Una escuela de Escobar llevará el nombre de un militante asesinado por Patti

En un emotivo acto, con la presencia de sus hijos, la Secundaria Nº10 homenajeó al garinense Gastón Gonçalves, cuyo cuerpo apareció calcinado en 1976. Por su secuestro y homicidio el ex subcomisario fue condenado en 2011.

Homenaje. Gastón y Manuel Gonçalves reciben una distinción de manos del intendente Ariel Sujarchuk.

En un emotivo acto, con la presencia de sus hijos, la Secundaria Nº10 homenajeó a Gastón Gonçalves, cuyo cuerpo apareció calcinado en 1976. Por su secuestro y homicidio el ex subcomisario fue condenado en 2011.

Fue una jornada con la emoción a flor de piel en la Escuela Secundaria Nº10, que este viernes realizó el acto de imposición del nombre de Gastón Gonçalves, un militante peronista que fue secuestrado y asesinado el 24 de marzo de 1976, en uno de los varios crímenes de lesa humanidad por los que el ex subcomisario y dos veces intendente Luis Patti fue condenado a prisión perpetua en 2011.

Del encuentro participaron los hijos de Gonçalves, Gastón y Manuel. El mayor es conocido por ser el bajista de la popular banda Los Pericos. En tanto que el segundo es un nieto recuperado: en 1996 pudo saber su verdadera identidad a partir de la búsqueda incansable de su familia y de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo.

“Cuando preguntaban por nuestra escuela la nombraban de diferentes formas: la 10, la de la torre, la que está cerca del barrio El Mirador. Desde hoy comenzamos a consolidar nuestra identidad, que se viene gestando hace 12 años», expresó la directora del establecimiento, Susana Gutiérrez.

Sobre la elección del nombre, la docente explicó: «Somos una escuela que año a año participamos del proyecto Jóvenes y Memoria y nos comprometemos a sostener y promover estos valores entre las nuevas generaciones”.

La ceremonia también contó con la presencia del intendente Ariel Sujarchuk. “En este acto estamos ejercitando las emociones y acompañamos esta maravillosa decisión de la escuela. Es una reivindicación más a una historia que, a diferencia de décadas pasadas, hoy se puede expresar en Escobar con absoluta libertad”, sostuvo el jefe comunal.

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Gonçalves era militante de Montoneros, fue secuestrado en Garín el 24 de marzo de 1976, el mismo día del golpe de Estado; cuatro días después, fue visto con signos de tortura en un camión celular estacionado en la puerta de la comisaría de Escobar. El 2 de abril su cuerpo incinerado apareció en la costa del río Luján.

Veinte años después sus restos fueron encontrados en una fosa común del cementerio de Escobar. El secuestro, tortura y asesinato de Gonçalves es el caso 226 del juicio que terminó con la condena a perpetua de Luis Patti.

El juicio contra el ex intendente se realizó en 2011; ese año, la Escuela de Educación Secundaria 10 contó la historia de Gonçalves en el encuentro de Jóvenes y Memoria.

Cuatro años después de la condena a Patti, las autoridades educativas lanzaron la propuesta para ponerle nombre al colegio. La idea de Gastón Gonçalves se impuso casi naturalmente. “Nos pareció que no había nada mejor que esa historia, que surgió de los proyectos de jóvenes”, expresó la profesora Irma Juárez en declaraciones a la agencia Andar, que publicó un amplio informe sobre esta historia.

Secuencia de una reivindicación

En 2015 se realizaron dos elecciones con la participación de toda la comunidad educativa de la EES 10; durante la primera votación, el nombre de Gastón Gonçalves fue el más votado, pero poco tiempo después se conformó el Centro de Estudiantes, que decidió impugnar y volver a realizar el proceso. A fin de año, se hizo otra votación, donde la propuesta volvió a imponerse.

Pero el acto de imposición del nombre se demoró más de tres años. “Después de la elección, presentamos la carpeta con los requerimiento de la reglamentación, no tuvimos ninguna novedad. En 2016, la directora nos avisa que el legajo había sido extraviado en la sede de inspectores regionales. Recuperamos una única carpeta, que tenía todo el material pero ni un sello ni una rúbrica”, explica Juárez.

El año pasado, con una nueva directora en la EES 10, se resolvió hacer nuevamente todo el proceso: “Nosotros revalidamos nuestra propuesta. Volvimos a hacer la presentación, con el apoyo de muchos de los chicos y chicas que habían estado en 2005 y que se volvieron a acercar a la escuela para acompañar el proyecto”, cuenta Juárez.

“No se podían desconocer dos elecciones anteriores, toda la comunidad educativa entendió eso y se acordó que no se iban a postular otros nombres, sino usar el tiempo para dar a conocer la historia de Gastón”.

“Es significativo para la escuela y la comunidad, una marca que conlleva una serie de valores vinculados al ejemplo de lucha, amor y solidaridad de los organismos de derechos humanos. Muy vinculado a todo lo que pasó, pero también a esas luchas por las que seguimos peleando para cambiar el presente”, destaca Juárez.

Cuando Gastón desapareció, estaba casado por segunda vez: su compañera Ana María embarazada de cinco meses, huyó a San Nicolás. Poco tiempo después de dar a luz, la casa donde vivía con compañeros y compañeras de militancia fue asaltada por las fuerzas armadas y de seguridad. Manuel sobrevivió y fue otorgado en adopción por un juzgado de menores; en 1996 recuperó su identidad.

“Gastón vino el año pasado a la escuela y nos dijo, en ese momento, ‘creo que no hay una escuela mejor para que lleve el nombre de papá’”, recuerda la profesora.

Por todo eso, para la comunidad educativa de la EES 10, para los y las estudiantes y docentes que participaron de estos proyectos de Jóvenes y Memoria, el acto de este viernes fue algo especial, la celebración y reivindicación de un logro que costó más de la cuenta.

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