La primera escobarense con Covid-19 ya fue dada de alta y volvió al trabajo

Marisa Saravia tiene 32 años, vive en Lambertuchi y es enfermera del Hospital Austral, donde se contagió. “Cuando me dijeron que mi paciente había dado positivo, se me vino el mundo abajo“, contó. Además, la discriminación que sufrió de sus propios vecinos.

Recuperada. Después de más de poco más de dos meses, Saravia pudo volver a su trabajo.

Marisa Saravia tiene 32 años, vive en Lambertuchi y es enfermera del Hospital Austral. “Cuando me dijeron que mi paciente había dado positivo, se me vino el mundo abajo“, contó. Además, la discriminación que sufrió.

Después de dos meses de miedo y padecimientos, hoy Marisa Saravia respira por fin aliviada. Ella es la enfermera del hospital Austral que el lunes 23 de marzo se convirtió en el primer caso de coronavirus en el partido de Escobar (ver nota acá). De su historia no se conocía casi nada, pero ahora que lo peor quedó atrás decidió romper el silencio y contar lo que vivió durante todo este tiempo.

Saravia tiene 32 años, vive en el barrio Lambertuchi de Belén de Escobar junto a su marido y tiene dos hijos, de 3 y 7 años. Trabaja de enfermera en el área de trasplantes de órganos sólidos del Hospital Universitario Austral, en Pilar, donde se contagió de un paciente que había ingresado por una enfermedad que en principio no estaba no vinculada al coronavirus.

“El día que me dijeron que mi paciente era un posible caso de Covid-19 no sabía cómo reaccionar. Sentía mucha angustia y al primero que le conté fue a mi marido. El llanto llegó después, cuando me llaman y me dicen que mi paciente dio positivo. Ahí se me vino el mundo abajo“, recuerda, acongojada.

Su cuadro clínico no fue complejo. Tuvo fiebre, cefaleas y hasta llegó a perder el sentido del olfato, que aún recuperó al 100%. Pero no fue eso lo más difícil de sobrellevar sino la discriminación que sufrió por estar enferma.

“Pasamos dos situaciones muy feas. A los parientes de mi marido, por ser familiares nuestros, nos los dejaban circular con tranquilidad. Y los recolectores de basura no se llevaban nuestras bolsas de residuos por temor a contagiarse, a pesar que todos los días las desinfectábamos», cuenta hoy, menos angustiada pero aún dolida por estas conductas.

Tras quince días de internación y 11 hisopados (9 positivos y 2 negativos), Saravia ya recibió el alta epidemiológica y este viernes volvió al trabajo, aunque los temores no terminaron de despejarse. «Mi mayor miedo es la reacción de la gente cuando me vean comprando, yendo a trabajar, limpiando la vereda”, señala.

Ella entiende el miedo natural de las personas por contagiarse y no le desea esa situación a nadie. Además, afirma que las agresiones sufridas fueron de una minoría y resalta que es importante la solidaridad, no discriminar y la concientización de todos para superar esta pandemia.

Para finalizar, no se olvida de agradecer a quienes la acompañaron en los momentos más difíciles: “Desde el primer día la Municipalidad se puso en contacto conmigo y siempre nos estuvieron acompañando, tanto a mí como a mi marido. Nos dieron mucha ayuda con el cuidado de los chicos y fueron muy positivos. Estoy muy agradecida con todos, pero en especial con el doctor Juan Manuel Ordóñez”, afirma Saravia, una sobreviviente escobarense del coronavirus.

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