Desde el costado de las canchas, el escobarense ha sido testigo privilegiado de más de cuatrocientos partidos de fútbol del mejor. De La Chechela al Monumental.
– ¿Cuándo y dónde nació?
– 3 de enero de 1965 en Escobar, viví mis primeros años en La Chechela.
– ¿Dónde cursó sus estudios primarios y secundarios?
– En la escuela Nº 15, cuando todavía estaba en el fondo de La Chechela, y en el Belgrano.
– ¿Cómo empezó su relación con el fútbol?
– Siempre me gustaron los deportes. Empecé jugando en el barrio y llegué hasta la Liga Escobarense, jugando para Villa Vallier, de marcador o volante central, los que antes eran los números 2 y 5.
– Como Perfumo y Rattín, ¿era un tronco y por eso se hizo árbitro?
– Era del montón, pero siempre me gustó dirigir. Cuando jugábamos campeonatos los pibes del barrio, yo un partido lo jugaba y los otros los arbitraba.
– ¿Podría haber jugado en algún club profesionalmente?
– Era impensable porque en aquella época Escobar estaba muy lejos de la Capital, no a media hora como ahora. Yo no tenía a nadie que me acompañe, no estaba acostumbrado a viajar, ni siquiera podía ser un sueño lejano, era imposible. Uno se sacaba el gusto acá, con la gente que conocía.
– ¿Y cómo llegó al arbitraje?
– Ya era grande, tenía más de 25, y como jugador ya había cumplido todas las etapas, entonces hice el curso para árbitro de la liga local, que duraba 2 años, y eso me habilitó para hacer el de la AFA, en Rosario, que duraba otros 2 años. Empecé a los 26 años, 4 de estudio, y ya después empecé como juez de línea en los torneos de AFA.
– Nunca muestran por tele el vestuario de los referís. ¿Cómo es la vida de ustedes antes y después de los partidos?
– Hasta el año pasado concentrábamos en el predio de Ezeiza cuando nos tocaba dirigir en la zona de Capital y Gran Buenos Aires. A mí me gustaba porque uno compartía con sus colegas, conocía más a fondo a los que son del interior, pero se dejó de hacer porque había muchos que no querían, que preferían estar a la mañana con su familia, ir a misa o hacer el asado. Ahora uno comparte el vestuario, habla de lo que habla todo el mundo, de fútbol, de la familia, de la actualidad, de la economía, mientras se va poniendo en clima para entrar a la cancha.
– Se sabe que usted es hincha de River, ¿alguna vez gritó un gol desde la raya de cal, aunque sea para adentro?
– No porque no soy fanático, soy de River desde chico, pero me gusta más el fútbol que River.
– ¿Y le tocó alguna vez dirigir al “Millo” en partidos importantes?
– Sí, incluso un par de veces en donde River salió campeón, no tuve ninguna jugada polémica.
– ¿Alguna vez le avisó al árbitro para que eche a algún jugador?
– En primera no recuerdo, en el Nacional B una vez hice expulsar a un jugador de Chacarita y a otro de Morón en el mismo partido, por agresión al juez de línea.
– ¿Son complicados los jugadores, agresivos como aparecen en la pantalla de los programas deportivos?
– En primera no, en general la mayoría son muy profesionales, de los de ahora Franco Sosa, el de Racing, es el más discutidor, dentro y fuera de la cancha, El Mellizo Guillermo Barros Scheloto era muy bravo, y el “Bichi” Fuertes te las pelea todas y pretende condicionarte, pero afuera de la cancha es macanudo, educado, respetuoso, te pide perdón.
– Interminable el “Bichi”…
– Gran jugador, se nota que disfruta el partido, es muy querido en Santa Fe.
– ¿Se nota en el campo de juego cuando un jugador disfruta lo que hace, o si está en el fútbol como cualquier otro buen trabajo bien remunerado?
– Claro que se nota, la línea es el mejor lugar para ver el fútbol. Fabbiani es un jugador que juega riéndose, divirtiéndose. Otro que era una risa era el “Chacho” Coudet, que era un tipo ganador, pero se la pasaba haciendo chistes a los contrarios, a los árbitros, chistes sanos, no agresiones.
– ¿Cuáles son los mejores jugadores que vio desde ese lugar privilegiado?
– No se puede apreciar por televisión, pero en la cancha son muy impresionantes Riquelme y Verón, la pegada que tienen y la visión del campo de juego y del partido. Como equipo era brillante el River de Aimar, Saviola, Angel.
– ¿Y nos puede decir de alguno que lo hizo pensar -qué hace este tipo acá-?
– Bueno, en el fútbol caben todas las opiniones, y todos tenemos razón. Yo creo que jugadores como Krupoviesa o Gerlo no pueden estar en primera, pero integran los planteles más importantes, fueron campeones, distintos técnicos los siguen poniendo, algo deben tener que uno no ve. Otro caso es Heinze, el 6 de la Selección, para mí es un jugador atropellado, torpe, pero lo puso Bielsa, Basile, ahora Maradona, jugó en el Manchester y en el Real Madrid, dos de los clubes más importantes del mundo…
– Mitos del fútbol: ¿es cierto que la Bombonera intimida?
– Yo ya perdí la cuenta de la cantidad de veces que me tocó actuar allí; al principio de la carrera puede ser, después, con la experiencia, es una cancha más. La cancha más linda, para ver fútbol y dirigir es la de Racing, con una hinchada que también se siente mucho, como las de Central y Newell’s de locales.
– ¿El técnico de Racing es complicado, le habla mucho al lineman?
– Caruso Lombardi es un showman, si lo está tomando la cámara gesticula, habla, pero cuando no está la cámara es totalmente distinto.
– ¿Hay técnicos complicados?
– En primera no, algunos son simpáticos, como Mohamed, otros muy serios como Cagna, pero todos muy profesionales. En el Nacional B Pascuttini y Rivoira ¡sí que son complicados!
– ¿Se ve a la noche en la tele?
– Antes sí, ahora hace un tiempo que no, porque son muy injustos con el arbitraje. Un jugador tira un penal afuera, se hace un gol en contra, se pierde un gol cantado, y nadie lo critica, en cambio un juez de línea se equivoca en un offside de 10 centímetros y lo pasan con cámaras de acercamiento, sentencian que uno no sirve y se tendría que dedicar a otra cosa. Además hay periodistas que hablan desde el fanatismo, como Alejandro Fabbri y Gastón Recondo, que porque alguna vez sus equipos fueron perjudicados, se la agarran con un árbitro actúe bien o regular. No piensan que a uno le toca arbitrar a veces pegado a la raya, con el público atrás puteándote, que no es nada, uno se acostumbra, pero si te dicen: “Ojalá tu hijo se muera de cáncer”, te dan ganas de tirar el banderín para ir a buscarlo.
– ¿Sus hijos lo ven en la tele?
– Al mayor, que tiene diecisiete y es de Boca, no le interesa demasiado el fútbol; el menor, de doce años y de Tigre, sí mira los partidos.
– Otro mito del fútbol: ¿es cierto que la AFA puede inclinar la cancha a favor o en contra de algún equipo?
– Relativamente, porque sino Arsenal tendría que haber salido campeón y nunca pudo. Por otro lado, cuando Racing salió campeón en la cancha de Vélez, al otro día tuvieron que ir a nivelarla. Puede haber árbitros que te la pongan difícil, jugadores que vayan para atrás para voltear algún técnico, pero no es lo normal, en general sale campeón el que mejor hace las cosas durante el torneo, y hay equipos que desde hace años tienen una línea de juego y dirigencial, por ejemplo Lanús, que se nota perfectamente desde el campo de juego; y otros como Racing, caóticos en todo sentido, y eso se nota en la cancha. Alguna vez algún árbitro te puede dar una mano, pero el gol lo tenés que hacer vos, si la tirás afuera el juez no puede señalar el medio del campo.
– ¿Se gana bien en este laburo?
– Mejoró mucho desde que la AFA firma un contrato con los árbitros, que garantiza un salario básico de dos partidos por mes, dirigiendo cuatro partidos uno saca alrededor de $3.000 por mes, tiene que entrenar tres días semanales, no se cobran vacaciones, cuando vamos al interior salimos el día anterior, con todo pago pero sin viáticos. Un juez internacional puede sacar U$S 800 por partido, y dirigir dos veces por semana, pero son 10 y de los cuales solo a Baldassi, Laverni y Pezzotta los llaman siempre. Igual mejoró, porque hasta hace poco exigían que uno viviera de otra cosa, te exigían un certificado de trabajo.
– Usted tiene la panadería tan conocida de la avenida San Martín de Belén. ¿Trabaja ahí o es el dueño?
– Es de mi familia, yo cocino y hago el reparto
– ¿Cómo es su vida fuera del fútbol?
– Me gusta mucho estar en mi casa, ver televisión, estar en familia, el fútbol exige mucho en tiempo, y la panadería también. Me gusta ver películas divertidas, ni dramáticas ni de terror, miro tele hasta que me duermo, al otro día hay que madrugar.
– ¿Cuál es su comida preferida?
– Las tradicionales argentinas, el asado, la pizza.
– ¿Se las rebusca en la cocina?
– Ando bastante bien.
– ¿Un lugar para vacacionar?
– Córdoba, las sierras; no me gusta para nada el mar.
– ¿La política?
– Veo los noticieros y tengo una opinión como cualquier ciudadano común, pero nunca participé.
– ¿Cómo ve al gobierno local, conoce personalmente al intendente?
– No, nunca hablé con él, dicen que está haciendo obras en los barrios. El centro de Escobar está medio abandonado, todavía no se hizo nada.
– ¿No le habló Montessano para dar charlas, como cuando vino Macaya Márquez, o Bianchi, que está por venir a hablar con el público escobarense?
– No, lo conozco a Julián, pero nunca me habló.
– ¿Qué le hace falta a Escobar para ser más amigable con usted?
– De Escobar me gusta la gente, salir a pasear por el centro, caminar por las calles, mirar las vidrieras; es un lugar que sigue siendo tranquilo, siempre viví acá y espero poder seguir. Ahora vivo a cuatro cuadras de la plaza, yendo como para el barrio Phillips, es un lindo lugar.
– Si le hubiera tocado estar en la última final del Mundial, ¿lo hubiera rajado a Zidane?
– Sí, en el fútbol cada uno hace su trabajo, y no corresponde a uno salvar a tal o a cual por más simpatía que uno le tenga en lo personal.