Casi diez horas de tensión se vivieron este miércoles 11 en un edificio del barrio porteño de Palermo, donde cuatro delincuentes armados tomaron rehenes y hasta llegaron a amenazar con arrojarlos por un balcón del sexto piso, aunque finalmente se entregaron sin que se registraran heridos.
Los cuatro malvivientes son jóvenes -todos menores de 30 años-, viven en Maquinista Savio, tienen antecedentes policiales y no habrían actuado “al voleo” sino que alguien les dio un dato sobre dinero con que aparentemente contaba la portera del inmueble.
El hecho se inició en el edificio ubicado en la calle Aráoz 1945 cuando los sujetos sorprendieron a la portera mientras limpiaba la vereda y la llevaron hasta el departamento de su hija, ubicado en el sexto piso.
Ahí los sujetos, la mayoría fuertemente armados, tomaron de rehenes a Vanesa, de 33 años, hija de la portera; Julio, de 35, pareja de la mujer, y Candelaria, de 15, nieta de la encargada. Los asaltantes ya tenían antecedentes por hechos similares a los que protagonizaron en Palermo y que mantuvo con máxima tensión a toda la zona, jaqueada por varios hechos delictivos en un radio de pocas cuadras.
Según indicó el comisario Rodolfo Alí, encargado del operativo, los individuos tenían el “dato erróneo” de que en el edificio había dinero que correspondía al pago de expensas y por eso intentaron apoderarse de él.
Una vecina oyó los gritos de la portera al momento de ser reducida y alertó al 911, por lo que varios móviles policiales se dieron cita en el lugar. Al observar la presencia policial bloqueándoles la posibilidad de fuga, los malvivientes decidieron resistir su detención tomando rehenes.
Los ladrones, con la portera como rehén inicial, fueron hasta el sexto piso donde vive su hija y redujeron a todos los ocupantes del departamento. Momentos de extrema tensión se vivieron cuando la policía intentó ingresar al departamento, y los malvivientes, muy nerviosos, amenazaron con arrojar a los rehenes por el balcón si los uniformados no se alejaban de la puerta.
La policía retrocedió y allí comenzó la negociación con especialistas del Grupo GEOF.
En varias ocasiones, los delincuentes salieron al balcón teniendo amenazados a los rehenes y mostrando que estaban armados.
El comisario Alí señaló que lo único que pidieron los individuos fue la presencia de sus familiares “como garantía” para entregarse, pero por la distancia entre Palermo y Savio se demoró en traerlos.
“Sabían que estaban perdidos, como ellos dicen en su jerga, y por eso también se entregaron, pero con la salvedad de que querían a sus familiares presentes”, añadió Alí.
Cerca del mediodía, los malvivientes liberaron a Dora, la portera del edificio, quien se encontraba bajo una fuerte crisis nerviosa, y retuvieron como rehenes a sus familiares.
Minutos antes de entregarse, accedieron a dejar en libertad a Candelaria, la rehén adolescente. Una vez que llegaron sus familiares al edificio, y cuando ya llevaban casi 10 horas en el lugar, los sujetos liberaron a los últimos rehenes, se entregaron a la policía y fueron trasladados fuertemente custodiados al juzgado interviniente.
Los canales de noticias dieron amplia cobertura a la toma de rehenes en el edificio de la calle Aráoz.
Casi diez horas de tensión se vivieron este miércoles 11 en un edificio del barrio porteño de Palermo, donde cuatro delincuentes armados tomaron rehenes y hasta llegaron a amenazar con arrojarlos por un balcón del sexto piso, aunque finalmente se entregaron sin que se registraran heridos.
Los cuatro malvivientes son jóvenes -todos menores de 30 años-, viven en Maquinista Savio, tienen antecedentes policiales y no habrían actuado “al voleo” sino que alguien les dio un dato sobre dinero con que aparentemente contaba la portera del inmueble.
El hecho se inició en el edificio ubicado en la calle Aráoz 1945 cuando los sujetos sorprendieron a la portera mientras limpiaba la vereda y la llevaron hasta el departamento de su hija, ubicado en el sexto piso.
Ahí los sujetos, la mayoría fuertemente armados, tomaron de rehenes a Vanesa, de 33 años, hija de la portera; Julio, de 35, pareja de la mujer, y Candelaria, de 15, nieta de la encargada. Los asaltantes ya tenían antecedentes por hechos similares a los que protagonizaron en Palermo y que mantuvo con máxima tensión a toda la zona, jaqueada por varios hechos delictivos en un radio de pocas cuadras.
Según indicó el comisario Rodolfo Alí, encargado del operativo, los individuos tenían el “dato erróneo” de que en el edificio había dinero que correspondía al pago de expensas y por eso intentaron apoderarse de él.
Una vecina oyó los gritos de la portera al momento de ser reducida y alertó al 911, por lo que varios móviles policiales se dieron cita en el lugar. Al observar la presencia policial bloqueándoles la posibilidad de fuga, los malvivientes decidieron resistir su detención tomando rehenes.
Los ladrones, con la portera como rehén inicial, fueron hasta el sexto piso donde vive su hija y redujeron a todos los ocupantes del departamento. Momentos de extrema tensión se vivieron cuando la policía intentó ingresar al departamento, y los malvivientes, muy nerviosos, amenazaron con arrojar a los rehenes por el balcón si los uniformados no se alejaban de la puerta.
La policía retrocedió y allí comenzó la negociación con especialistas del Grupo GEOF.
En varias ocasiones, los delincuentes salieron al balcón teniendo amenazados a los rehenes y mostrando que estaban armados.
El comisario Alí señaló que lo único que pidieron los individuos fue la presencia de sus familiares “como garantía” para entregarse, pero por la distancia entre Palermo y Savio se demoró en traerlos.
“Sabían que estaban perdidos, como ellos dicen en su jerga, y por eso también se entregaron, pero con la salvedad de que querían a sus familiares presentes”, añadió Alí.
Cerca del mediodía, los malvivientes liberaron a Dora, la portera del edificio, quien se encontraba bajo una fuerte crisis nerviosa, y retuvieron como rehenes a sus familiares.
Minutos antes de entregarse, accedieron a dejar en libertad a Candelaria, la rehén adolescente. Una vez que llegaron sus familiares al edificio, y cuando ya llevaban casi 10 horas en el lugar, los sujetos liberaron a los últimos rehenes, se entregaron a la policía y fueron trasladados fuertemente custodiados al juzgado interviniente.