Falleció Jorge “Coco” Yori, un personaje escobarense único e inimitable

Tenía 76 años y llevaba varios días internado por problemas de salud. Amante de los viajes y la noche, fue capitán de barco y dueño del camping “Puerto Joy” en el Paraná. Hizo de su look de cowboy un sello personal.

Típico. Adonde iba llevaba puesto su característico sombrero, un ícono de su singularidad.

Tenía 76 años y llevaba varios días internado por problemas de salud. Amante de los viajes y la noche, fue capitán de barco y dueño del camping “Puerto Joy” en el Paraná. Hizo de su look de cowboy un sello personal.

Tras permanecer internado durante más de una semana por problemas de salud, este domingo a la mañana falleció Jorge Omar Yori, quien tenía 76 años. Un personaje singular, que no supo pasar inadvertido por este mundo y vivió la vida a su estilo.

Oriundo de San Fernando pero escobarense por elección, todos lo conocían simplemente como “Coco”, seudónimo que se ganó por vestir siempre como un vaquero, al igual que el protagonista de la famosa película cómica australiana-estadounidense Cocodrilo Dundee (1986).

“Hace casi cuarenta años que me visto así: sombrero, botas tejanas y cinto, siempre de cowboy. Me gustó este look más que la corbata y el saco. Al principio te cargan, pero después te respetan. ¡Me hablan en inglés en todas partes del mundo!”, contaba Yori a la revista DIA 32 en una entrevista publicada en marzo de 2014.

Se definía como un hombre de río. De hecho, su mamá “casi” lo parió en una lancha, creció en una isla del Delta y a los 14 años empezó a trabajar en un almacén del Boca Carabelas.

Tras trabajar embarcado como marinero y cocinero, obtuvo el título de maquinista y capitán. Bajo esa condición, llegó a tener tres barcos areneros y piedreros. Navegó durante 34 años y, finalmente, se quedó con la arenera que fundó en 1978. Pero eso no fue todo.

La misma sangre. Junto a su único hijo, Julián, de profesión ingeniero, en su dúplex de la calle Belgrano.

En 1990 abrió el emblemático camping “Puerto Joy”, a orillas del río Paraná de las Palmas, en la ribera escobarense, el cual gerenció hasta 2013. “Estaba abierto las 24 horas de los 365 días del año. Vivía allá, de la casa hice el boliche. Andaba bien, pero no tenía la habilitación y me mandaban a cerrar”, recordaba en aquel reportaje.

“Saturado de la gente”, se lo terminó dando a un amigo “para que lo trabaje”. Amante de los autos coupés y los viajes, “Coco” también se presentaba como un hombre de la noche. “No me alcanzaban los boliches; me gustaba recorrerlos a todos en Escobar y a veces en Buenos Aires. Iba a Success, Kabuki, El Ciervo… En Success me dieron una mención cuando se festejaron las 1.000 noches del boliche. Yo había ido a 999…”, contaba, entre risas.

Ya entrado en años y alejado de los excesos, hincha de Boca y padre de un joven ingeniero -se llama Julián-, cambió las bebidas alcohólicas de los boliches por las tazas de café de las confiterías céntricas de la ciudad, donde hasta hace unos días nomás solía vérselo con su característica y llamativa vestimenta de cowboy.

La noticia de su muerte causó una gran tristeza en la comunidad, que hizo sentir su pésame en las redes sociales. A los 76 años y después de una intensa vida dijo adiós Jorge Omar Yori, un personaje escobarense único e inimitable.

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