Violento intento de asalto a un chofer terminó con el colectivo en una zanja

El hecho ocurrió en el barrio Itatí. Tres delincuentes atacaron a golpes al conductor de un interno de la línea 509 y provocaron que pierda el control de la unidad. “Me dejaron mareado de tantas piñas”, relató. Al final escaparon sin robar nada.

Desenlace. El colectivo quedó encajado en una zanja y los vecinos se acercaron a asistir al chofer.

El hecho ocurrió en el barrio Itatí. Tres delincuentes atacaron a golpes al conductor de un interno de la línea 509 y provocaron que pierda el control de la unidad. “Me dejaron mareado de tantas piñas”, relató. Al final escaparon sin robar nada.

A pesar de la pandemia y la cuarentena, la inseguridad en el partido de Escobar sigue siendo un tema de permanente preocupación. Un caso alarmante ocurrió esta semana en la localidad de Matheu, donde un colectivero fue golpeado de manera salvaje por tres delincuentes que lo dejaron casi inconsciente y escaparon sin robar nada cuando el ómnibus quedó encajado en una zanja.

El violento intento de asalto tuvo lugar este lunes a las 22 en el cruce de las calles Bancalari y Formosa, en el barrio Itatí, donde se inicia el recorrido de la línea 509, cuyo trayecto se extiende hasta la entrada de El Cazador, en Belén de Escobar.

“Estos tres muchachos subieron por la puerta trasera (modalidad implementada como medida de bioseguridad por el Covid-19 en los transportes públicos). Uno de ellos se acercó, corrió el nylon que usamos de protección, me pegó una trompada en la cara y me dijo ‘dame todo’”, le contó a El Día de Escobar la víctima del ataque, que pidió la reserva de su identidad.

“Yo ya había arrancado y por reacción apreté el freno. En ese momento sentía piñas que me venían de todos lados: en la cabeza, la espalda, las costillas. Traté de cubrirme, ellos me tironearon y sentí que el colectivo seguía moviéndose sin saber para dónde, hasta que vi que quedó encajado de costado”, relató.

A causa de la lluvia y la inestabilidad del terreno, el colectivo quedó clavado en una zanja, con las ruedas derechas hundidas y las de la izquierda en el aire. Además, sufrió daños en los parachoques delanteros y traseros.

“Entre los golpes que me habían dado y los del impacto estaba mareadísimo, aunque no perdí el conocimiento. No sé cómo fue, pero cuando caímos a la zanja ellos escaparon en menos de un minuto sin llevarse nada. Me imagino que con el vuelco del colectivo se asustaron y se fueron”, expresó el colectivero, que tenía consigo una mochila con sus pertenencias y un teléfono celular.

Al escuchar los ruidos, los vecinos se acercaron y asistieron al conductor. Aparentemente habrían reconocido a uno de los agresores, que viviría en el barrio.

Tras el incidente, el hombre fue llevado al Polo Sanitario de Matheu para ser revisado por el servicio de guardia médica. Tenía hematomas y lesiones que van desde la cintura hasta las cervicales. Además, deberá hacerse una resonancia magnética para comprobar si tiene una costilla fisurada.

“Antes había notado movimientos raros en la zona, pero nunca me había pasado nada. Espero que esto se conozca para que a ningún compañero le pase lo mismo”, concluyó el trabajador.

Por Alejo Porjolovsky

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