Escobar ha dado y sigue dando grandes artistas plásticos. Pero seguramente no haya discusión en que Juan Manuel Díaz Puerta es un referente único, sublime. Talentoso, sencillo y carismático, sus creaciones sorprenden al ojo humano y exigen encontrar adjetivos que estén a la altura de las increíbles imágenes que logra con sus pinceles.
Desde hace varios años está radicado en Guatemala. Pero siempre se hace un tiempo para volver a su pueblo. Y en una de esas ocasiones se encontró con ADN Escobarense, para una entrevista a fondo, íntima, entretenida, imperdible, donde se pinta a sí mismo de cuerpo entero.
“Cuando llego es como una inyección de afecto que está buenísima. Me gusta caminar por las calles, tocar. Extraño enormemente mi taller. Acá he pintado y dibujado centenares de cuadros”, comenta la casa de la calle Spadaccini, donde vivió con sus padres y su hermano, José Ignacio.
“Escobar es un lindo pueblo, pase lo que pase. Ha habido grandes cambios. Antes éramos un pueblito y ahora somos Conurbano bonaerense. Pero hay algo en la esencia que me parece bonito, que tiene que ver con los árboles, la naturaleza, el Paraná… Es un pueblo de gente humilde, trabajadora, que no se la cree. Estoy ligado afectivamente a Escobar”, afirma Díaz Puerta.
Cuenta que llegó a Guatemala por invitación de un amigo, Juan Ignacio Insignia, “que estaba muy bien conectado allá con el mundo del arte”. Asegura que “es un país que tiene una cultura muy rica y una tradición de pintores súper importante. Entré en un ámbito con el cual enseguida me sentí muy bien. Aprendí mucho en Guatemala, artística y humanamente”.
También habla de los viajes que, en distintos, momentos de la vida, realizó a Bolivia, Perú y España, experiencias en las que encontró “una gran fuente de inspiración”. “Si cambio de entorno, también cambia mi arte”, sintetiza.
El recorrido por su variada obra, con estilos muy diversos que siempre despliega con una técnica asombrosa, ocupa otro tramo de la entrevista. “Parezco varios pintores distintos”, reconoce. Y explica: “Es algo que se va dando naturalmente. Cuando ya trabajo mucho en una sola cosa, deja de interesarme y me aburro. Quizás es un defecto, porque podría desarrollar más cada tema, pero llega un momento en el que necesito pasar a otra cosa. El riesgo artístico es fundamental”. A la hora de definirse, no lo duda: “Antes que pintor, soy dibujante”.
Su faceta musical también está presente en la charla, ligado desde su juventud y hasta estos días con el bajo “Le he dedicado tanto tiempo o más que a la pintura. He tocado con muy buenos músicos”. En ese repaso recuerda a Búsqueda -su primera banda, en la que tocaba con su hermano-, Auto Stop, Sopa, Viva la Banda, Argentina Atómica y la inolvidable Magdalena, que cada tanto revive en alguna presentación junto al guitarrista Iván Álvarez.
Juan Manuel Díaz Puerta, un artista plástico excepcional y sin fronteras, orgullo de Escobar.