La pandemia retrasa un ansiado sueño de la comunidad Qom de Garín

La cuarentena puso en suspenso el proyecto de un grupo de familias indígenas de Escobar: la recuperación de su lengua nativa a través de las enseñanzas de una integrante. “Debemos recuperar nuestro idioma porque es nuestra identidad”, afirman.

Identidad. La cacica Cintia Lopez y sus hijos, en una celebración de Punta Querandí. (Foto: Leo Crovetto)

La cuarentena puso en suspenso el proyecto de un grupo de familias indígenas de Escobar: la recuperación de su lengua a través de las enseñanzas de una integrante. “Debemos recuperar nuestro idioma porque es nuestra identidad”, afirman.

“Por resistir, por luchar, por no callar, debemos recuperar nuestro idioma porque es nuestra identidad”. Estas palabras llenas de convicción pertenecen a Cintia López, cacica de la comunidad Qom Pi – Hermanos/as Tobas, formada por ocho familias que viven mayoritariamente en el barrio La Madrugada de Garín, pero también en Maquinista Savio. Son unas 30 personas con diversos trabajos, oficios y edades.

La cuarentena dispuesta a partir del 20 de marzo por la pandemia de coronavirus postergó un gran desafío que estaban por concretar: una serie de encuentros para profundizar la enseñanza del idioma de sus ancestros.

El qomlaqtaq es una de las lenguas indígenas oficiales de la provincia de Chaco y es hablado en miles de hogares en los aglomerados urbanos de Santa Fe, Rosario y Gran Buenos Aires. Sin embargo, en especial en esta última región, muchos qom han perdido su idioma: “Nuestros padres y madres nos querían ‘proteger’ al no transmitirnos la lengua materna, por miedo a que sufriéramos discriminación”, explica López.

Sus padres, Mirta Romualdo y Felipe López, llegaron al Gran Buenos Aires desde Chaco a fines de la década del ’70. Primero vivieron en la zona sur del conurbano y en 1994 se asentaron en Garín. Su lugar natal es el Lote 40 de Colonia Aborigen, ubicado en el municipio de Machagai, donde se encuentra la Escuela 810 “Pedro López”, en homenaje a su abuelo paterno, quien fue clave para la fundación del establecimiento educativo.

“Siempre tuvimos conciencia de ser una comunidad. Cuando estaba en el colegio secundario ayude a mi papá con los papeles para gestionar la personería jurídica. Fue un primer intento, pero quedó trunco”, recuerda López, nacida hace casi cuatro décadas en Buenos Aires. “Hace pocos años volvimos a retomar ese objetivo”.

Una de las prioridades de este grupo de familias, agrupadas en el partido de Escobar, es la enseñanza de su idioma natal a través de los saberes de Romualdo. Con ese objetivo, en 2019 tuvieron una primera experiencia que resultó muy positiva, aunque no pudieron continuar porque necesitaban un lugar más amplio.

Experiencia. Mirta Romualdo participó en el Encuentro de Lenguas Indígenas de 2019 en Punta Querandí.

“Empezamos haciendo el taller en mi casa con lo que teníamos, hojas, lápices, escribíamos en cartulina y papel afiche, nos faltaba un pizarrón”, recuerda Cintia. “Mi mamá nos enseñó lo básico: saludos, preguntas, partes del cuerpo. También les cantaba a sus nietos, nos emocionó mucho. Le pedíamos que hable y después nos traduzca, que igual la íbamos a entender porque es algo que llevamos adentro nuestro. En las últimas reuniones hablaba netamente su idioma y ¡mi hijo mayor ya la entendía!”, se explaya.

La modalidad de enseñanza tiene poco que ver con el sistema estatal. “Aprendemos en comunidad, todos juntos, no es como la escuela que nos impusieron”, explica.

En esta primera mitad de 2020 tenían acordado retomar estos talleres de fortalecimiento del idioma qom una vez por mes en la Comunidad Indígena Punta Querandí, territorio ancestral y sagrado en resistencia a los barrios privados, ubicado en el paraje Punta Canal, a unos nueve kilómetros de Garín, en el límite con entre las localidades de Ingeniero Maschwitz y Dique Luján, partido de Tigre.

Para garantizar la participación de las personas que integran Qompi habían iniciado gestiones con la Dirección de Derechos Humanos de Escobar solicitando “apoyo logístico”: un micro gratuito ida y vuelta desde Garín hasta Punta Canal.

¿Por qué en Punta Querandí?

La cacica Cintia López conoció Punta Querandí siendo alumna del Profesorado de Historia y Geografía de la Universidad Popular de Escobar, a instancias del escritor Marcelo Valko, en junio de 2018.

A partir de ese momento, la mujer qom fue acercando a muchos de sus familiares a este predio. “Si bien siempre milité esta causa, empecé a caminar más este último tiempo. Conocer Punta Querandí me fortaleció porque encontré hermanos y hermanas que tienen este amor por sus raíces. Compartir conocimientos nos da fuerzas”, relata.

Mirta Romualdo, la responsable de transmitir el idioma en la Comunidad Qompi, visitó por primera vez Punta Querandí en noviembre del año pasado para participar del Encuentro de Lenguas Indígenas, que reunió a hablantes de qom, wichí, guaraní y quechua.

Cuando le tocó compartir su experiencia, relató la violencia que sufrió de pequeña por mantener su lengua. Fue doloroso para su hija: “Yo sabía que sufrió discriminación ,pero nunca me había dicho que la golpeaban o la castigaban en la escuela”.

Comunidad. Participantes del Encuentro de Lenguas Indígenas en Punta Querandí, noviembre de 2019.

López describe el primer día de su madre en Punta Querandí: “No se sentía bien, tenía dolores en la pierna, pero nos dijo que llegó allá y sanó. Yo la vi: se descalzó, empezó a caminar. A cada paso que daba miraba todo y estaba muy alegre. Se sintió en su casa. Fuimos hasta el fondo, donde está el Opy (templo) y la Maloka (vivienda comunitaria). Ella se detuvo, apoyó su mano en la pared de barro y empezó a orar por el lugar y por los hermanos y hermanas que están en la lucha por el territorio”.

Fruto de lo vivido en esta jornada, pidieron permiso a la Comunidad de Punta Querandí para realizar los talleres en este territorio. La idea la tuvo Nelson Gutiérrez, el esposo de López. Y Mirta Romualdo estuvo de acuerdo: “El sí de ella fue decisivo”.

“Mi mamá volvió muy contenta, les contó a mis hermanas y quiere que sus otros nietos conozcan el lugar. Todos quieren venir”, relata la referente de la comunidad qom de Escobar.

Actualmente las familias de Qompi cumplen con la cuarentena, por lo que no se pueden reunir en ningún lugar. Y para superar este difícil momento económico se ayudan mutuamente: “Algunos pudieron seguir trabajando, otros hacen alguna changa”, dice la referente.

El vínculo comunitario se mantiene con llamados y mensajes. López lamenta: “Se extraña estar en casa de mi mamá un domingo mateando entre todos, los chicos jugando, corriendo de aquí para allá, todo ese bullicio”.

*Artículo publicado en el sitio web de Punta Querandí

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