La bicisenda de la ruta 25 se convirtió en una trampa mortal

Repleta de pozos y sin señalización ni separadores en condiciones, la ciclovía que une Escobar y Matheu es un camino de alto riesgo. El Municipio culpa a Vialidad.

En algunos tramos, el material asfáltico se desplazó de la calzada sobre los adoquines que delimitan la bicisenda.

Producto de la falta del más elemental mantenimiento, la bicisenda de la ruta provincial 25 se encuentra en tan malas condiciones que es poco menos que una trampa mortal para aquellos que todavía se animan a transitarla.

La ciclovía fue construida con la intención de que los ciudadanos puedan unir las localidades de Belén de Escobar y Matheu a través de la bicicleta como medio de transporte, disminuyendo por ende el tránsito vehicular e incentivando -implícitamente- a la comunidad a realizar una actividad atlética. Sin embargo, nada de eso puede cumplirse hoy.

A una década y media de su inauguración, la bicisenda se encuentra completamente deteriorada a lo largo de sus casi seis kilómetros de extensión, desde el parque temático Temaikèn hasta cuatro cuadras antes del principal paso a nivel de Matheu.

Las varillas que sobresalen del asfalto son un grave peligro.

Hay pozos por todos lados y de todos los tamaños, la mitad de los bloques de hormigón fueron rotos o están corridos de lugar -incluso, muchos de ellos tapados por asfalto desplazado de la calzada- y la señalización brilla por su ausencia. Además, las varillas de los adoquines faltantes constituyen un peligro latente de pinchaduras y accidentes. Las piedras y la suciedad generada por el mismo tránsito terminan de colorear el penoso cuadro de situación.

En ese paupérrimo y por demás peligroso estado, la ciclovía pone en riesgo la vida de los pocos ciclistas que se animan a transitarla sin estar mínimamente resguardados de los autos que les pasan a centímetros.

El cuento del gran bonete
Una sola vez la actual gestión municipal se hizo cargo de este problema y tomó cartas en el asunto. Fue en 2009, a meses de las elecciones legislativas, cuando la Subsecretaría de Infraestructura y Servicios Públicos colocó nuevos adoquines divisores de la bicisenda con los carriles de circulación vial y reparó y pinto los ya existentes. Pero el arreglo fue apenas parcial.

Cuatro años después el estado de la bicisenda es catastrófico y su uso es cada vez menor, no sólo por la falta de continuidad en el trayecto sino y principalmente por los riesgos que acarrea circularla.

Desde la Secretaría de Obras Públicas del Municipio culpan del abandono de la bicisenda a la Dirección de Vialidad Provincial. “La Municipalidad ha realizado numerosas reparaciones parciales, pero es un tema del cual debe hacerse cargo Vialidad Provincial, de igual modo que de la reparación, acondicionamiento y mantenimiento de la ruta. Nosotros ya hicimos varios reclamos al respecto”, afirmaron ante una consulta de EL DIA de Escobar, dando a entender que la bicisenda seguirá en pésimas condiciones hasta que el ente provincial se digne a arreglarla.

Así las cosas, los vecinos y ciclistas que utilizan la bicisenda deberán seguir esperando hasta quién sabe cuándo por una reparación eficiente, y rezando -aquellos que sean creyentes- para que los camiones que rompen los pocos bloques de hormigón que quedan no vayan un poco más allá y los terminen “rompiendo” a ellos.

A la altura de Parque Florido la bicisenda desaparece por el mal estado de la ruta. La reparación se hace esperar.

Por Damián Fernández

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