Sin hacer esfuerzos más que diplomáticos por ocultar su indignación, la Defensora del Pueblo de Escobar calificó de “poco seria” la actitud de su adjunta de “renunciar vía Facebook”. Y aseguró que ve en el repentino alejamiento de Silvia Zaffirio “un evidente trasfondo político”.
Con estas y otras duras sentencias, la abogada Rocío Fernández respondió golpe por golpe a los argumentos expuestos por la defensora adjunta en el escrito de su dimisión, que extrañamente no presentó ante el organismo en el cumplía funciones sino en el Concejo Deliberante y en la Defensoría del Pueblo Bonaerense.
“Por sus declaraciones, es evidente que hay una cuestión económica y otra de índole política”, afirmó Fernández en una entrevista con El Día de Escobar.
¿Y cuál es ese trasfondo que usted ve? ¿La ruptura del acuerdo político del año pasado entre el ARI de Escobar y el senador Roberto Costa?
Esa puede ser una variante, definitivamente. Habrá que esperar para verlo.
¿Cómo se enteró de la renuncia y qué impresión le causó?
Me enteré a través de trascendidos periodísticos. En cuanto a su decisión de haber renunciado vía Facebook, me parece poco seria. Lamento que su renuncia se haya dado en estos términos.
¿Habló con ella después del jueves?
No. Nos hemos encontrado circunstancialmente y nos saludamos en buenos términos. Pero no hablamos del tema, ya no hay nada más que hablar.
¿La tomó por sorpresa este episodio?
No me sorprendió ni me deja de sorprender. Me llama la atención esta situación de inestabilidad, porque es un marco poco usual. De hecho, la licenciada había pedido días por parte de enferma.
¿Cómo evalúa el desempeño de Zaffirio durante el año exacto en el que se trabajó como adjunta de la Defensoría?
En su especialidad, que es la Psicología, es una persona formada. Pero entiendo que por la estructura funcional de esta Defensoría, que todavía está en una etapa de formación, el rol de todos los que trabajamos tiene que ser tomado con amplitud, no se puede circunscribir a la materia en la que uno es especialista o tiene mayor afinidad. En ese sentido, todos tenemos que hacer un esfuerzo.
El primero de los cinco motivos que señaló en la renuncia son las faltas de respeto que sufría de otros empleados. ¿Le constaba esta situación?
Definitivamente no. Y sería oportuno que el Concejo Deliberante le pregunte concretamente a quién se refiere, porque me preocupa bastante que arroje acusaciones insustanciadas.
También mencionó que “no compartía el modo de llevar adelante la defensa de los vecinos, sobre todo en temas importantes”. ¿Alguna vez se lo había manifestado?
No, jamás. Y es otra apreciación infundada y débil. De todos modos, este es un órgano unipersonal. No hay un codefensor ni un defensor suplente. Pero no sé a qué se refiere, porque no lo dice.
Otro argumento que esgrimió Zaffiario es que percibía un “sueldo indigno” de 2.000 pesos…
Acá hay varias cuestiones. La primera es la palabra “indigno”, que me parece grave para quien desempeña un cargo en esta institución. Además, hay una contracción en torno a su fin altruista de ayudar al otro que invoca. Indigno es otra cosa. Con 2.000 pesos de sueldo muchos argentinos viven, dan de comer, educan a sus hijas y trabajan más de 6 ó 7 horas por día. No es prudente alegar esta cuestión, porque antes de asumir el cargo debería haber leído que la ordenanza establece que el sueldo del adjunto se equipará al del secretario legislativo de un bloque del Concejo Deliberante.
También se quejó de que usted le hacía firmar el libro de entradas y salidas del personal, imponiéndole un horario de 8 a 14 cuando otros empleados de la Defensoría no cumplían los mismos y tampoco trabajaban todos los días de la semana…
Eso tampoco es cierto. Sí lo que respecta al libro, por supuesto, todo el personal lo firma. Esto no es un club, es una institución pública.
Dijo que usted no le dio lugar a los varios proyectos que le presentó. ¿Le merece algún comentario esa línea?
Voy a enviar al Concejo Deliberante copias de esos proyectos, que no traían aparejado ningún beneficio, solo una erogación de gastos para la Defensoría.
En la renuncia de Zaffirio también hay una frase inquietante, sugerente, cuando dice: “sé que todo lo que no pueda probar lo deberé callar”. ¿Le molestó?
No, la verdad que no me preocupa, porque no es una acusación seria. Si ha tomado la decisión de renunciar vía Facebook, realmente no me sorprende nada.
En virtud de esta experiencia, ¿qué perfil cree que debería tener el nuevo defensor adjunto que usted nomine?
El perfil más conveniente es la idoneidad, la seriedad y la honestidad.
Por Ciro D. Yacuzzi
Fernández planteó la hipótesis política en la renuncia de Zaffirio.
Sin hacer esfuerzos más que diplomáticos por ocultar su indignación, la Defensora del Pueblo de Escobar calificó de “poco seria” la actitud de su adjunta de “renunciar vía Facebook”. Y aseguró que ve en el repentino alejamiento de Silvia Zaffirio “un evidente trasfondo político”.
Con estas y otras duras sentencias, la abogada Rocío Fernández respondió golpe por golpe a los argumentos expuestos por la defensora adjunta en el escrito de su dimisión, que extrañamente no presentó ante el organismo en el cumplía funciones sino en el Concejo Deliberante y en la Defensoría del Pueblo Bonaerense.
“Por sus declaraciones, es evidente que hay una cuestión económica y otra de índole política”, afirmó Fernández en una entrevista con El Día de Escobar.
¿Y cuál es ese trasfondo que usted ve? ¿La ruptura del acuerdo político del año pasado entre el ARI de Escobar y el senador Roberto Costa?
Esa puede ser una variante, definitivamente. Habrá que esperar para verlo.
¿Cómo se enteró de la renuncia y qué impresión le causó?
Me enteré a través de trascendidos periodísticos. En cuanto a su decisión de haber renunciado vía Facebook, me parece poco seria. Lamento que su renuncia se haya dado en estos términos.
¿Habló con ella después del jueves?
No. Nos hemos encontrado circunstancialmente y nos saludamos en buenos términos. Pero no hablamos del tema, ya no hay nada más que hablar.
¿La tomó por sorpresa este episodio?
No me sorprendió ni me deja de sorprender. Me llama la atención esta situación de inestabilidad, porque es un marco poco usual. De hecho, la licenciada había pedido días por parte de enferma.
¿Cómo evalúa el desempeño de Zaffirio durante el año exacto en el que se trabajó como adjunta de la Defensoría?
En su especialidad, que es la Psicología, es una persona formada. Pero entiendo que por la estructura funcional de esta Defensoría, que todavía está en una etapa de formación, el rol de todos los que trabajamos tiene que ser tomado con amplitud, no se puede circunscribir a la materia en la que uno es especialista o tiene mayor afinidad. En ese sentido, todos tenemos que hacer un esfuerzo.
El primero de los cinco motivos que alegó en la renuncia son las faltas de respeto que sufría de otros empleados. ¿Le constaba esta situación?
Definitivamente no. Y sería oportuno que el Concejo Deliberante le pregunte concretamente a quién se refiere, porque me preocupa bastante que arroje acusaciones insustanciadas.
También mencionó que “no compartía el modo de llevar adelante la defensa de los vecinos, sobre todo en temas importantes”. ¿Alguna vez se lo había manifestado?
No, jamás. Y es otra apreciación infundada y débil. De todos modos, este es un órgano unipersonal. No hay un codefensor ni un defensor suplente. Pero no sé a qué se refiere, porque no lo dice.
Otro argumento que esgrimió Zaffiario es que percibía un “sueldo indigno” de 2.000 pesos…
Acá hay varias cuestiones. La primera es la palabra “indigno”, que me parece grave para quien desempeña un cargo en esta institución. Además, hay una contracción en torno a su fin altruista de ayudar al otro que invoca. Indigno es otra cosa. Con 2.000 pesos de sueldo muchos argentinos viven, dan de comer, educan a sus hijas y trabajan más de 6 ó 7 horas por día. No es prudente alegar esta cuestión, porque antes de asumir el cargo debería haber leído que la ordenanza establece que el sueldo del adjunto se equipará al del secretario legislativo de un bloque del Concejo Deliberante.
También se quejó de que usted le hacía firmar el libro de entradas y salidas del personal, imponiéndole un horario de 8 a 14 cuando otros empleados de la Defensoría no cumplían los mismos y tampoco trabajaban todos los días de la semana…
Eso tampoco es cierto. Sí lo que respecta al libro, por supuesto, todo el personal lo firma. Esto no es un club, es una institución pública.
Dijo que usted no le dio lugar a los varios proyectos que le presentó. ¿Le merece algún comentario esa línea?
Voy a enviar al Concejo Deliberante copias de esos proyectos, que no traían aparejado ningún beneficio, solo una erogación de gastos para la Defensoría.
En la renuncia de Zaffirio también hay una frase inquietante, sugerente, cuando dice: “sé que todo lo que no pueda probar lo deberé callar”. ¿Le molestó?
No, la verdad que no me preocupa, porque no es una acusación seria. Si ha tomado la decisión de renunciar vía Facebook, realmente no me sorprende nada.
En virtud de esta experiencia, ¿qué perfil cree que debería tener el nuevo defensor adjunto que usted nomine?
El perfil más conveniente es la idoneidad, la seriedad y la honestidad.
Por Ciro D. Yacuzzi