De asesinato a suicidio: el increíble giro de un caso policial en Escobar

Un hombre muerto de 15 puntazos en su dormitorio, un detenido inocente que estuvo un mes preso y la revelación del estudio forense que reencausó la investigación.

Vivienda en la que vivía el Fabián Abusto

Hace un mes y medio, un caso policial conmovió a los vecinos del barrio La Chechela, en Belén de Escobar: un hombre de 56 años era encontrado muerto de quince puntazos en el dormitorio de su domicilio. La escena, de por sí estremecedora, llevó a los investigadores a concluir en un primer momento que se trataba de un homicidio con alevosía.

El hallazgo del cuerpo de Fabián Marcelo Abusto ocurrió el jueves 3 de julio en una vivienda de la calle Bolivia al 800, entre Almafuerte y José Hernández. El descubrimiento se produjo cuando un amigo se acercó al domicilio, preocupado porque no lograba comunicarse con él.

Al ingresar, encontró el cuerpo de Abusto ensangrentado sobre la cama y llamó de inmediato al 911. Personal policial y de emergencias acudió al lugar y, tras constatar la situación, preservó la escena hasta la llegada de la Policía Científica.

La vivienda no presentaba signos de violencia ni de robo. Sin embargo, la cantidad de heridas llevó a las autoridades a descartar rápidamente la hipótesis de un accidente o una muerte natural.

El fiscal Claudio Aundjian, de la UFI N°5 de Escobar, caratuló el expediente como “homicidio” -inicialmente era “muerte dudosa”- y dispuso la intervención de la SubDDI local para avanzar con la investigación.

El caso, que desde el primer momento generó gran repercusión, quedó marcado por el trasfondo de una denuncia previa contra Abusto por abuso sexual agravado contra una joven. Esa circunstancia se convirtió en la línea inicial de la pesquisa, orientando las sospechas hacia un hombre que mantenía un vínculo cercano con la denunciante. Por eso, inicialmente se habló de que sería un caso de “justicia por mano propia”.

Casa delbarrio La Chechela donde ocurrió el crimen
Escenario. La casa en la que vivía Fabián Abusto, sobre la calle Bolivia al 800, en Belén de Escobar.

Preso por un crimen que no cometió

Sobre la base de testimonios recogidos en las primeras horas, los investigadores apuntaron contra un joven de 29 años que trabajaba en una red comunitaria de La Chechela. Se decía que había mantenido un fuerte enfrentamiento con Abusto tras la denuncia de abuso sexual contra su compañera de trabajo. Esa presunta disputa, sumada al trasfondo de la causa, lo colocó rápidamente en el centro de las sospechas como supuesto autor de un crimen por venganza.

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La Policía fue a buscarlo a su domicilio de la calle Florentino Ameghino, lo detuvo y lo acusó de “homicidio agravado por alevosía”, un delito que prevé prisión perpetua. Además, allanaron su vivienda, donde no encontraron elementos que lo incriminen.

No obstante, el fiscal dispuso la prisión preventiva del joven, que pasó tres días alojado en la comisaría 1ra y después fue trasladado a la alcaidía de Campana. Ante la falta de pruebas en su contra –no había cámaras, testigos ni rastros que lo ubicaran en la escena del hecho- y cumplido el plazo máximo de un mes para mantenerlo privado de su libertad, el fiscal Aundjian dispuso su liberación, que el Juzgado de Garantías Nº3 de Escobar avaló e hizo efectivo a partir del 1º de agosto.

“Me dejaron preso un mes, acusándome de un crimen que no cometí”, declaró este medio el joven tras recuperar su libertad. Aliviado por haber quedado al margen de la investigación, pero indignado por el daño sufrido. “Cuando vino la policía a mi casa, me pidieron que fuera a declarar como testigo, porque lo conocía del trabajo. Y cuando llegué, me detuvieron diciéndome que yo había matado a ese tipo”, le contó a El Día de Escobar.

El joven aseguró que siempre estuvo dispuesto a colaborar con la investigación: entregó su teléfono, se sometió a pericias de ADN y a estudios de sus uñas. “Nunca tuve nada que ocultar. Soy totalmente inocente, no tengo nada que ver”, remarcó, con el afán de que su nombre no quede vinculado a este suceso.

Haber atravesado esta situación le causó múltiples padecimientos, que probablemente nunca pueda olvidar. “Me echaron del trabajo, pasé momentos muy difíciles. Me arruinaron la vida”, expresó con amargura.

Fiscal del caso, Claudio Aundjian
Fiscal. A la luz de las pruebas, Claudio Aundjian dispuso liberar al joven que había sido detenido.

El cuerpo que habla

Mientras el joven permanecía detenido, la autopsia sobre el cuerpo de Fabián Abusto comenzó a arrojar resultados que pusieron en duda la hipótesis inicial de homicidio. El informe preliminar ya había generado suspicacias, pero fue el estudio detallado de la médica forense lo que terminó de cambiar el rumbo de la causa.

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La especialista concluyó que las quince heridas no eran compatibles con un ataque. Eran superficiales, de escasa profundidad, y habían sido hechas en un ángulo de 45 grados, impropio de una agresión directa, que suele producir lesiones más profundas y a 90 grados. Esa trayectoria fue clave para descartar la participación de un tercero.

Otro detalle significativo fue el hallazgo de varias toallas debajo del cuerpo, sobre la cama. Según la perito, podría tratarse de un caso de “lesiones por arrepentimiento”, una suerte de ritual autoinfligido similar al harakiri en la cultura japonesa.

Es una hipótesis extrañísima, hasta difícil de creer. Pero hay bibliografía criminalística de estos casos y el informe forense no da margen para otra interpretación”, confió una fuente judicial a El Día de Escobar.

Además, el cuchillo encontrado al lado de la víctima era de su propiedad: un utensilio de cocina con una hoja de 15 centímetros. Para los investigadores, este punto también resultó revelador, ya que en la mayoría de los ataques con arma blanca el agresor suele llevar su propia herramienta y luego deshacerse de ella.

La conclusión final fue que Abusto murió a causa de una laceración en el hígado provocada por una de las heridas en el abdomen. Todo indicaba que se trató de un suicidio, aunque con un método tan violento y poco común que incluso los propios investigadores lo describieron como un caso “fuera de lo normal”.

Con este giro inesperado, el expediente dejó atrás la acusación de homicidio y comenzó a analizarse bajo una perspectiva muy distinta. La detención del joven quedó como una de las aristas más controvertidas de una investigación marcada por dudas, errores y un desenlace tan trágico como desconcertante.

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