Adiós a un apasionado del teatro: falleció “Cacho” Sureda

Sufría un grave problema cardíaco y llevaba varios días en terapia intensiva. Fue actor, director, funcionario público y fundador del teatro Girona.

Sureda había fundado el teatro Girona el 5 de abril de 1989.

La cultura escobarense está de duelo: A los 88 años y víctima de un severo problema cardíaco, este miércoles 6 a la noche falleció Edberto Ulises Sureda, quien fuera fundador y dueño del teatro Girona, además de actor y funcionario público.

“Cacho”, como todos lo conocían, llevaba varios días internado en la unidad de terapia intensiva de la clínica Fátima, donde debía someterse a una operación para que le colocaran un marcapaso. Sin embargo, una neumonía complicó su cuadro y postergó la intervención coronaria.

Por decisión de sus hijos no se realizó un velatorio y su cuerpo fue llevado este jueves a la mañana al cementerio municipal de Belén de Escobar, donde descansará en un nicho del panteón de la Sociedad Cosmopolita.

Un emblema de la cultura

Nacido el 25 de julio de 1924 en el pueblo de Santamarina, partido de Necochea, “Cacho” debutó en teatro en 1944 y luego en cine, en 1947, nada menos que junto a Niní Marshall, “Tito” Lusiardo y Fernando Lamas, en Navidad de los pobres. Llevaba 57 años viviendo en Escobar.

Políticamente se definía radical y tuvo dos pasos por la función pública. Fue secretario privado del intendente Oscar Roque Larghi (1983-1985) y director de Cultura durante un tramo de la primera gestión de Luis Patti (1995-1997). En ese tiempo se inauguró la restauración del teatro municipal y el museo de Escobar, entre otros grandes logros.

Pero su obra máxima data del 5 de abril de 1989, cuando a los 64 años concretó el sueño de fundar un teatro independiente, al que, a modo de homenaje, le puso el nombre de la ciudad catalana en la que había nacido su padre: Girona. Al cumplir dos décadas de existencia, la sala de César Díaz 657 debió cerrar sus puertas por motivos económicos y marcó así el silencioso retiro de “Cacho” de la escena cultural escobarense.

Hombre de una intachable moral, de espíritu emprendedor y una bonhomía que le hizo ganar el afecto de quien tuviera el gusto de tratarlo, “Cacho” era un apasionado, un romántico del teatro, como ya quedan pocos. A tal punto que alguna vez expresó a la revista DIA 32 su deseo de “morir abrazado a una butaca”. Económicamente perdió muchísimo más de lo poco que ganó con el Girona, pero el dinero nunca fue su objetivo.

Pese al dolor y la tristeza por su partida, queda la certeza de que el legado de Sureda seguirá vivo en sus hijos, Graciela, Fernando y Gisela, dignísimos herederos del amor por el arte que su padre profesó fervientemente desde chico y hasta donde sus energías se lo permitieron.

El «clan» Sureda: Gisela, Graciela y Fernando junto a su padre, en el escenario del teatro Girona, en 2009.

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