Falleció Ricardo Pedersen, un obrero de la fotografía que amaba Garín

Tenía 57 años. Cubrió miles de eventos sociales en la localidad y colaboró con varios medios, entre ellos El Día de Escobar. Sufría una severa afección hepática.

Ricardo Pedersen, con su cámara en la mano

Tristeza y perplejidad. Dos sensaciones que por estas horas atraviesan a todos los que conocieron a Ricardo Pedersen, quien falleció este jueves a la tarde a causa de una insuficiencia hepática. Tenía 57 años, era fotógrafo y un vecino muy querido en Garín.

“Richar” nació en Tandil y llegó a Garín cuanto tenía 22. Antes había vivido unos años en El Talar, donde un amigo lo interesó en lo que sería su medio de vida y su gran pasión: la fotografía. Hasta entonces había trabajado como canillita, en la época dorada de los diarios y las revistas.

Tuvo dos locales de Fotos Ricardo, ambos frente a la plaza Belgrano: el primero sobre la calle Padre Perna, al lado de las antiguas oficinas del Registro Civil; el otro sobre la avenida principal, en el pasillo lateral al Banco Provincia.

La cámara de fotos era su compañera de cada día, con la que registró todo tipo de acontecimientos. Era raro -rarísimo- no verlo en un bautismo, un cumpleaños de 15 o un casamiento. Por lo general, todos lo contrataban. Ni que hablar los colegios: sería casi imposible calcular a cuántos miles de chicos -hoy muchos ya adultos- y docentes fotografió en patios y aulas.

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Ricardo Pedersen bailando sonriente
Divertido. Siempre de buen humor, pituco y entrador. Verlo enojado era imposible.

Si en Garín había un evento social, él estaba con su cámara en la mano. Incluso más, muchas veces era el que proveía todo lo necesario para una fiesta a través de su servicio de catering.

Versátil y curioso, durante varios años también se dedicó a la fotografía forense. Además, colaboraba de manera regular con varios medios de comunicación, entre ellos El Día de Escobar y DIA 32.

Simpatía, generosidad y calidez eran algunos de sus atributos naturales. Así como la fotografía era su pasión, Garín era su casa, el lugar donde todos lo conocían y lo querían.

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Tuvo una hija, Solange (36), su mayor orgullo, quien lo acompañó en el difícil trance que vivió durante el último mes, cuando su salud se deterioró de forma repentina e irreversible.

Ricardo Pedersen con su hija
Padre. Junto a Solange, su única hija, quien lo acompañó en este repentino y doloroso final.

Su fallecimiento ocurrió este jueves a la tarde en el Hospital Central de Pilar, donde había ingresado ocho días antes, en grave estado, tras sufrir una descompensación.

El velorio se realizó hasta esta mañana en una cochería de la localidad de Garín y finalmente fue llevado al Cementerio Parque Recoleta, en Pilar, donde sus restos fueron cremados.

Su ausencia en las calles de la localidad y en los eventos sociales será imposible de soslayar para quienes lo conocieron. Un pedacito de Garín se fue al cielo.

Ricardo Pedersen, con su primera cámara
Años mozos. Con su primera cámara de rollo, cuando se inició en el arte fotográfico.

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