Trasladarán los colectivos de mediana y larga distancia al boulevard Güemes

El Municipio inició un llamado a licitación para reflotar el proyecto que Luis Patti inauguró y dejó inconcluso en 1998. En tanto, la actual terminal será remodelada y quedará para las líneas locales. Además, se repavimentará la calle Rivadavia.

Proyecto trunco. El boulevard Güemes nunca llegó a funcionar como terminal. Pero ahora la idea recobró fuerza.

El Municipio inició una licitación para reflotar el proyecto que Patti inauguró y dejó inconcluso en 1998. En tanto, la actual terminal será remodelada y quedará para las líneas locales. Además, se repavimentará la calle Rivadavia.

En junio de 1998, antes de dejar la Intendencia interinamente en manos de Jorge Landau para iniciar su campaña de candidato a gobernador, Luis Patti inauguró con bombos y platillos en Belén de Escobar una obra que nunca fue utilizada para el fin que se la concibió: la terminal de media distancia del boulevard Güemes. Veinte años después, Ariel Sujarchuk se propone reflotarla. Y no sólo eso: también anunció la remodelación de la de la calle Rivadavia.

En pleno idilio de su primer mandato, Patti pavimentó la por entonces polvorienta calle Güemes, desde la ruta 9 vieja hasta Italia, y la convirtió en un boulevard, con palmeras del lado de las vías, luminarias y una veintena de dársenas.

Sin embargo, la insuficiente infraestructura -no tenía refugios, ni asientos, ni baños, para dar una idea-, la falta de planificación y el rechazo de los comerciantes de la Rivadavia fueron algunas de las razones por las que aquel proyecto del ex subcomisario -en realidad, una iniciativa del entonces concejal radical Raúl Urbano- nunca se implementó, ni siquiera cuando regresó a la Municipalidad, en febrero de 1999. Tiempo no le faltó: estuvo hasta diciembre de 2003.

Desde su fallida inauguración y hasta la actualidad, el lugar es utilizado por la línea 60 y Chevallier como playa de estacionamiento de los colectivos que van a la terminal de Rivadavia. Es cierto que el boulevard también sirve como entrada y salida alternativa de la ciudad, pero es poco aprovechado para ese uso.

Dos décadas después, la obra de Patti será rescatada por Sujarchuk, quien el viernes anunció que sobre las bases sentadas en 1998 se construirá y se pondrá en funcionamiento una terminal de media y larga distancia. Para esto, ya se está licitando un proyecto sobre el que se conoce poco, pero que básicamente apunta a dotarla de todos los requerimientos necesarios.

En ruinas. La terminal de Rivadavia, sin asientos, ni techos ni higiene. Un monumento al abandono.

“La idea es expandir el desarrollo y el crecimiento de la ciudad”, explicó el intendente. También deslizó la intención de  conectar esta nueva terminal con la actual, que quedará exclusivamente para las líneas comunales. En ese sentido, está prevista la reubicación de numerosas paradas sobre la calle Rivadavia -en principio, entre las avenidas 25 de Mayo y Tapia de Cruz, pero podría extenderse dos cuadras hasta Italia-, de manera de generar una suerte de corredor de transporte público.

Dentro de esta misma planificación se encuentra la repavimentación de la calle Rivadavia. Para realizar esta obra, a todas luces impostergable -de hecho, es inadmisible que haya llegado al nivel de deterioro que presenta-, el Municipio espera contar con una partida provincial de $13.440.000, como El Día de Escobar adelantó el mes pasado. De todos modos, si ese dinero no llega, o si se demora, Sujarchuk aseguró que lo encarará con fondos propios.

Minada de baches. La calle Rivadavia, desde 25 de Mayo hasta Spadaccini, está plagada de pozos enormes.

También el viernes, en el lanzamiento del llamado a licitación para modernizar el transporte comunal, el intendente anunció otra obra largamente postergada e imprescindible: la remodelación de la terminal de Rivadavia y Spadaccini. “Es un caos, se fue desmadrando a tal punto que no hay señalización y los usuarios ni siquiera tienen un techo para resguardarse cuando llueve”, admitió, al tiempo que propuso dotarla de “identidad, prolijidad y calidad urbana”.

Todas estas medidas se llevarán a cabo desde la Agencia Municipal de Transporte, creada en abril por decreto del Ejecutivo, cuya función es planificar, fiscalizar, coordinar, promocionar y desarrollar el transporte público de pasajeros y de carga. Su director ejecutivo es el massista Luis Carranza -concejal en uso de licencia-, que tiene por delante un desafío gigante, tal vez histórico y netamente transformador.

Por Ciro D. Yacuzzi

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