Que el árbol no nos impida ver el bosque

Al Director de El Día de Escobar Sr. Ciro D. Yacuzzi De mi consideración: Este refrán popular viene a cuento por la polémica despertada por la designación del nombre a la ex clínica San Carlos de Maquinista Savio, de la cual el Municipio, en un acto de responsabilidad, se hizo cargo de la misma. Más […]

Al Director de El Día de Escobar

Sr. Ciro D. Yacuzzi

De mi consideración:

Este refrán popular viene a cuento por la polémica despertada por la designación del nombre a la ex clínica San Carlos de Maquinista Savio, de la cual el Municipio, en un acto de responsabilidad, se hizo cargo de la misma.

Más allá de la anécdota, Escobar viene experimentando desde el inicio de la gestión del intendente Ariel Sujarchuk un cambio de paradigma revolucionario, que consiste en cómo el Municipio, para los que como yo que además de peinar canas cada vez peinamos menos, vemos cómo esta gestión viene haciéndose cargo de funciones que hace treinta años hubieran sido impensables, como fue la de tomar este fierro caliente que es una clínica detonada por un virus letal que viene haciendo estragos en todo el mundo.

Yendo a los ejemplos más recordados, para los funcionarios municipales de los últimos treinta años era normal que cuando había un corte de luz la respuesta era: “Es un problema de Edenor” (o de SEGBA, un poco antes); la tortura que fue la falta de agua de los últimos tiempos, la respuesta de manual era: “Es un problema de ABSA” (la empresa concesionaria de esos tiempos) y así sucesivamente.

Durante esta gestión hemos visto cómo al intendente no le tembló la mano para demandar judicialmente a Edenor cada vez que dejaba sin luz a los vecinos de Escobar, logrando el arreglo de los famosos “transformadores” en tiempos relativamente más ajustados que en otras épocas; y con respecto al tema del agua, desde invitar al presidente de la empresa a una reunión cordial hasta mandarle una carta documento pocos días después, llegando a impulsar el traspaso del servicio a la empresa AySA incluso en conjunto con referentes de la oposición, sobreponiendo el interés de los vecinos a las mezquindades de la pelea política.

Y lo cierto es que cuando Ariel Sujarchuk asumió su gestión siguiendo sus dichos “había más agua en las calles que en las casas”, situación absolutamente revertida hoy por hoy por la empresa, que solucionó más de seiscientas pérdidas de agua en la vía pública (que de paso nos destrozaba la base del hormigón de las calles), que no sólo mejoró sustancialmente el servicio domiciliario sino además actualmente está ampliando la red.

Pero volviendo al caso más resonante de este cambio de paradigma, oportunamente el intendente informó a la población que hacía un tiempo que venía conversando con los dueños de la clínica para que el Municipio se hiciera cargo; recordemos que esa clínica es la que da servicios de salud (o debería haberlos dado) a todos los afiliados del PAMI del distrito de Escobar; clínica que -no es un dato menor- fue conocida popularmente durante varios años como “la clínica de la muerte”; durante las tres veces que mi madre estuvo internada, salvo cuando el PAMI era dirigido por licenciada Ocaña siendo presidente el Dr. Néstor Kirchner, en las dos situaciones anteriores fue una experiencia espantosa. Y a pesar de todo esto, y justamente por todos estos antecedentes, el intendente  toma la decisión de hacerse cargo, más allá de la increíble multiplicación del servicio  de salud que significó la monumental UDP de Garín, el Centro de Atención del Niño en Savio, el Centro Traumatológico de Matheu y la optimización de los servicios de salud en todas los Centros de Salud de las localidades.

Justo es mencionar que este esfuerzo tiene el trabajo y la espalda del más que idóneo equipo de salud municipal, a cargo del Dr. Juan Ordoñez y del Lic. José Luis Pérez, que ha sido el soporte indispensable a toda la gestión de salud municipal.

Para las jóvenes generaciones, o los viejos amigos que a veces sufren accesos de amnesia, la repuesta hace treinta años de los funcionarios de turno podría haber sido: “La Clínica es privada, nosotros no tenemos nada que ver”; o “El convenio lo tiene el PAMI, se tienen que hacer cargo ellos” o, quizás, el remanido: “La responsabilidad del control es del Ministerio de Salud de la Provincia”, y hubieran mirado para otro lado.

Esto no fue el caso de esta gestión, y luego de una negociación dificultosa, se impuso la trágica realidad y hoy la ex clínica San Carlos (llamala como quieras) formará parte del eficiente servicio de salud municipal con el respaldo del PAMI, lo cual tampoco es un dato menor.

Lamentablemente, las pérdidas de vidas no se recuperan, pero una gestión valiente y responsable le da a las nuevas generaciones una nueva oportunidad.

Guillermo A. Ferrari

Presidente de la Sociedad Cosmopolita de Escobar

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