El barrio Itatí está de duelo. Su vecina más conocida, solidaria y querida falleció este viernes a la noche, a los 90 años. Diosinia Sequeira de Barrios era una referente social no solo indiscutida sino también ejemplar, que siempre le tendió una mano a quien la necesitara.
Oriunda de la provincia de Corrientes, vivió un tiempo en Chaco y en la década del ’60 se radicó en Buenos Aires. Así llegó a la localidad de Matheu, ya de grande, casada y con hijos. Seguramente nunca haya imaginado el protagonismo social que tendría ni el legado que dejaría.
Sobre la calle Chaco, donde termina el asfalto de Bancalari, Dionisia fundó el comedor comunitario “María de los pobres”, junto a la capilla de la Virgen de Itatí, que fue construida en 1982 por iniciativa suya y de su marido, Federico Barrios, quien falleció hace más de 30 años.
“Era un momento en el que se empezaban a hacer capillas en cada barrio. Entonces le dije a mi marido que nuestro sacerdote nos necesitaba. Nos arremangamos y empezamos con una capillita en nuestro lote. Teníamos vacas enfrente, en un terreno que nos prestaban. Un día fue a buscar al dueño y le preguntó si se lo podía vender para hacer una capilla y le dijo que sí, y ahí arrancamos a construirla”, le contaba a DIA 32 en una entrevista publicada en 2019.
También recordaba que el comedor tuvo su pico de demanda entre mediados y fines de los ’80, con más de 250 personas que iban a almorzar o a llevarse algo de comida. “Abrimos porque los chicos no tenían nada para comer y me molestó mucho el sufrimiento de las familias, necesitaba ayudar”. Esas dos palabras la pintaban de cuerpo entero.
Petisa y menudita, de voz suave y cálida, con la firmeza necesaria para liderar, el alma sensible y luchadora inagotable, Dionisia Sequeira no podía estar sin hacer algo ni contemplar cruzada de brazos las necesidades del prójimo.
También era una mujer de profunda fe católica y durante varias décadas se desempeñó como catequista en la iglesia barrial. Además, durante mucho tiempo trabajó limpiando casas; en los últimos años cocía a máquina y hacía almohadones y ropa de chicos para juntar unos pesos.
Con el tiempo, el comedor “María de los pobres” se fue convirtiendo en una suerte de centro cultural donde se daba apoyo escolar y talleres de cocina, tejido, crochet, pintura y manualidades, entre otras actividades.
En épocas de campaña electoral, era frecuente que los candidatos la visitaran. Su labor social, además, le valió varios reconocimientos públicos a nivel municipal: los últimos, de los intendentes Sandro Guzmán y Ariel Sujarchuk.
“Me preocupan mucho los más chicos, porque son muy vulnerables. Por eso intento ir a todas las reuniones, estar activa, me gusta rodearme de gente. Ver cómo creció esto es muy emocionante, porque luchamos muchísimo por conseguirlo”, contaba en aquella entrevista.
Dionisia Sequeira tenía 12 hijos, cerca de 50 nietos y de 100 bisnietos. “Mis hijos son lo más grande que tengo, son trabajadores, saben cocinar. Yo les enseñé a poder preparar algo con un pedazo de zapallo, con lo que tengan. Soy muy agradecida a Dios”, decía.
La triste noticia de su fallecimiento fue dada a conocer por la capilla de Itatí, donde este sábado a la tarde se realizó una misa de exequias en su honor.
“Con mucha tristeza y la esperanza puesta en Cristo, queremos despedir a Dionisia, catequista y fiel servidora de Jesús. Gracias por todo el trabajo y servicio realizado a lo largo de todo este tiempo. Rezamos para que el Señor ya la esté abrazando en su gloria”.