El fin del sueño: Armenio perdió y no jugará la final por el ascenso

Defensores Unidos de Zárate dio el batacazo en Maschwitz al derrotar 1 a 0 al local, que llevaba 17 partidos invicto. De esta manera, el campeón del Clausura se quedó con las manos vacías, a pesar de una campaña impresionante.

Defensores Unidos de Zárate dio el batacazo en Maschwitz al derrotar 1 a 0 al local, que llevaba 17 partidos invicto. El campeón del Clausura se quedó con las manos vacías, a pesar de una campaña impresionante.

Deportivo Armenio sufrió este sábado a la tarde la primera derrota en 17 partidos, pero sin lugar a dudas fue la más dolorosa. El tricolor cayó por 1 a 0 frente a Defensores Unidos en Ingeniero Maschwitz y quedó eliminado del Reducido por el único ascenso a la Primera Nacional.

El equipo dirigido por Mario Gómez llegó a la semifinal con una peligrosa inactividad de 20 días -su último partido había sido el domingo 2 contra Los Andes, cuando se coronó campeón del Torneo Clausura-, pero con la ilusión a flor de piel y un estadio nuevamente colmado de público.

Sin embargo, la falta de rodaje terminó jugándole una mala pasada. La escuadra zarateña, que venía envalentonada por haber eliminado por penales a Cañuelas en octavos de final -empataron 0-0 en los 90 minutos- y a Fénix en cuartos -lo derrotó 1 a 0-, el último sábado en su estadio, logró vencer a un rival que parecía invencible.

El primer tiempo fue de trámite parejo. Hubo pocas llegadas a los arcos, pero fue Armenio el que se mostró levemente mejor, tocando la pelota por abajo y mostrando las credenciales que lo llevaron a quedarse con el Clausura. No obstante, el 0-0 permaneció inalterable en el marcador.

El complemento tuvo otra tónica. CADU tenía la obligación de marcar -el empate le daba el boleto a la final al local- y actuó en consecuencia. En primer lugar, avisó por intermedio del ex tricolor Maximiliano Ortigoza, cuyo derechazo fue tapado por el arquero Lautaro Petruchi.

Iban 15 minutos cuando cayó un baldazo de agua fría en el barrio San Miguel. Javier Velázquez conectó de cabeza un centro de Martín Giménez y la mandó al fondo de la red. El equipo visitante rompía la impresionante racha de Petruchi -977 minutos sin recibir goles- y ponía en apuros al local.

Habituado a dominar la mayoría de sus partidos en el último semestre, Armenio se encontró en desventaja y no supo reaccionar. Se convirtió en una maraña de nervios, impotencia e imprecisión, sin lucidez para romper el cerco defensivo zarateño y con enormes dificultades para asociar juego.

El gol dinamitó el plan de los dirigidos por Mario Gómez, que en los últimos 25 minutos abusaron de los centros y pelotazos. Pero, en una tarde para el olvido, ni siquiera eso salió bien. Aún así, tuvo algunas chances para empatar: lo tuvo Pio Bonachi -el mejor del local-, pero definió suave, y en la última jugada pudo haberlo empatado con un taco de Matías Linas tras un córner, en lo que hubiera sido realmente épico.

Pero el reloj fue enemigo del tricolor y el tiempo se consumió rápido. En un abrir y cerrar de ojos, el árbitro Gastón Iglesias marcó el final del encuentro y de la ilusión del pueblo tricolor.

La contracara fue el festejo desaforado del plantel y los allegados de Defensores Unidos de Zárate, que jugará la final por el ascenso a Primera Nacional con Villa San Carlos, que también venció 1 a 0 a Comunicaciones de visitante. Paradojas del destino: los dos campeones se quedaron sin el premio mayor.

Las estadísticas dirán que Armenio perdió apenas cuatro partidos en todo el año y mantuvo la valla invicta en 20, pero no ascendió. Párrafo aparte para el formato elegido para definir quiénes suben de categoría, digno de la historia de la AFA a lo largo de los años. Solo en Argentina los dos equipos campeones no ascienden ni juegan una final.

No obstante, a pesar de la bronca y la desazón, el árbol no puede tapar el bosque. El equipo de Maschwitz completó una temporada impresionante, salió campeón después de 24 años y quedó a un paso de ascender. Si mantiene la base del plantel y al cuerpo técnico, en 2023 quizás la historia pueda tener el final soñado.

Dejá tu comentario

Seguí leyendo