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Los vecinos acusaron a la Policía de no actuar contra las bandas delictivas organizadas que hay en la zona.
Hartos de sufrir todo tipo de robos y a cualquier hora del día, más de cien vecinos de los barrios Cabot y San Jacinto, en Garín, salieron este lunes a la calle para reclamar seguridad y también denunciar supuestos pactos espurios entre la policía y los dealers de la zona.
La agitada movilización comenzó a las 14, en la intersección de las calles Bourdet y Zabala, en el barrio Cabot. “Pedimos seguridad y basta de arreglos de la Policía con los tranzas y los ladrones de la villa San Jacinto”, fue la premisa vecinal. La tensión fue creciendo a la par que corría el reloj y las respuestas convincentes del flamante titular de la comisaría local, Martín Pino, se hacían esperar.
Los cientos de vecinos presentes -un gran número dada la hora y el día- manifestaron a viva voz durante toda la tarde que viven con miedo, producto de la delincuencia que azota la zona las 24 horas del día. “Sufrimos robos en las paradas de colectivos, entraderas en las casas, les roban a los propios vecinos de la villa -San Jacinto-, después los obligan a irse y les venden las casas”, afirmó a EL DIA de Escobar Gabriela Rivero, una de las incontables víctimas de la inseguridad. “A mí me tirotearon la casa por denunciarlos y lo mío duró tres meses, pero no me fui”, agregó.
Los habitantes de Cabot y San Jacinto están convencidos de que el gran culpable de la alarmante situación es el narcotráfico, y en ese sentido denunciaron a la policía local por supuesta complicidad. “El jefe de calle de la comisaría de Garín, el oficial Gelves -presente en el lugar-, ha liberado la zona para la venta y el consumo de drogas”, expresó furiosa una vecina, en sintonía con otras.
Son dos las bandas delictivas que coparon el territorio y amedrentan a la comunidad: “Los Patitas” y “Los Baranta”, estos últimos señalados como “los tranzas del barrio”. Pese a tener confeccionado un mapa delictual con nombre y apellido, desde la seccional Escobar 3ra confiesan no poder hacer mucho porque “son menores de edad”.
Si bien las soluciones inmediatas demandadas por los vecinos nunca llegaron, las autoridades policiales se comprometieron a reforzar el patrullaje en el barrio, coordinar acciones con la patrulla municipal y reunirse con la fiscalía para encontrarle una salida a esta situación. Además, desde hace algunos días un móvil de Gendarmería Nacional recorre la zona más caliente de Garín.
Paradójicamente, el álgido reclamo vecinal se efectuó en horas en que el director de Prevención Comunitaria del Municipio, Alfredo Leguizamón, reunía a los medios de prensa para informar que había sufrido un ataque intimidatorio en la puerta de su casa, también ubicada en el barrio Cabot.
La movilización llegó a su final cerca de las 18 y con un mensaje poco auspicioso. La Policía tuvo que dejar un móvil y llamar a dos de Prevención Comunitaria para que custodien el lugar porque algunos “ladrones del barrio”, identificados por los vecinos, se acercaron y comenzaron a tirar piedras para disuadir el reclamo. Lamentable.
