Boda y mesaza: Roberto Costa invitó a su fiesta a Sandro Guzmán y Walter Blanco

El ex intendente de Escobar y su ex jefe de Gabinete fueron parte de los 300 invitados a la celebración, que se realizó en un salón de eventos de Junín.

Mesa escobarense. Leandro Costa, Guzmán, Garrone, Blanco y Achával, con los recién casados.

El ex intendente de Escobar y su ex jefe de Gabinete fueron parte de los 300 invitados a la celebración, que se realizó en un salón de eventos de Junín. De allí es oriunda la flamante esposa, Malena Baro.

La lluvia del sábado a la noche complicó un poco los planes en Junín. Para empezar, la recepción de los recién casados no se pudo hacer al aire libre, en el amplio parque y bajo la luz de la luna. Pero el amor supera todas las adversidades y fue una fiesta de boda inolvidable para los senadores provinciales Roberto Costa y Malena Baro, que unieron sus vidas en matrimonio después de tres años de noviazgo.

Tras dar el sí en la iglesia, los legisladores de Cambiemos compartieron los festejos con más de 300 invitados, entre los que se destacaron el vicegobernador Daniel Salvador; el intendente de Junín, Pablo Petrecca; su par de Bragado, Vicente Gatica, y dirigentes de la cuarta sección.

En la mesa principal, como en cualquier otro evento de este tipo, se ubicaron algunos familiares y amigos íntimos de la juninense y el escobarense casado en segundas nupcias.

Hacia los costados del salón se dispusieron las mesas de mayor “volumen político”, entre ellas la número diez, en la que estuvieron el ex intendente de Escobar y diputado nacional con mandato a vencer, Sandro Guzmán; su pareja, la concejal Gabriela Garrone -¿futura presidenta del Concejo Deliberante?-; y su ex jefe de Gabinete, Walter Blanco.

Con ellos también se sentó el empresario y ex candidato a intendente, José Manuel Achával, que asistió con su esposa Silvia.

Otra mesa escobarense estuvo encabezada por el hijo del senador, el concejal Leandro Costa, que estuvo rodeado de amigos y otros familiares.

Durante la habitual recorrida de los recién casados por las mesas, todos ellos -más la concejal macrista Miriam Pierotti- se fotografiaron juntos y conversaron animadamente. ¿Señal política o sugestiva camaradería?

Entre tablas de exquisitos quesos y fiambres, cortes de carne, variedades de ensalada y bebidas espirituosas a granel, con un servicio de catering inobjetable y el tradicional brindis, la velada se extendió hasta las siete de la mañana, a puro baile.

La luna de mil será en enero, probablemente en alguna playa.

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