HIJOS realizó un escrache en el country donde Patti cumple arresto domiciliario

Más de 200 militantes de esa y otras organizaciones participaron de la manifestación, ante un descomunal operativo de seguridad de Gendarmería.

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Más de 200 militantes de esa y otras organizaciones participaron de la manifestación, ante un descomunal operativo de Gendarmería. Reclaman que el ex policía condenado dos veces a prisión perpetua vuelva a una cárcel común.

Ante un descomunal operativo de seguridad que incluyó la presencia de una veintena de camiones celulares y patrullas de Gendarmería apostados al costado de la autopista Panamericana, algo más de doscientos militantes sociales y políticos participaron este miércoles a la tarde del escrache contra el arresto domiciliario de Luis Patti (64) en el country Septiembre convocado por la organización HIJOS.

Tras el polémico fallo del juez del Tribunal Oral Federal de Rosario Nº2, Otmar Paulucci, el dos veces intendente de Escobar y ex subcomisario de la Policía Bonaerense se encuentra purgando desde el 26 de septiembre pasado sus dos condenas a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad en una vivienda del barrio privado ubicado a la vera del kilómetro 47 de la autopista, sobre la Colectora Oeste, en atención a su estado de salud.

Hasta allí se movilizaron desde el puente de Escobar los manifestantes, quienes fueron señalizando el camino con carteles en los postes y pintando el asfalto para advertir la cercanía con el nuevo domicilio del ex represor.

En el playón de ingreso los recibió un representante del country, a quien le entregaron una nota ante la atenta mirada de los efectivos policiales que formaron una extensa barrera humana para evitar posibles altercados. Algo que finalmente no ocurrió, ya que la conducta de los manifestantes fue por demás pacífica.

«Es el primer escrache para alertar a los vecinos, para que tomen conciencia de con quién viven, y también para regular el cumplimiento de la Justicia», explicó Sofía Beláustegui, vocera de la seccional Escobar-Campana-Zárate (Es-Ca-Za) de la agrupación HIJOS, a El Día de Escobar.

En cuanto al controvertido fallo judicial, dictado en el marco del caso Cambiaso- Pereyra Rossi -dos militantes de Montoneros asesinados en 1983-, la también docente señaló: “Hay una recusación que ya está en curso y esa es la herramienta democrática que tenemos. Nosotros vamos por justicia, acá no hay justicia por mano propia ni nada por el estilo, así que nuestra forma de expresarnos es esta: manifestación abierta, democrática y pacífica».

«La sociedad debe saber que Patti no es un pobre viejito sino que es un simulador que está fingiendo problemas de salud. No solo que estamos convencidos de eso sino que está notificado en la causa por el fiscal -Adolfo Villat-. El procedimiento por el cual se lo liberó fue muy irregular y tomado de los pelos. De hecho, no participaron los peritos de parte, como corresponde para estos casos», reveló.

A su vez, no dudó en relacionar al ideario del actual gobierno nacional con el beneficio de la prisión domiciliaria concedido al ex intendente y, por ende, su traslado del hospital penitenciario de Ezeiza al domicilio del country Septiembre, donde ya vive con su esposa, la escribana Elizabeth Ferraro Mansur, y su pequeña hija Macarena.

«Estamos en una coyuntura donde, a raíz de leyes como la del 2×1, se beneficia a los genocidas, porque son los que efectuaron la dictadura y fueron el brazo gordo para que se consolide este sistema económico y nos gobiernen los que nos gobiernan hoy. Es muy fácil la cuenta: uno más uno es dos», concluyó Beláustegui.

Además de HIJOS Es-Ca-Za y otras seccionales de la agrupación que nuclea a hijos de desaparecidos y asesinados por la dictadura, también participaron del escrache la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, la seccional local de CTA, el gremio docente SUTEBA, el Partido Obrero, Izquierda Socialista y el Partido Comunista Revolucionario, entre otros.

Un párrafo aparte merece el intimidante despliegue de fuerzas federales que se realizó a la vera de la Panamericana, donde se pudo contabilizar a doce camiones celulares, seis camionetas y hasta un Unimog de la Gendarmería, que así como llegaron antes de las 18 se fueron poco después de las 19.30, cuando los manifestantes ya se habían retirado del lugar en absoluto orden.

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