La Unión Vecinal de Escobar muestra a sus candidatos

union-vecinal-portada-web La abogada Gabriela Hernández, el empresario Rolando Hofele y el profesor de educación física José María Urriza presentaron sus perfiles a El Día de Escobar.

Candidatos: Hofele, Hernández y Urriza.

Candidatos: Hofele, Hernández y Urriza.

Apelando a cierto latiguillo que anda dando vueltas sobre la campaña electoral, bien puede afirmarse que los candidatos de la Unión Vecinal de Escobar (UVE) que acompañan a Miguel Jobe en la lista 602 son “gente común”. Tienen casi nulos antecedentes políticos, pero hablan de su participación con un entusiasmo poco usual y están convencidos de que les corresponde como ciudadanos la obligación de intentar ayudar a la comunidad. Sin ocultar su sencillez, cada uno presentó sus pergaminos a El Día de Escobar y planteó su mirada sobre la realidad del distrito.

María Gabriela Hernández es la segunda candidata a concejal, vive en Escobar desde hace doce años y esta es su primera incursión en política; “a pesar de que conocí a mi marido en un comité radical, en la campaña de Alfonsín”, recuerda a modo de anécdota.

“Me integré a la Unión Vecinal porque me interesa trabajar por el lugar donde vivo y tengo mi familia y me gustan las bases que tiene el vecinalismo como manera de involucrarnos en lo que nos pasa todos los días cuando salimos a la calle”, explica Hernández.

– Imagino que habrá sido toda una decisión involucrarse en la política a esta altura y teniendo una carrera profesional. ¿Cuál fue el disparador?

– Tomé la decisión sentada frente a la tele, mirando las cosas que pasan, viendo el reclamo de la gente por el basural de Escobar. Entonces me pregunté cómo podía hacer para reclamar un poco más fuerte y entré a la Unión Vecinal porque es un espacio local donde me dieron un lugar. Si bien es la primera vez que participo en política, es algo que me interesó toda la vida. Esta es mi manera de participar en vez de quedarme sentada frente al televisor.

– ¿Qué cosas le preocupan de Escobar?

– Particularmente todo lo que sea el tema de seguridad, contaminación y, fundamentalmente, asistencia médica, donde veo que es muy difícil el acceso de determinados sectores a una atención inmediata. También veo muchas calles sin pavimentar en zonas de accesos a colegios y centros médicos, lo que también hace muy difícil el movimiento de la gente. Y me interesa mucho la contención de los chicos y de los adolescentes, que tienen escasos lugares donde concurrir después o antes del horario de clase. Si bien hay centros culturales o deportivos, no hay un estímulo para que los usen y que los padres los cuenten como contención de sus hijos mientras ellos están trabajando.

Rolando Hofele, si bien es el presidente de UVE, también es una cara fresca en la política local. Tiene un taller mecánico que heredó de su padre en Loma Verde, fue presidente del Club Independiente, fue miembro directivo de la Cámara de Comercio y lo es actualmente en la Unión Industrial de Escobar. Además, participó en varias cooperadoras escolares y está en la del Centro de Día René Favaloro.

“Siempre participé en política, pero desde afuera. Fui fiscal varias veces, participé en muchos partidos para ver quién era quién y ninguno me convenció. Por eso entré en este espacio, que es algo nuevo y donde todos pensamos lo mismo”, señala el tercer candidato a concejal de UVE.

– ¿Qué impresión se llevó del Concejo Deliberante cuando participó de una asamblea como mayor contribuyente?

– Fue patético. Vi a concejales y mayores contribuyentes que tenían un listado con instructivo de dónde levantar la mano y dónde no. Yo les preguntaba por qué votaban algo y me decían: “No sé, me dijeron que tenía que levantar la mano”. Me pareció un espanto, horrible. ¿Quién legisla?

– ¿Cree que la oposición, desde la minoría, puede modificar en algo esta realidad?

– Modificar no creo, pero sí se puede hacer público. Estando adentro se puede hacer público lo que pasa y crear un espacio de atención al ciudadano. La mayoría de la gente no sabe lo que pasa ni se entera de lo que se va a tratar. Se entera después de que las cosas están hechas.

– ¿Qué cosas le gustaría modificar desde el HCD si estuviera sentado en una banca?

– Muchas, son innumerables. Principalmente en educación. Sé que el Municipio no tiene mucha ingerencia pero hay grandes problemas con la matrícula en jardines de infantes y escuelas primarias; muchos chicos están más adentro de una jaula que de un colegio. Por otra parte, por ahí es más importante hacer mil cuadras de veredas en vez de asfaltar ocho cuadras, porque eso haría que la gente que no tiene auto pueda salir de los barrios. El medio ambiente también me preocupa muchísimo. Y que aumenten tanto las tasas y las presiones fiscales sin tener la más mínima idea de la rentabilidad que uno tiene.

José María Urriza tiene 35 años y su relación con Miguel Jobe viene de familias vecinas. Es profesor de Educación Física, hace catorce años trabaja en el Club Independiente de Escobar, en un gimnasio y en varias escuelas, una de ellas la EPB N° 30 de Garín. Ahora, es el primer candidato a consejero escolar de UVE.

“Vengo de una camada de descreídos políticos. Estoy acá porque Miguel me invitó y me convenció. Más allá de los partidos políticos, uno viene por los proyectos y la clase de gente que está. Me gusta estar donde estoy y me siento muy cómodo. Es un terreno totalmente desconocido para mí, estoy aprendiendo, pero creo que puedo aportar mi trabajo”.

En cuanto a sus expectativas en caso de ingresar al Consejo Escolar, señala: “Quizás sea demasiado idealista, pero yo apunto a que se pueda formar un buen grupo de trabajo y hacer algo por las escuelas. Gustavo Rizzo, a quien conozco, me dijo que ahí adentro todos ponen el hombro y laburan en forma conjunta. Eso me moviliza y me entusiasma.

– ¿Pensó en dar el paso de meterse en la política para que otros lo imiten?

– La verdad es que cuando vine pensé que iba a durar días, pero me sentí cómodo. Entiendo lo que cuesta decirle a la gente que participe, porque yo no quería participar nunca. La gente está muy descreída, tiene miedo, desinteresada o enojada. Y así le hemos dejado lugar a otra gente que tal vez no merezca estar. Hay gente muy capacitada, de mucha experiencia, que hoy podría estar ocupando esos lugares. Creo que se necesita sentido común, criterio y humanizar un poco la política.

Con estas nuevas figuras y sus ideas, la Unión Vecinal de Escobar -es increíble, pero aún no está confirmado si será colectora de De Narváez o si su boleta tendrá un solo cuerpo- busca conseguir un lugar en el Concejo Deliberante. Para el objetivo, según diversos cálculos, debería superar los ocho mil votos: el doble de los que cosechó hace dos años.

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