Un tribunal federal declaró al letrado escobarense culpable de homicidio doblemente calificado por el vínculo y por mediar violencia de género. La víctima, Stella Maris Sequeira, está desaparecida desde diciembre de 2016.
El abogado penalista Rubén Ernesto Carrazzone (66) fue condenado este miércoles a prisión perpetua por el femicidio de su pareja Stella Maris Sequeira (61), cuyo cadáver nunca fue hallado y que se presume ocurrió en diciembre de 2016, cuando la mujer desapareció de su vivienda del partido bonaerense de Ezeiza.
El fallo fue dictado por el Tribunal Oral Federal (TOF) N°2 de La Plata, integrado por los jueces Alejandro Esmoris, Nelson Jarazo y Fernando Canero, que condenó a Carrazzone a la pena de prisión perpetua por el delito de “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por haberse cometido mediando violencia de género”.
Antes de escuchar el veredicto, Carrazzone tuvo la posibilidad de pronunciar sus últimas palabras y dijo: “Quienes tenían la obligación de esclarecer lo que aquí paso, han venido a poner más oscuridad de la que había. Stella está desaparecida”.
A diferencia de otras audiencias, en las que siguió el debate por videoconferencia desde el lugar donde se encuentra detenido, Carrazzone fue trasladado a los tribunales federales platenses para escuchar la decisión del tribunal, que fue dada a conocer cerca de las 11 de la mañana.
El debate comenzó el 31 de marzo del año pasado y fue llevado adelante por la Justicia Federal, ya que inicialmente el caso fue investigado como un presunto secuestro extorsivo, debido a que el abogado denunció que había recibido un llamado para que entregara dinero si quería recuperar a su mujer, lo que finalmente se desestimó.
La víctima, quien convivía desde hacía 15 años con el penalista, desapareció el 29 de diciembre de 2016 de su casa de la calle El Ombú 786, del Barrio El Trébol, del partido bonaerense de Ezeiza.
El abogado denunció el hecho recién el 31 de ese mes. Un día después, aseguró haber recibido un llamado extorsivo en el que supuestamente le exigían 80.000 dólares para liberarla. Sin embargo, la pesquisa determinó que se había tratado de una falsa denuncia, tendiente a entorpecer la investigación y ocultar el femicidio.
Finalmente, Carrazzone fue condenado por el crimen, pese a que el cadáver de la víctima nunca fue hallado.
La abogada querellante Hermida Leyenda explicó que, en casos de femicidios como este, es necesario recordar que “el cuerpo del delito no es el cadáver”. Y enumeró una serie de casos en los que se arribó a condenas por homicidio sin el cuerpo, como los asesinatos de Miguel Bru, en 1993; la turista suiza Annagreth Würgler, en 2004; la docente Beatriz Argañaráz, en 2006: Roxana Núñez, en 2009. y Érica Soriano, en 2010, entre otros.
El abogado penalista era un conocido vecino de Belén de Escobar, donde vivió hasta hace un tiempo, y fue hermano del recordado periodista local Oscar “Cacho” Carrazzone, quien falleció en 1997 en circunstancias que nunca quedaron del todo claras, aunque para la justicia se trató de una falla cardíaca.
Carrazzone: “La quiero mucho y la extraño con locura”
Considerado un auténtico “sacapresos”, Carrazzone enfrentó el juicio más difícil de su carrera y no pudo evitar que lo condenen a prisión perpetua. El abogado ejerció su propia defensa y durante el alegato había mencionado que, además de estar desprovista de pruebas, la acusación “está montada sobre lo que entendemos es el odio de género”.
El ex vecino escobarense, que como letrado defendió a cientos de detenidos en su carrera, algunos de ellos imputados por graves delitos graves como el caso de Carlos Burgos, el joven acusado de ser el autor del disparo contra Carolina Piparo en la recordada salidera ocurrida en julio de 2010 en la ciudad de La Plata, no solo se declaró inocente sino que además cuestionó duramente a la investigación.
“Así como se dice que algunos hombres actúan con violencia de género, yo digo que en este caso se ha actuado por mujeres en mi contra por odio de género”, sostuvo el acusado la semana pasada al criticar la investigación y objetar las pruebas presentadas en su contra.
El abogado aseguró que “no se acreditó el cuerpo del delito, no hay un solo vestigio de un ataque fatal”. Y amplió: “No pueden describir la materialidad ilícita ni de qué forma me desprendí de un cuerpo o en qué vehículo al menos, lo único que pueden decir es que borré las pruebas. ¿Me la comí a Stella? No se pudo probar nada, la inocencia de Carrazzone no fue ni rozada”.
En su última declaración antes de la sentencia, comenzó dirigiéndose a quien fuera su esposa: “Le quiero decir que la quiero mucho y que la extraño. Sé que nos vamos a reencontrar y que vamos a continuar con la pareja. No se la suerte de mi mujer, pero lo que sí sé es que la extraño con locura. Sé que nos vamos a encontrar», expresó, con lágrimas en los ojos.
Los investigadores están convencidos de que Sequeira era víctima de violencia de género y que la pareja atravesaba una fuerte crisis por una presunta infidelidad. Al parecer, y de acuerdo a la versión de una testigo, la víctima le contó que iba a separarse porque había descubierto que la había engañado con una persona que conocía.
“Yo le conozco muchos ‘chanchullos’ a Rubén. Él me la va a pagar, porque no es sólo que me engañó, sino que con quien me engañó”, le habría dicho Sequeira, días antes de desaparecer.
La condena coincidió, finalmente, con el pedido formulado por el fiscal de juicio Hernán Schapiro y la titular de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), Mariela Labozzetta, quienes solicitaron la pena máxima por considerar al abogado autor penalmente responsable del crimen de Stella Maris Sequeira.
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