El escobarense que hizo de “Pantera” en El Marginal es furor en las redes sociales

Interpretando a un tartamudo violento y desalmado, Ignacio Sureda se convirtió en una de las revelaciones de la taquillera serie, cuya segunda temporada llegó a su fin este martes. “Fue un desafío muy grande”, contó, feliz.

Faca en mano. Ignacio Sureda, en el patio de San Onofre, encarnando al peligroso y despiadado “Pantera” . 

Interpretando a un tartamudo violento y desalmado, Ignacio Sureda se convirtió en una de las revelaciones de la taquillera serie, cuya segunda temporada llegó a su fin este martes. “Fue un desafío muy grande”, contó, feliz.

Después de ocho capítulos muy intensos y con altas mediciones de rating, la segunda temporada de El Marginal llegó a su fin este martes a la noche. Y una de las gratas novedades de esta precuela fue la participación de un actor escobarense, que rápidamente se convirtió en furor en las redes sociales.

A Ignacio Sureda (29) le tocó encarnar un personaje difícil, arriesgado y, sobre todo, muy violento: «Pantera», el principal ladero del sanguinario “Sapo” Quiroga (Roly Serrano), el interno que desde su pabellón manejó hasta su muerte los hilos del ficticio Penal de San Onofre. «Fue un gran desafío», cuenta, con la satisfacción de haber superado la prueba con suficiencia y adquiriendo una popularidad notoria.

“Me preparé mucho para los castings, en casa, frente al espejo, trabajé mucho el tartamudo, la mirada y la postura física de felino desde el primer día», contó en una entrevista que la revista DIA 32 publicó en su edición de agosto, poco antes de que la TV Pública ponga al aire El Marginal 2.

Al igual que en la primera temporada, la filmación se realizó en la ex cárcel de Caseros, en el barrio porteño de Parque Patricios, un lugar emblemático por su historia. “Laburar ahí adentro te da una energía densa, oscura, que vas absorbiendo”, reveló el escobarense, que para el rodaje se rapó y pasó largas horas en el gimnasio hasta tallar su torso, que exhibió al desnudo del primer al último capítulo.

“De repente me encontré con este personaje y fue una responsabilidad muy grande, porque estaba al lado de figuras como Roly Serrano y Claudio Rissi, tipos que la mueven, y uno tenía que jugar a la par de ellos”, expresó en la misma entrevista.

Su aparición en una serie tan taquillera como El Marginal -ganadora del Martín Fierro de Oro 2017- fue el camino hacia una fama que este joven escobarense nunca hubiera imaginado apenas unos meses atrás. Hasta ahora, su trabajo actoral más importante había sido en Sos mi hombre, cuando representó a «El Pibe» Dos Santos un boxeador que se codeaba con el fornido Luciano Castro. Pero allí su papel no tuvo ni por asomo la dimensión de «Pantera».

«El balance es súper positivo. Arranqué a grabar con mucha expectativa y como un gran desafío por el personaje que había que componer, que en los últimos capítulos fue cobrando mayor protagonismo», reconoció el actor en declaraciones a El Día de Escobar.

En las redes sociales las menciones a su personaje fueron furor. Especialmente en el público femenino, que hasta ahora no lo tenía en el radar. «Las repercusiones fueron increíbles. En Instagram ahora tengo casi 65 mil seguidores, muchos mensajes de buena onda, chicas piropeando y mucha gente felicitándome. El reconocimiento de la gente está muy bueno».

Haber participado en uno de la exitosa serie producida por Sebastián Ortega le abrió, a su vez, un promisorio horizonte en el ámbito laboral. «He tenido reuniones para próximos proyectos. Por ahora no tengo nada cerrado, pero hay cosas dando vueltas», manifestó «Nacho», con prudente optimismo.

En cuanto al futuro de El Marginal, se habla de la llegada de los nuevos capítulos a Netflix y de una tercera temporada en 2019, algo que el mismo Sureda no sólo no descarta sino que también ansía: «Hay muchas posibilidades, yo creo que es casi un hecho. Las ganas están de parte del elenco, de la producción y de la gente», afirmó.

Por lo pronto, que su personaje haya sobrevivido a la masacre del último episodio le deja abierta de par en par la expectativa de reencarnar a «Pantera», un apodo que lo acompañará por siempre como bisagra de la profesión que heredó de su padre y de su abuelo -fundador del teatro Girona, fallecido en 2013-, para orgullo de una familia que en Escobar es sinónimo de cultura.

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