Dieciséis canciones en una hora. Así de intenso fue el show de Miranda este sábado en Escobar, cerrando la gran noche de la 61º Fiesta Nacional de la Flor tras el desfile de carrozas sobre la avenida Tapia de Cruz.
Con puntualidad suiza, Alejandro Sergi -en el día de su cumpleaños 53- y Juliana Gattas salieron a escena a las 21, dispuestos a hacer vibrar a las cerca de veinte mil personas que colmaron el predio. Para entrar en clima rápido arrancaron con Ya lo sabía, siguieron con Ritmo y decepción y sorprendieron al interpretar Siempre que lo beso, una de sus últimas canciones.
La play list siguió con Uno los dos, Tu misterioso alguien, con la voz de Andrés Calamaro de fondo; Perfecta, con María Becerra y FMK de fondo; Lo que siento por ti y Prisionero, una de las canciones más celebradas por la multitud.
Entre cambios continuos de vestuarios, destrezas de baile, las cabriolas de sus bailarines y una energía arrolladora en escena, la banda siguió echando mano a su infinito repertorio de hits, uno atrás de otro, sin pausa. Así, sonaron El disco de tu corazón, Yo te diré, Me gustas tanto y Traición, repasando su discografía sin un orden necesariamente claro.
Así como la entrega fue total, la comunicación verbal con la gente resultó casi mínima. Apenas algunas menciones a Escobar y a la Fiesta de la Flor en medio sus canciones. No es una banda que se caracterice por hablar demasiado en sus shows y no hubo razones para que este sea una excepción.
Para el bloque final, con el público eufórico de tanto bailar, saltar y cantar, quedaron Mentía, Fantasmas en la casa, Enamorada y Don, el himno que le bajó el telón a un recital impactante, que logró algo poco usual: saciar al público en apenas sesenta minutos.