“Muy mala atención en la Clínica Fátima”

SR. DIRECTOR: Lamentablemente, debo empezar a redactar mi mail con un asunto que abrevia todo el comentario posterior. Debo decirles, y no quiero ser el mismo cliente pesado que redacta una carta contando absolutamente todos los detalles -la mayoría de ustedes lo conocen-, pero quiero recordarles que con la salud no se juega… O por […]

SR. DIRECTOR:
Lamentablemente, debo empezar a redactar mi mail con un asunto que abrevia todo el comentario posterior. Debo decirles, y no quiero ser el mismo cliente pesado que redacta una carta contando absolutamente todos los detalles -la mayoría de ustedes lo conocen-, pero quiero recordarles que con la salud no se juega… O por lo menos eso se creía hace varios años.
En resumidas palabras, mi queja es puntual con respecto a lo que ven mis ojos las veces que voy a atenderme en la clínica, ya que desde hace un par de meses me he atendido allí y por comentarios de familiares de mi señora que iban habitualmente a la clínica, y yo también opte por seguirlos y porque también creo que fueron o siguen siendo una de las más reconocidas de la zona.
Lo que realmente vi es la desatención que a veces miran a los pacientes desde el comienzo, desde que sacan un número hasta que son llamados en voz alta, ya que no hay un llamador de números digital visible, se arman filas en cualquier lugar de la sala, todas esperando para ser atendidas por diversos casos, el desinterés de las chicas para llamar y luego para atender a cada número, es pocas veces visto.
En segundo lugar, el tema de los profesionales, que escucho muy seguido el comentario “el profesional no está”, “no se encuentra en el consultorio que me mandaste” y “hace media hora que estoy y no llamaron a nadie”, a lo que la respuesta es casi siempre la misma. “Ya me fijo dónde está” o “ya lo ubico”, y terminan por llamarlo por altoparlante.
Por ahora solo es eso, yo sé que hay ratos que se pone denso el día, el calor, uno no siempre tiene el mismo humor todos los días, haciendo siempre lo mismo, pero creo que estaría bueno que alguien lo vea desde lejos, como un cliente más y no como una persona dentro de la empresa, donde en pequeñas cosas se puede cambiar demasiado.
Sinceramente, no creo que les afecte mucho mi confesión, pero estoy decidiendo si volver a ir o no a seguir atendiéndome, pero sé que si no vuelvo, mi familia seguramente tampoco lo haga.
Desde ya muy agradecido a la persona que se tome el trabajo de leer mi mail, y quiero dejar en claro que no quiero afectar el trabajo de nadie y no tengo ninguna saña con nadie de este prestigioso establecimiento, simplemente les pido un poco de calor humano con las personas que van a atenderse, que a veces ellas están muy dolidas. No creo que las personas concurran a un hospital o clínica porque sí, ellos van a ustedes por que les falta salud, y el resto que atendemos la solicitud por suerte gozamos de algo que ellos no tienen en ese momento. Desde ya, muchas gracias.
Hernán Díaz (Belén de Escobar)

SR. DIRECTOR:

Lamentablemente, debo empezar a redactar mi mail con un asunto que abrevia todo el comentario posterior. Debo decirles, y no quiero ser el mismo cliente pesado que redacta una carta contando absolutamente todos los detalles -la mayoría de ustedes lo conocen-, pero quiero recordarles que con la salud no se juega… O por lo menos eso se creía hace varios años.

En resumidas palabras, mi queja es puntual con respecto a lo que ven mis ojos las veces que voy a atenderme en la clínica, ya que desde hace un par de meses me he atendido allí y por comentarios de familiares de mi señora que iban habitualmente a la clínica, y yo también opte por seguirlos y porque también creo que fueron o siguen siendo una de las más reconocidas de la zona.

Lo que realmente vi es la desatención que a veces miran a los pacientes desde el comienzo, desde que sacan un número hasta que son llamados en voz alta, ya que no hay un llamador de números digital visible, se arman filas en cualquier lugar de la sala, todas esperando para ser atendidas por diversos casos, el desinterés de las chicas para llamar y luego para atender a cada número, es pocas veces visto.

En segundo lugar, el tema de los profesionales, que escucho muy seguido el comentario “el profesional no está”, “no se encuentra en el consultorio que me mandaste” y “hace media hora que estoy y no llamaron a nadie”, a lo que la respuesta es casi siempre la misma. “Ya me fijo dónde está” o “ya lo ubico”, y terminan por llamarlo por altoparlante.

Por ahora solo es eso, yo sé que hay ratos que se pone denso el día, el calor, uno no siempre tiene el mismo humor todos los días, haciendo siempre lo mismo, pero creo que estaría bueno que alguien lo vea desde lejos, como un cliente más y no como una persona dentro de la empresa, donde en pequeñas cosas se puede cambiar demasiado.

Sinceramente, no creo que les afecte mucho mi confesión, pero estoy decidiendo si volver a ir o no a seguir atendiéndome, pero sé que si no vuelvo, mi familia seguramente tampoco lo haga.

Desde ya muy agradecido a la persona que se tome el trabajo de leer mi mail, y quiero dejar en claro que no quiero afectar el trabajo de nadie y no tengo ninguna saña con nadie de este prestigioso establecimiento, simplemente les pido un poco de calor humano con las personas que van a atenderse, que a veces ellas están muy dolidas. No creo que las personas concurran a un hospital o clínica porque sí, ellos van a ustedes por que les falta salud, y el resto que atendemos la solicitud por suerte gozamos de algo que ellos no tienen en ese momento. Desde ya, muchas gracias.

Hernán Díaz

(Belén de Escobar)

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