La oficina de Edenor en Escobar se convirtió en La Meca de los reclamos

Cientos de vecinos se agolpan diariamente en la calle Sarmiento al 400 por la sobrefacturación de sus boletas, en muchos casos de hasta un 500%.

Las larguísimas colas para la oficina de Edenor son una postal diaria de enero sobre la calle Sarmiento al 400.

Es de público conocimiento la desastrosa situación que atraviesa el partido de Escobar en relación al suministro eléctrico, que a fin del año pasado generó un estallido social en la puerta de la oficina de Edenor. Pero al problema de los cortes de luz se sumó ahora uno no menos importante: la sobrefacturación en las últimas boletas.

A raíz de esto, hace dos semanas que los vecinos damnificados por este grosero error se agolpan en las puertas Sarmiento 465 para hacer sus reclamos. Todos los días se pueden ver filas de más de 50 metros, algo por demás inusual y que generó bastante revuelo.

“Nosotros queremos pagar dignamente la boleta, como tiene que ser. Pero venir, pagar y salir. No podemos perder un día de trabajo porque ellos atienden mal”, expresó totalmente ofuscado Ramón, de Maquinista Savio, a EL DIA de Escobar. Es que la atención en la oficina de Edenor, que funciona de 8 a 16, no siempre es puntual y avanza a un paso lentísimo.

Una empleada de la empresa dividía a la muchedumbre en dos filas: una para los usuarios fueron a pagar las boletas -quienes están atrasados no lo pueden hacer en un pago rápido-, que casi llegaba hasta la esquina de Travi; y la otra, hacia el lado de Spadaccini, destinada a aquellos que fueron a realizar reclamos, la mayoría por sobrefacturaciones en las boletas, en muchos casos de hasta cinco veces más de lo que un consumidor pagó dos meses atrás.

“Hace ocho meses estamos reclamando, es una locura lo que nos están cobrando y no tenemos ninguna solución”, decía el vecino Gerardo Durán, mientras mostraba dos boletas diferentes, una de La Lucila y otra de Benavídez, con el mismo consumo de kilovoltios pero con una diferencia de $2.000. “Es una vergüenza, porque uno es un laburante, pierde mucho tiempo y tiene que venir cada dos meses a hacer una fila para reclamar algo inaudito”, agregó.

Más allá de este reclamo en particular, que refleja una situación generalizada en muchísimas boletas, todos los presentes en las largas filas -algunos estaban desde hace dos horas- coincidieron en un reclamo por demás correcto y legítimo, que en pocas palabras expresó a este medio una vecina de Escobar llamada Mirta: “Que el servicio sea eficiente y que abran a horario, eso es lo que queremos”.

A todo esto, y mientras el sol abrasador de la última semana avanzaba sobre la vereda minada de vecinos, un empleado de la seguridad privada de Edenor hacía pasar de a uno a los usuarios, que se irritaban más por esta situación que por el calor agobiante. Como frutilla del postre, dos gendarmes apostados -vaya a saber uno para qué- frente a la puerta de ingreso con su simpatía habitual y demostrando ávidamente su ignorancia, creyendo encontrar a los delincuentes del lado de la vereda.

La historia de un jubilado

Una de las historias más angustiantes escuchadas en las colas de Edenor fue la de Genaro Ortiz, un jubilado de Maquinista Savio que se vio obligado a sacar un préstamo para pagar su última boleta de luz por un incremento exorbitante en su boleta.

“Mi boleta pasó de $200 a $1.200. ¿Cómo hago para pagar esto? Yo soy jubilado y no puedo pagarlo”, contaba don Genaro, con sus ojos llenos de lágrimas, mientras se quejaba porque en las casas linderas a la suya los consumos son mayores pero los importes no superan los $100.

“No sé que hacer, si pago la luz me quedo sin comer un mes”, concluyó con un notable dejo de tristeza el humilde vecino saviense.

Por Damián Fernández

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