Se aprobó la instalación de una terminal portuaria en el Paraná

El proyecto sería acompañado de obras complementarias. Entre ellas, un camino a Loma Verde y la repavimentación de la 25.

En un trámite sencillo que se consumió en un puñado de minutos, el Concejo Deliberante de Escobar aprobó por unanimidad este miércoles 14 un proyecto de ordenanza que autoriza la instalación de una terminal portuaria en el Paraná de las Palmas para la importación de gas natural licuado.
El expediente, registrado bajo el número 13.507/10, prevé una serie de cambios en el uso asignado a vastas franjas de tierras ribereñas, que deberán incorporarse al Plan de Zonificación sancionado en noviembre del año pasado una vez que sea homologado por los organismos provinciales correspondientes. Concretamente, pasarán de ser zonas de esparcimiento a servir de áreas de desarrollo portuario industrial, mientras que otras quedarán reservadas para eventuales proyectos de promoción turística.
“La decisión política que toma este gobierno y el bloque justicialista tiene que ver con que en la costa de Escobar haya un desarrollo mixto. Por un lado, fomentar toda la actividad turística, que es un largo anhelo de los vecinos del partido de Escobar, y crear todas las condiciones para la creación de un puerto multipropósito”, señaló el presidente de la bancada oficialista, Luis Carranza, durante su alocución en la sesión.
Además, Carranza resaltó que esta propuesta “cuenta con el respaldo del gobierno nacional, que a través de una de sus empresas mixtas, como Enarsa, se suma a YPF con la intención de que Escobar tenga un área portuaria”.
La instalación del puerto de regasificación derivaría también en obras de infraestructura imprescindibles para su desarrollo. Entre las de mayor impacto, la repavimentación de la ruta provincial 25 y la construcción de un camino de circunvalación norte, que conectaría al Paraná con la zona de Loma Verde afectada a la radicación de un parque industrial.
Sin el más mínimo atisbo de debate y con la anuencia silenciosa de los bloques minoritarios, el oficialismo no necesitó transpirar para cumplir su misión de devolverle al Ejecutivo un expediente aprobado por los veinte concejales. Por ahora, la creación del puerto avanza viento en popa.
El plan oficial
Ante las crecientes dificultades en el abastecimiento de gas, desde el Ministerio de Desarrollo Social que comanda el arquitecto Julio de Vido empezaron a apurar los planes para importar gas desde mercados de ultramar.
La intención es montar una planta o un buque regasificador con capacidad para inyectar al sistema de TGN (la transportadora que atiende a la zona norte y centro del país) ocho millones de metros cúbicos de gas por día, cerca de un 6% del consumo de la Argentina, en una sociedad entre YPF -controlada por la española Repsol y gerenciada por la familia Eskenazi- y la estatal Enarsa (el brazo ejecutor del Gobierno en materia energética).
Con una inversión de u$s 150 millones, el proyecto permitiría que el gas llegué al país en forma líquida (LNG, según su denominación en inglés) desde naciones con recursos disponibles, como Trinidad & Tobago o algunos países de África, a través de barcos. Una vez frente a las costas argentinas, el gas se convertirá a su estado natural y así se inyectará en los gasoductos.
La iniciativa, similar al buque regasificador que funciona desde hace dos años en el puerto de Bahía Blanca, debería estar en marcha a más tardar para el invierno de 2011.
Por el momento, la duda central tiene que ver la conveniencia de instalar una planta en tierra o un barco regasificador, un sistema muy parecido al que funciona al sur de la provincia de Buenos Aires. De acuerdo con los avances del proyecto, el buque que traiga el gas va a fondear a 300 kilómetros de San Clemente del Tuyú, ya que por su tamaño (280 metros de largo) no puede avanzar más por los ríos ni subir por el Paraná. Por eso, desde allí se transbordará el cargamento a buques más chicos, de entre 240 y 250 metros de largo. De hecho, parte de los u$s 150 millones se destinarán a construir un muelle y dragar el Paraná.
El concejal Luis Carranza (PJ) defendió las cualidades del proyecto.

El presidente del bloque oficialista, Luis Carranza, defendió las cualidades del proyecto.

En un trámite sencillo que se consumió en un puñado de minutos, el Concejo Deliberante de Escobar aprobó por unanimidad este miércoles 14 un proyecto de ordenanza que autoriza la instalación de una terminal portuaria en el Paraná de las Palmas para la importación de gas natural licuado.

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El expediente, registrado bajo el número 13.507/10, prevé una serie de cambios en el uso asignado a vastas franjas de tierras ribereñas, que deberán incorporarse al Plan de Zonificación sancionado en noviembre del año pasado una vez que sea homologado por los organismos provinciales correspondientes. Concretamente, pasarán de ser zonas de esparcimiento a servir de áreas de desarrollo portuario industrial, mientras que otras quedarán reservadas para eventuales proyectos de promoción turística.

“La decisión política que toma este gobierno y el bloque justicialista tiene que ver con que en la costa de Escobar haya un desarrollo mixto. Por un lado, fomentar toda la actividad turística, que es un largo anhelo de los vecinos del partido de Escobar, y crear todas las condiciones para la creación de un puerto multipropósito”, señaló el presidente de la bancada oficialista, Luis Carranza, durante su alocución en la sesión.

Además, Carranza resaltó que esta propuesta “cuenta con el respaldo del gobierno nacional, que a través de una de sus empresas mixtas, como Enarsa, se suma a YPF con la intención de que Escobar tenga un área portuaria”.

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La instalación del puerto de regasificación derivaría también en obras de infraestructura imprescindibles para su desarrollo. Entre las de mayor impacto, la repavimentación de la ruta provincial 25 y la construcción de un camino de circunvalación norte, que conectaría al Paraná con la zona de Loma Verde afectada a la radicación de un parque industrial.

Sin el más mínimo atisbo de debate y con la anuencia silenciosa de los bloques minoritarios, el oficialismo no necesitó transpirar para cumplir su misión de devolverle al Ejecutivo un expediente aprobado por los veinte concejales. Por ahora, la creación del puerto avanza viento en popa.

El plan oficial

Ante las crecientes dificultades en el abastecimiento de gas, desde el Ministerio de Planificación Federal que comanda el arquitecto Julio de Vido empezaron a apurar los planes para importar gas desde mercados de ultramar.

La intención es montar una planta o un buque regasificador con capacidad para inyectar al sistema de TGN (la transportadora que atiende a la zona norte y centro del país) ocho millones de metros cúbicos de gas por día, cerca de un 6% del consumo de la Argentina, en una sociedad entre YPF -controlada por la española Repsol y gerenciada por la familia Eskenazi- y la estatal Enarsa (el brazo ejecutor del Gobierno en materia energética).

Con una inversión de u$s 150 millones, el proyecto permitiría que el gas llegué al país en forma líquida (LNG, según su denominación en inglés) desde naciones con recursos disponibles, como Trinidad & Tobago o algunos países de África, a través de barcos. Una vez frente a las costas argentinas, el gas se convertirá a su estado natural y así se inyectará en los gasoductos.

La iniciativa, similar al buque regasificador que funciona desde hace dos años en el puerto de Bahía Blanca, debería estar en marcha a más tardar para el invierno de 2011.

Por el momento, la duda central tiene que ver la conveniencia de instalar una planta en tierra o un barco regasificador, un sistema muy parecido al que funciona al sur de la provincia de Buenos Aires. De acuerdo con los avances del proyecto, el buque que traiga el gas va a fondear a 300 kilómetros de San Clemente del Tuyú, ya que por su tamaño (280 metros de largo) no puede avanzar más por los ríos ni subir por el Paraná. Por eso, desde allí se transbordará el cargamento a buques más chicos, de entre 240 y 250 metros de largo. De hecho, parte de los u$s 150 millones se destinarán a construir un muelle y dragar el Paraná.

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