“Estos alcahuetes nos van a joder”

Un diálogo entre Evita y Jauretche y su relación con el presente del kirchnerismo. Por Ricardo Choffi.

La relación entre Eva Perón y Arturo Jauretche siempre fue tensa, si es que hubo relación y si es que fue solo tensa. Evita desconfiaba de los intelectuales de la época, casi todos relacionados a la oligarquía, con escasas excepciones como los jóvenes de FORJA, de origen radical yrigoyenista, cuyas publicaciones deslumbraron al entonces coronel Juan Perón, quien lideraba un grupo de oficiales del ejército de rango intermedio denominado GOU, antes de ser presidente.

Cuando Jauretche fue titular del Banco Provincia percibió que se otorgaban préstamos en forma indiscriminada a clientes que no calificaban por sus ingresos. Indagó a uno de sus gerentes al respecto: “Los manda la señora”, recibió como excusa. “Bueno, vaya y dígale a la señora que no se puede”, fue la orden de Jauretche. Nadie se animó a cumplimentarla.

Don Arturo en persona se dirigió al despacho de la primera dama, a quien esperó varias horas. Luego de un incesante desfile de desposeídos que la visitaban en la Fundación que llevaba su nombre, finalmente lo recibió. “Señora, con el respeto y aprecio que le tengo, el Banco no puede otorgar préstamos a todo al mundo. Cuando no se puede, no se puede. Sé que le pidió a… ”.

Evita, desacostumbrada a escuchar un “no” por respuesta, masticó bronca, interrumpió abruptamente y replicó: “Mire Jauretche, no se lo pido a usted porque no quiero deberle nada. Además, sé que usted no lo va a hacer. Para eso tengo los alcahuetes, que no me saben decir no”. Pero luego, más reflexiva, agregó: “Está bien, tiene usted razón. Si no se puede, no se puede, sé que finalmente esos alcahuetes nos van a joder. Sé que si hay algo que no se puede hacer, lo van a hacer igual, por miedo o conveniencia”, concluyó con cierta decepción.

Por supuesto, Jauretche al poco tiempo tuvo que dejar el gobierno y recluirse a cultivar su talento literario. Paradójicamente, también tuvo que soportar la “visita” de la AFIP de aquella época. Pero, silenciosa y estoicamente, nos dejó esta lección histórica.

El gobierno de Néstor Kirchner fue quizá el mejor desde el regreso de la democracia. Luego Cristina arrasó con el 54% de los votos. Aunque la imagen del rostro de penetrantes ojos azules del forjista aparezca en varios cuadros de los amplios salones de la Casa de Gobierno, es difícil imaginar que exista un funcionario como Jauretche que diga “no” cuando algo no se puede hacer. Posiblemente sería el caso, por ejemplo, cuando el Estado monopoliza la economía social, asfixiando a asociaciones civiles con más de 30 años de funcionamiento y 100.00 empleados fijos como las mutuales, cuando se tiene la posibilidad de simplemente regularlas. O, en contrario, cuando una ONG con fuertes convicciones pero débiles controles obtiene casi los mismos recursos que un estado provincial para la acción social, como el caso de Jujuy.

Luego de la crisis del campo de 2008, Néstor y Cristina lograron eficazmente torcer el monopolio existente hasta entonces del manejo de la opinión pública. Por suerte ya hay muchos intelectuales de prestigio en los medios que apoyan el proyecto nacional y popular. ¿Habrá un Jauretche? Quizá sí.

Al menos, fue gratificante escuchar al periodista Eduardo Aliberti opinar con inteligencia acerca del “Vatayon Militante”: “Muchachos, si están haciendo algo bueno, comuníquenlo bien y a tiempo, porque si no, llega primero Clarín”.

Sería una pena que el gran proyecto político iniciado por Néstor y continuado por Cristina “lo jodan”, como dijo Evita, algunos alcahuetes.

Hasta la victoria…

Por Ricardo F. Choffi – Secretario Adjunto- Agrupación Jauretche de Escobar ricardo@jauretche.org.ar

Dejá tu comentario

Seguí leyendo