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El cielo vibró y los motores rugieron durante toda la jornada del domingo en la segunda edición de Escobar Vuela, el evento aeronáutico organizado por el Aero Club de Escobar y el Municipio, que volvió a convocar a miles de espectadores.
Desde temprano, familias enteras llegaron al aeródromo con sillas, mantas y sombrillas para buscar un buen lugar y seguir de cerca cada maniobra. Con los celulares en mano, registraron sorprendentes vuelos rasantes, piruetas y figuras acrobáticas que dibujaban el cielo. En su paso, las aeronaves dejaron estelas de humo blancas mientras los motores retumbaban en todo el predio, generando una mezcla de adrenalina, emoción y asombro.
En esta segunda edición, Escobar Vuela creció en cantidad y variedad de aeronaves. Se presentaron aviones y helicópteros de fuerzas de seguridad federales y provinciales, junto a modelos privados y unidades históricas que integran el patrimonio aeronáutico nacional.
Según los organizadores, más de 14 mil personas se acercaron al predio del Aero Club Escobar, ubicado al fondo del barrio parque El Cazador, sobre la calle Parravicini al 1800. Los asistentes pudieron recorrer una muestra estática, acercarse a cada aeronave, conversar con pilotos y participar de actividades recreativas, lo que convirtió la propuesta en una experiencia inmersiva.
También hubo demostraciones de destrezas vinculadas a intervenciones policiales, junto con la presencia de la Fuerza Aérea Argentina y el Comando de Aviación del Ejército Argentino. Además, participaron Prefectura Naval, Gendarmería Nacional, Policía Federal y Policía Bonaerense, lo que permitió integrar en un mismo espacio a protagonistas actuales y referentes históricos de la aviación.
Las figuras centrales del show aéreo fueron seis reconocidos pilotos de la escena nacional. Jorge Malatini, uno de los máximos exponentes de la acrobacia aérea del país, realizó su presentación con un PITTS S-1, levantando repetidos aplausos en cada giro invertido.
Gerardo Sánchez voló con el FLEET 2 LV-MAA, el biplano más antiguo en actividad, que cumplirá 100 años y sigue siendo una pieza única del patrimonio aerodeportivo. Ignacio Crowder, de Vintage Aviation, presentó un MK IV de la Segunda Guerra Mundial que se destacó por su sonido característico y porte histórico.
Sergio Ribeiro y Emanuel Cattozzo hicieron acrobacias coordinadas con dos RANS S9, alternando pasadas paralelas y figuras espejadas. En tanto, José Basilico hizo su demostración a bordo de un PITTS S-1, con maniobras de precisión que dejaron al público mirando al cielo en silencio antes del estallido final de aplausos.
En el cierre del festival, todos ellos realizaron un vuelo en formación, con humo sincronizado y pasadas grupales. Fue uno de los momentos más celebrados por la multitud y el broche perfecto para esta fiesta aérea.
Al igual que en la edición del año pasado, el acceso al predio se realizó mediante una contribución solidaria destinada al programa Escobar Hambre Cero, integrando entretenimiento, cultura y compromiso social. “Este es un evento que pone a Escobar en el centro de la aviación civil y del entretenimiento”, afirmó el intendente Ariel Sujarchuk, quien recorrió la muestra y dialogó con pilotos, escuadrones y organizadores.
Papá Noel en helicóptero
Uno de los momentos más emotivos del día fue la llegada de Papá Noel en helicóptero, una postal muy esperada por las familias. Tras aterrizar, caminó entre los más chicos, recibió cartitas y posó para fotos, convirtiendo al aeroclub en un punto mágico de encuentro en la previa de las fiestas.
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