Con profundo pesar, la comunidad escobarense despidió este viernes a Anselmo Demarco (86), un vecino muy querido y heredero de una tradición que forma parte del alma de Belén de Escobar: el histórico almacén “El Favorito del Norte”, fundado en 1931 por su padre, Antonio Demarco.
A lo largo de su vida, don Anselmo fue mucho más que un comerciante. En cada jornada, detrás del mostrador mantuvo viva la esencia de un tiempo donde las compras se mezclaban con la charla, el saludo y la confianza. Su presencia fue el puente entre aquellas primeras décadas de ramos generales y la actualidad, donde sus hijos y sobrinos continúan con la atención del emblemático local, ubicado en la esquina de la avenida San Martín y la calle José Hernández.
Con 94 años cumplidos, “El Favorito del Norte” es el segundo comercio más antiguo de la ciudad. Durante más de nueve décadas fue testigo del crecimiento de Belén de Escobar, de las historias cotidianas de miles de vecinos y del espíritu de trabajo que los Demarco supieron transmitir generación tras generación.
Quienes conocieron a Anselmo Demarco destacan su bondad, sencillez y dedicación incansable, siempre dispuesto a una palabra amable o un recuerdo compartido. Muchos lo evocan como un símbolo de la identidad local, un hombre que supo conservar, en cada detalle, el valor de las tradiciones.

Congoja en las redes sociales
El fallecimiento de Anselmo Demarco generó un profundo impacto entre los vecinos, quienes expresaron su tristeza y compartieron emotivos recuerdos en distintas publicaciones de Facebook.
“Lamento mucho su partida, nuestro almacenero hace 70 años… un amigo. Me salvaron la vida en momentos malos. Jamás lo voy a olvidar. Un gran abrazo al cielo, Anselmo querido”, escribió una vecina en Facebook, reflejando el vínculo afectivo que el comerciante supo generar con generaciones de clientes. Otra vecina recordó: “Vamos a extrañar su canto silbando como un pájaro todos los días. Mis condolencias a la familia”.

También hubo mensajes que rescataron la historia y la calidez del almacén: “Tantos recuerdos me vienen a la memoria. Cuando vivía a un par de cuadras de allí y mi madre me enviaba a hacer las compras. Sin desprecio de nadie, el mejor jamón crudo de toda la zona”, comentó otro usuario.
“Gracias Don Anselmo por tantos momentos divertidos junto a su hijo y su sobrino en el almacén. Siempre con una sonrisa y agradecido por estar otro día trabajando. Que Dios lo tenga en la gloria”, escribió una clienta habitual.
Los mensajes se multiplicaron, todos con un denominador común: el cariño hacia un vecino que marcó una época en Belén de Escobar.


















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