de las PASO en el distrito (17,4%).

“Se va a dar, porque lo palpo en la calle. La población tiene una necesidad de recambio en la política local”, asegura Ibarra, con el mayor de los optimismos, en su presentación en sociedad con El Día de Escobar.

-Venís del campo gremial, ¿cómo decidiste involucrarte en la política partidaria?

-Palabras de mi vieja a una amiga: “Siempre desde chiquito, Gabriel estuvo metido en cosas”. Y así es: De los 8 a los 12 años en el batallón sanmartiniano que funcionaba en la iglesia. De los 14 a los 18 en el Interact Club del Rotary, donde se acentuó la labor solidaria. Y después eso llevó a un amalgamiento en la actividad sindical, donde uno desarrolla su costado reivindicativo en el mundo del trabajo. En ese lugar, es donde tuve mi primer acercamiento con el peronismo, que se terminó de concretar en 2006, cuando conocí a Sergio Massa en una visita que hizo a Volkswagen y después de eso empezamos a hablar hasta llegar a esta nominación. Yo creo que la cosa va por ahí: me impulsa la vocación de querer ayudar al prójimo.

-¿Seguís involucrado con el SMATA?

-Sigo siendo afiliado a la organización, pero a raíz de este compromiso que tomé con Sergio Massa tuve que correrme de la actividad sindical propiamente dicha porque mi gremio acompaña a Unidad Ciudadana. Lo hizo antes con el Frente para la Victoria y ahora lo hace con esta nueva denominación. Tenemos una buena relación y nos entendemos bien. Nunca voy a dejar de pertenecer a SMATA, porque eso es algo que, como la política, se lleva en el corazón. Todos los que somos trabajadores vemos en nuestra estructura sindical toda una cuestión de la defensa de nuestra actividad y creemos que si no existiese, nuestra realidad como laburantes sería totalmente distinta.

-¿Difieren mucho o encontrás varios puntos de contacto entre el mundo del sindicalismo y la política?

-La cuestión sindical es mucho más reivindicativa y se remite a una realidad geográfica mucho más acotada. Cuando era delegado mi rango de acción era de mil metros cuadrados, ahora como dirigente político mi realidad es la de todo el partido de Escobar. Después, en algunas cosas se parecen y en otras no. Por ejemplo, la actividad sindical tiene una estructura que es totalmente orgánica, y la política a veces sí y a veces no. Y si la tuviese siempre creo que la cosa sería mejor y se encararía de otra manera.

-A partir de tu experiencia como representante de los trabajadores, ¿qué crees que podés ofrecerle a los escobarenses desde el Concejo Deliberante?

-Lo que dicen mis carteles: “Gabriel Ibarra, tu concejal”, “Gabriel Ibarra, tu vecino”. Yo voy a ser un par de cada uno de los vecinos de Escobar adentro del recinto. Parto de ese esquema, que los vecinos tengan un concejal al alcance de la mano, que, además, saben dónde vive, dónde se crío, a qué escuela fue…

-¿Y pensás que con eso te alcanza para ser un buen concejal y contribuir a la mejora del distrito?

-No, hace falta otra cosa, que no significa que sea el todo, que es el sentido común. Uno no puede hacer lo que no sabe, para eso necesita de un grupo de asesores. Evidentemente, si hay que hablar de un plan hidráulico, yo puedo hablar porque soy técnico en construcciones. Si hay que hablar de un paquete estructural para que una calle no se deteriore o se produzca un valle, también puedo hacerlo. Pero cuando llegue el momento del presupuesto o la rendición de cuentas, donde hay que mirar con lupa, yo no voy a poder manejarlo bien, pero voy a tener el apoyo de mi señora, una excelente contadora, directora del Mercado Central. El equipo lo voy a ir armando, no voy a estar solo en esta cuestión. Quiero llevar adelante esa responsabilidad que me van a dar los vecinos de la mejor manera posible. Y yo creo en las construcciones que se dan de esa manera, con equipos, porque si no a veces uno se puede equivocar.

-De repetirse el resultado de las PASO entrarías con lo justo al Deliberativo, pero si pierden algunos votos te quedás en la puerta. ¿Cuál es tu pronóstico? ¿Confiás en conseguir esa tercera banca para 1País?

-Sí, yo estoy convencido, eso se va a dar porque lo palpo en la calle. Se ve, es tangible. Yo no sé qué está pasando, pero cuando salimos a recorrer los barrios con el móvil la gente te pide la boleta y me habla muy bien: “Te conozco a vos y a tu familia”; “Sos aire nuevo para la política”; “Te felicito porque venís de otro palo y te querés meter en esto”. Me parece que la población de Escobar tiene una necesidad de recambio, de algo nuevo en la política local. Y a nivel nacional lo evidenciamos hace poco con la elección de Cambiemos, que, menos Macri, tenía todas figuritas nuevas.

-Las últimas encuestas coinciden en que Cambiemos revertiría el resultado y 1País cedería unos puntos: ¿Crees que corren el riesgo de una fuga importante de votos?

-No una fuga importante. Yo creo que hay que esperar. Para las PASO las encuestas nos daban 22, 24 puntos y después sacamos lo que sacamos -17,4%, en Escobar-. O sea, nos caímos en esta famosa grieta que a nuestro entender no existe. Acá te quieren llevar para un lado o para otro y la vida está llena de matices. No son los bolsos de la corrupción, pero tampoco es el ajuste. En el medio interactúa gente, están los intereses de los vecinos, se conjugan un montón de cuestiones que no tienen que ver solamente con la polarización, y ahí estamos nosotros. Yo creo que el vecino de la provincia de Buenos Aires en esta elección va a tener otra mirada y esto va a repercutir. Sergio no se va a caer y no solo vamos a conservar lo nuestro sino que vamos a estar un puntito por encima.

-¿Ese es el objetivo de 1País?

-No, el objetivo es llegar a los 20 puntos, y no vamos a estar lejos de eso. Hay menos cantidad de boletas, va a haber mayor cantidad de votantes y la gente va a tener más conciencia a la hora de votar. Además, nosotros estamos cerca de Tigre y cada vez que la gente cruza la avenida Belgrano -Garín- y pisa Benavídez nota enseguida la diferencia entre un municipio y otro.

-¿Qué se juega en esta elección? ¿Se plebiscita la gestión de los intendentes o considerás que la gente piensa más en lo nacional?

-Yo creo que hay una cuestión macro. Cuando las olas vienen, vienen, y los intendentes van a ser parte de este esquema, de esta mirada a nivel nacional que ya tiene en danza al 2019.

-¿Qué puntaje le pondrías a la gestión de Sujarchuk? ¿Qué le destacás y qué crees que le falta?

-Un aprobado con 7, ahí. Lo positivo es el embellecimiento del espacio público, y eso, en una primera instancia, es bueno, pero no alcanza. Falta lo grueso, el plan estratégico, el desarrollo, Como un hombre que viene del mundo del trabajo, te puedo decir que todavía no hay una política de gobierno municipal que tenga que ver con la creación de empleo o con la radicación de industrias. Y me refiero al tema impositivo, a una política donde realmente se aliente la radicación de fábricas que produzcan y generen trabajo genuino. Y también le falta todo el tema de infraestructura: cuando llueve fuerte, Escobar se sigue inundando. Me parece que el intendente va a tener que hacer mucho más, porque el vecino ya no se conforma con el embellecimiento del espacio público.

-¿Qué va a cambiar si gana uno o gana otro? ¿Se abre una nueva etapa política a partir del lunes 23 o será solo una continuidad con reacomodamientos legislativos?

A nivel provincial, creo que sí. Si gana Cambiemos, la gran ganadora ahí va a ser Vidal, que es la que se puso al hombro a Bullrich. Cuesta acordarse el timbre de voz que tiene Bullrich, porque no habla nunca. Ahí va a haber todo un reacomodamiento dentro de Cambiemos de cara al futuro. Y si gana Cristina, ahí va a haber problemas dentro del peronismo, que quiere correrla y se le va a hacer cada vez más difícil. El que tiene que estar preocupado por si gana o si pierde Cristina es el intendente, por sobre todas las cosas, porque él va a sufrir un poco el arrastre de lo que vaya a suceder a nivel provincial. En Escobar, el final está abierto, y nosotros aspiramos a llegar a los 20 puntos que nos van a consolidar como la tercera fuerza del distrito.

Por Damián Fernández

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