Asesinaron de tres balazos a un joven secuestrado en Maschwitz

Los padres de Matías Berardi habían aceptado pagar el rescate. Pero los captores lo ejecutaron al costado de la ruta 6.

Un adolescente de 16 años, que había sido secuestrado en la madrugada del martes en Ingeniero Maschwitz, apareció este miércoles a la tarde ejecutado en un descampado al costado de la ruta 6, en la ciudad de Campana.
Matías Berardi era hijo de un veterinario de Maschwitz y concurría a un colegio privado de la zona. Su cuerpo tenía tres impactos de bala en la espalda, según confirmaron voceros policiales.
El joven había sido capturado el martes a la madrugada en Ingeniero Maschwitz. Antes, había ido a bailar a una fiesta de egresados que se realizó en el boliche “Pacha”, en Costanera Norte. Desde allí tomó una combi particular para regresar a su casa, ubicada en un country. De acuerdo a lo reconstruido por los investigadores, entre las 5 y 5.30 bajó en Panamericana y ruta 26, donde fue abordado por los delincuentes.
Una media hora después de ser capturado, el joven se comunicó desde su teléfono celular con sus padres y, entre llantos, les dijo que estaba secuestrado.
Los voceros consultados indicaron que, en esa primera comunicación, los padres de la víctima escucharon también las amenazas de los captores. Tras ese contacto, los familiares denunciaron lo ocurrido ante la Policía.
Según las primeras informaciones, los secuestradores realizaron cinco llamadas extorsivas donde fueron ascendiendo el número del rescate para llegar a la suma de 30 mil pesos. El teléfono utilizado por los captores sería al principio el del propio Matías que luego apareció destruido cerca de su cuerpo.
Según las fuentes consultadas hubo un cambio de actitud en los miembros de la banda. Al principio se notaba que era un grupo improvisado, pero luego las llamadas “eran cortas y muy precisas”.
Finalmente, el martes a la noche se acordó el pago de unos 6.000 pesos, pero el rescate no se llegó a efectivizar, ya que los captores no volvieron a comunicarse para decir cómo, cuándo y dónde debía hacerse.
La familia Berardi y los investigadores no tuvieron novedades hasta las últimas horas, cuando un trabajador rural halló el cadáver de un adolescente con el torso desnudo a un costado de la ruta provincial 6, a unos cuatro kilómetros del cruce con Panamericana, a la altura de Campana.
Los médicos determinaron en una primera inspección que el chico presentaba tres impactos de bala en la espalda, aunque los médicos forenses de la Morgue Judicial le practicarán la autopsia para determinar con precisión la mecánica de la muerte.
Para los investigadores, la banda no tenía el menor interés de liberar al joven. Para los policías científicos el cuerpo tendría unas 15 horas de muerto.
En tanto, el padre de la víctima fue trasladado por un patrullero al lugar del hallazgo del cadáver, donde también se presentaron el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal; el jefe de la policía provincial, Juan Carlos Paggi; y el superintendente Hugo Matzkin, jefe de Investigaciones de la fuerza.
Casal consideró que el joven fue literalmente ejecutado en el lugar donde se halló su cuerpo y dijo no creer que “haya querido escapar” de los delincuentes. “Es un caso extraño y queda muy abierta la investigación judicial. No vamos a ser imprudentes al dar una información siguiendo la pista de secuestro extorsivo”, indicó el ministro.
Matías Berardi se convirtió en la octava víctima de un secuestro extorsivo que termina muerto a manos de sus captores desde el año 2002.
El caso quedó a cargo del fiscal federal de Campana, Orlando Bosca, quien ordenó la realización de pericias en la zona del hallazgo y que la familia Berardi sea asistida por especialistas psicológicos.
Matías Berardi tenía 16 años, era hijo de un veterinario y vivía en un country.

Matías Berardi tenía 16 años, era hijo de un veterinario y vivía en un country.

Un adolescente de 16 años, que había sido secuestrado en la madrugada del martes en Ingeniero Maschwitz, apareció este miércoles 29 a la tarde ejecutado en un descampado al costado de la ruta 6, en la ciudad de Campana.

Matías Berardi vivía en el barrio privado Acacias Blancas, era hijo de un veterinario y concurría al colegio Saint George´s School de Loma Verde. Su cuerpo tenía tres impactos de bala en la espalda, según confirmaron voceros policiales.

El joven había sido capturado el martes a la madrugada en Ingeniero Maschwitz, cuando regresaba del boliche “Pachá”, en Costanera Norte, donde participó de una fiesta de egresados del colegio Santa Inés, de San Isidro, con otro grupo de amigos que cosechó mientras cursaba la primaria en un colegio de Pilar.

Como ocurre en este tipo de eventos, la fiesta atrajo a muchos adolescentes de otros colegios y se difundió a través de la red social Facebook, donde Matías tenía un perfil. Todos querían entradas y saber si se habían organizado combis para los traslados.

Finalmente, se aclaró que el transporte para esa zona del conurbano bonaerense saldría de la estación YPF del Shopping Las Palmas del Pilar, un usual punto de reunión para algunos de esos adolescentes. También se habían organizado móviles desde Adrogué y desde San Isidro.

Como no encontró ninguna que fuera directamente a Escobar, Matías se volvió en una de las combis que iban a Pilar y decidió bajarse en el cruce del ramal Pilar de la Panamericana y la ruta 26, con la idea de buscar un colectivo que lo acercara hasta su casa. Sin embargo, nunca logró llegar a su hogar. De acuerdo a lo reconstruido por los investigadores, fue abordado por al menos dos delincuentes entre las 5 y 5.30.

Una media hora después de ser capturado, el joven se comunicó desde su teléfono celular con sus padres y, entre llantos, les dijo que estaba secuestrado.

Los voceros consultados indicaron que, en esa primera comunicación, los padres de la víctima escucharon también las amenazas de los captores. Tras ese contacto, los familiares denunciaron lo ocurrido ante la Policía.

Según las primeras informaciones, los secuestradores realizaron cinco llamadas extorsivas donde fueron ascendiendo el número del rescate para llegar a la suma de 30 mil pesos. El teléfono utilizado por los captores sería al principio el del propio Matías que luego apareció destruido cerca de su cuerpo.

Según las fuentes consultadas hubo un cambio de actitud en los miembros de la banda. Al principio se notaba que era un grupo improvisado, pero luego las llamadas “eran cortas y muy precisas”.

Finalmente, el martes a la noche se acordó el pago de unos 6.000 pesos, pero el rescate no se llegó a efectivizar, ya que los captores no volvieron a comunicarse para decir cómo, cuándo y dónde debía hacerse.

La familia Berardi y los investigadores no tuvieron novedades hasta las últimas horas, cuando un trabajador rural halló el cadáver de un adolescente con el torso desnudo a un costado de la ruta provincial 6, a unos cuatro kilómetros del cruce con Panamericana, a la altura de Campana.

Los médicos determinaron en una primera inspección que el chico presentaba tres impactos de bala en la espalda, aunque los peritos de la Morgue Judicial le practicarán la autopsia para determinar con precisión la mecánica de la muerte.

Para los investigadores, la banda no tenía el menor interés de liberar al joven. Para los policías científicos el cuerpo tendría unas 15 horas de muerto.

En tanto, el padre de la víctima fue trasladado por un patrullero al lugar del hallazgo del cadáver, donde también se presentaron el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal; el jefe de la policía provincial, Juan Carlos Paggi; y el superintendente Hugo Matzkin, jefe de Investigaciones de la fuerza.

Casal consideró que el joven fue literalmente ejecutado en el lugar donde se halló su cuerpo y dijo no creer que “haya querido escapar” de los delincuentes. “Es un caso extraño y queda muy abierta la investigación judicial. No vamos a ser imprudentes al dar una información siguiendo la pista de secuestro extorsivo”, indicó el ministro.

Matías Berardi se convirtió en la octava víctima de un secuestro extorsivo que termina muerto a manos de sus captores desde el año 2002.

El caso quedó a cargo del fiscal federal de Campana, Orlando Bosca, quien ordenó la realización de pericias en la zona del hallazgo y que la familia Berardi sea asistida por especialistas psicológicos.

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