El proyecto “Verte Reír” al que quisimos llegar

SR. DIRECTOR: La Asociación Civil “Merendero Verte Reír” quiere hacer saber a la comunidad de Escobar su situación al inminente cierre de sus puertas. “Siempre en el fondo de mi corazón supe qué quería hacer en mi vida, en qué quería depositar mis energías, qué era lo que me haría sentir llena y feliz, sentir […]

SR. DIRECTOR:

La Asociación Civil “Merendero Verte Reír” quiere hacer saber a la comunidad de Escobar su situación al inminente cierre de sus puertas.

“Siempre en el fondo de mi corazón supe qué quería hacer en mi vida, en qué quería depositar mis energías, qué era lo que me haría sentir llena y feliz, sentir que el hacer algo por el otro te llena el alma más que a nada en el mundo y ver a un niño sonreír te da las energías para sentir que estás a salvo, vivo. Cuando la cara de un niño se ilumina, tu vida se ilumina con él”.

Hoy hablo de mi proyecto de vida, de lo que me hace sentir viva, de la misión que creo que tengo en este lugar, el poder ser parte de la vida de una persona es sumamente importante, que te recuerden con amor, gracia y alegría creo que es el mayor tesoro que podes guardar en tu corazón. Y si ustedes piensan lo mismo que yo, podrían ver más allá. Ver lo importante que es enseñarles a los niños estos valores en la vida.

Hay niños a los que les falta mucho, que llegaron a esta vida con pocas cosas materiales, muy pocas, donde hay días que no tienen qué comer, ni cómo abrigarse en medio del frío, algunos que incluso les falta amor o una palabra de aliento.

Esos niños crecen así, aprenden de la vida lo que sus ojos dejan ver y no pueden ver más allá y para eso queremos estar, para caminar con ellos y comprender juntos las experiencias de la vida, para que comiencen a creer en las opciones y elecciones que esta nos puede presentar, afrontar el miedo juntos, tirar toda pared de resentimiento y dolor abajo, y pasar por ella sin miedo a nada.

“Quiero hacer de cada niño tan solo eso, un niño, que pueda disfrutar de lo que le corresponde disfrutar”.

Es así que comencé una construcción en mayo de 2011 en el barrio Stone, en un sector humilde y carenciado de la localidad de Escobar, una construcción donde cada ladrillo, cada pared, era el crecimiento de un sueño a punto de hacerse realidad. Hubo empresas de Escobar que me ayudaron mucho y ni hablar de la gente que cuando se enteró de este proyecto nos donó siempre, sin dudar el propósito que teníamos.

Después de un año muy intenso y de trabajo continuo, en el mes de mayo del 2012, a un solo paso de poder comenzar con nuestra labor solidaria en la casa propia, con puro sacrificio y a pura voluntad (ya que no estamos unidos a ningún partido político) deviene a lo peor de nuestro sueño.

Unas personas que estuvieron esperando hasta último momento de la construcción del merendero, se metieron a vivir sin previo aviso en el lugar, exigiendo su pedazo de tierra que al ser herederos de la misma les correspondía. Ellos no tuvieron en cuenta que nosotros teníamos un contrato de comodato con los dueños, avalado por uno de los herederos, el cual tiene una duración de 5 años, el cual obviamente está en vigencia con 4 años más, para comenzar a trabajar con los chicos.

El día 2 de mayo de 2012 estas personas llevaron sus pertenencias hasta el lugar y, por consiguiente, a quien escribe esta carta y a su grupo de apoyo del merendero “Verte Reír” no nos dejaron sacar más nada, amenazaron a mi familia y a mí, diciendo que si volvíamos a pisar el barrio Stone íbamos a terminar muertos.

Cómo uno puede entender a estas personas, que no valoraron el esfuerzo de un año a pulmón y no solo eso, sino el objetivo de una construcción para darles un techo a los chicos, un espacio digno.

Estas personas (intrusas) no solo nos quitaron el proyecto de varias personas solidarias, la lucha y el trabajo, sino también le quitaron al barrio un lugar donde darles amor y apoyo a los niños, sin contar la ilusión y el sueño de un grupo de personas que solo quería ayudar.

Multipliquen 365 días del año x 24 horas del día: 8.760 horas de pensamientos, ilusiones, trabajo, sueños… tirados a la basura, digo así, porque nadie nos da una respuesta.

Lo único que quiero es que nos dejen sacar las donaciones que la misma gente solidaria envió al merendero y dárselas a las personas que están, como estuve yo, en la lucha, las aberturas, puertas, chapas, tirantes, todo eso que nos costó muchísimo conseguir y que llegue a destino. Y hablando de valores y lo que queremos transmitir… ¿es esto lo que queremos para nuestra sociedad? Si es esto, me da mucha pena por las nuevas generaciones que están por venir, es esto lo que les estamos enseñando, miseria espiritual y una pobreza muy grande de corazón.

Yo me pregunto, ¿para qué cosas nos reconocen como entidad de bien público y para que cosas nos dan la espalda?

Desde ya muchísimas gracias a mi familia, amigos y sobre todo a la gente que sin conocerme confió en mí. Gracias por todos por el apoyo desinteresado y solidario.

El merendero “Verte Reír” hoy ya no puede ocupar su espacio, ya que fue usurpado. No puede ofrecer un lugar a los niños del barrio, no puede continuar en ese lugar compartiendo sueños.

Desde quienes somos y quien soy, solicito a los vecinos, amigos y empresas que no envíen donaciones a la calle Esmeralda 883 del Barrio Stone, ya no podemos estar ahí.

Ojala alguien escuche nuestro pedido y valore el trabajo incansable que realizan las entidades reconocidas por el Municipio en el distrito. Nosotros somos una de ellas, que truncó su sueño, por un grupo de personas que nada tienen que ver con el merendero.

Asociación Civil «Merendero Verte Reír»
Entidad de Bien Público Nº 302
Bajo las normas de la Ordenanza Nº 575/81
Ley 9388 (Ley Orgánica de Entidades de Bien Público)

Dejá tu comentario

Seguí leyendo