La obra de entubamiento tendrá una duración de un año y medio y evitará las históricas inundaciones en torno a ese cruce de agua. El proyecto contempla una inversión nacional de $1.300 millones.
Una de las obras más esperadas por muchos garinenses está a punto de comenzar a ser una realidad: esta semana se iniciarán los trabajos para llevar a cabo el entubamiento de una parte del arroyo Bedoya, lo que debería solucionar los históricos problemas de inundaciones que sufren los vecinos que habitan cerca de ese curso de agua.
El proyecto está a cargo de la Secretaría de Infraestructura y Política Hídrica del Ministerio de Obras Públicas de la Nación, tiene un presupuesto de $1.300 millones y un plazo de ejecución de 18 meses. El convenio con el Municipio fue firmado en noviembre de 2021; un año exacto después, empezará a materializarse.
El plan de obras impulsado por el ministerio que comanda Gabriel Katopodis tiene dos objetivos centrales: reforzar el sistema hidráulico de la localidad de Garín y mitigar los problemas de inundaciones en los alrededores del arroyo.
La iniciativa propone la ejecución de una amplia red de desagües pluviales, que tendrán la función de evacuar los excedentes de agua. La capacidad hidráulica del arroyo Bedoya es reducida, contemplando que el tramo final conduce los excedentes pluviales de una cuenca de más de 800 hectáreas.
“Por lo expuesto, es necesario incrementar la capacidad hidráulica del arroyo en su tramo inferior”, detalla el estudio de impacto ambiental del proyecto.
Las obras de saneamiento del arroyo Bedoya comprenderán un cauce de 1.500 metros, entre la avenida Fructuoso Díaz y la descarga en el arroyo Garín. “Además de sanear las subcuencas de aporte directo (165 hectáreas), permitirá la planificación futura de obras complementarias para el saneamiento y mitigación de la problemática hídrica de las restantes 659 hectáreas de la cuenca ubicadas aguas arriba”, precisa el informe.
Los trabajos comprenden la instalación de grandes conductos de hormigón armado, conformados por 400 metros de un canal rectangular a cielo abierto y 1.100 metros de un conducto rectangular cerrado. La obra se dividirá en cinco etapas: la primera tendrá un plazo de cuatro meses, según informaron desde el Municipio.
Este proyecto será trascendental para evitar desbordes e inundaciones en la zona, frecuentes cuando llueve mucho en poco tiempo. No obstante, también generará beneficios en cuanto al mantenimiento del equilibrio ecológico y ambiental, mejoras en la salud de los vecinos y un aumento de la capacidad hidráulica del propio arroyo.
El Bedoya constituye un afluente del curso principal del arroyo Garín, cuya cuenca se ubica al noreste de la provincia de Buenos Aires y forma parte del Sistema Hidrológico de la vertiente Norte al río de la Plata. Su naciente es en las proximidades de la estación Tortuguitas del tren Belgrano -partido de Malvinas Argentinas- y termina en el mencionado arroyo Garín.
Ver esta publicación en Instagram
“Este es uno de los tantos proyectos que se hablan hace años y la gente reclama con razón. Incluso, que algunos prometieron y no tenían ni siquiera un estudio preliminar que permita determinar la factibilidad de la obra. Lleva mucho tiempo, tardamos alrededor de tres años”, afirmó el intendente en uso de licencia y secretario de Economía del Conocimiento de la Nación, Ariel Sujarchuk, durante una conferencia de prensa que se llevó a cabo el jueves en la Sala B del teatro Seminari, donde anunció esta y otras obras.
“No es solamente una obra muy compleja, sino que también es sucia para toda la gente que viva en el entorno, que al principio la va a tener complicada porque es trabajar con un cauce de río existente. No es cerrar una calle y desviar el tránsito, acá eso no existe. Menos en una obra planificada para, mínimo, un año y medio”, remarcó.
Por su parte, el intendente interino Carlos Ramil confirmó que ya está instalado el obrador y que los trabajos sobre el arroyo comenzarían este lunes. La primera etapa será sobre la avenida Fructuoso Díaz e Ituzaingó, para ir avanzando paulatinamente.
“Hicimos un cronograma y vamos a comunicar sobre reuniones semanales para que cualquier vecino se pueda acercar a plantear sus inquietudes. Es una obra histórica y que implicó muchísimo trabajo que no se puede ver. Y, además, es una obra que tampoco se va a ver”, expresó Ramil en la misma rueda de prensa.
“Va a transformar de manera increíble la vida de la gente, pero va a ser compleja. Un año y medio es el plazo final, nosotros vamos a estar trabajando para poder acortar los tiempos e ir acompañando determinados momentos de cómo se viene desarrollando para generar la menor cantidad de inconvenientes posibles”, completó el jefe comunal interino.
Teniendo en cuenta la extensión y la complejidad del proyecto, los vecinos de Garín deberán aprender a regular la ansiedad. Quizás, después de tanto esperar, en un año y medio o dos puedan parafrasear al ex presidente Mauricio Macri, mirar al cielo y gritar felices: “¡No se inunda más!”.
Por Alejo Porjolovsky