Socialismo con plata ajena

Debate entre la democratización de los contenidos y la lucha contra la piratería en Internet. Por Ricardo Choffi .

La Presidenta, en una de sus últimas apariciones públicas antes de su intervención quirúrgica, disparó sin filtros la frase “nosotros no hacemos socialismo con plata ajena”. Quizás en dirección de opositores que pregonan el pago del 82% móvil a jubilados y pensionados nacionales.

Se me ocurrió relacionar esa frase con el cierre del sitio de Internet megaupload.com por parte del FBI en Estados Unidos por violar leyes federales contra la propiedad intelectual. La clausura del sitio web despertó la ira de quienes pregonan la democratización de los contenidos y la libertad de compartir la información desde la nube.

El carismático dueño del portal, Kim “Punto Com” Schmitz, no tiene precisamente el perfil de un “Che” Guevara ni la humildad de un Pérez Esquivel. “Dot Com” es un excéntrico millonario que cada vez que se muda de una mansión a otra necesita un camión para transportar su decena de automóviles de lujo y otros cuantos más para poder contener el resto de todos sus caprichos gracias a la fortuna que amasó vendiendo publicidad a grandes sumas de su hipervisitado sitio, donde se “comparte”, según el FBI ilegalmente, archivos de música, videos y filmes con derechos de copyright.

Es cierto que conseguir música o películas en el mercado tradicional y legal es altamente costoso y al alcance de unos pocos. Es desigual y eso está mal, pero es lo que sostiene la industria. ¿Sharika movería en un video sus caderas totalmente gratis? ¿George Clooney haría los gestos en la pantalla que derriten a la platea femenina totalmente libre de costos? O un ejemplo más cotidiano ¿Si un vecino se nos “cuelga” de nuestro cable, ¿lo trataríamos de delincuente o le agradeceríamos por compartir nuestros contenidos audiovisuales?

No es tarea fácil, con dispositivos casi obsoletos que ya transcurren la etapa final de su era, como el CD o DVD, y el usuario teen o veinteañero culturalmente negado, quizá no acostumbrado a pagar por servicios a través de Internet si tiene a mano una opción para no hacerlo. Schmitz podría ser un socialista informático, un revolucionario de este siglo o un delincuente que lucra con la materia gris o el talento ajeno. No es la intención desde esta nota convertirse en juez sino de dejar planteado un debate que un día deberá darse también en Argentina.

Se habla de que el Buró Federal de USA también puso en la mira en sitios criollos similares como Taringa! Asimismo, nuestra AFIP ya empezó a situar su ojo de gran hermano en Mercadolibre.com. Pero eso será parte de otro análisis.

Por Ricardo Choffi

Analista de Sistemas

ricardo@jauretche.org.ar

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