Un símbolo perdido: ¿por qué cerró la calesita de la estación de Escobar?

Funcionaba desde 1979 y era un ícono de la ciudad. “Tener que irnos se siente como que te claven un puñal”, afirma su administradora.

la calesita de la estación desarmada

Tras cinco décadas de risas infantiles y vueltas interminables, la emblemática calesita de la estación de Belén de Escobar se despide para siempre. Varias generaciones de niños disfrutaron de sus giros y melodías, creando gratos momentos y recuerdos imborrables. Aunque su sorpresivo cierre marca el fin de una etapa, su historia quedará impregnada en la memoria de la comunidad.

Situada sobre la calle Colón, a pocos metros de la avenida Tapia de Cruz, la calesita se convirtió en un símbolo de la ciudad y uno de los espacios de recreación preferidos de los más chicos. Se instaló en 1979 y su primer administrador fue Luis Toledo. En sus inicios, el carrusel estaba en la esquina de Colón y Travi, pero lo reubicaron en la década del 90.

“Cuando mi suegro trajo la calesita a la ciudad, abonaba un alquiler a Ferrovías. Luego, la empresa concedió a la Municipalidad un permiso para usar el terreno. El intendente de ese momento, Luis Patti, trasladó el carrusel al sitio actual y se lo entregó al ‘viejo’, como él lo llamaba. ‘Tenés que dejarla acá, este lugar es para vos’, le decía”. Quien le cuenta esto a El Día de Escobar es la nuera de Toledo, Olga Cisneros.

Desde ese momento y hasta la actualidad, el emblemático carrusel continúa bajo el manejo de la misma familia. Como es de esperar, tras casi cinco décadas de tradición en el partido de Escobar, miles de historias se esconden detrás de aquella calesita.

los asientos de la calesita desarmados
Desarmada. La emblemática calesita funcionó por última vez en agosto de 2024.

Su desmantelamiento empezó hace varias semanas y, por supuesto, no pasó inadvertida. Muchos vecinos publicaron fotos en las redes sociales lamentando la situación, compartiendo sus vivencias en ese lugar y preguntándose los motivos del cierre.

Este juego mecánico, que frente al avance de la tecnología y del tiempo puede parecer simple o anticuado, no cumplía simplemente con la función de entretener a los niños. “Atendíamos a muchos chicos con espectro autista, por ejemplo, que venían a la calesita o a la cama elástica. Todo era parte, digamos, de su terapia”, comenta Florencia Toledo, hija de Olga y de Luis, y tercera generación que dirige el negocio.

“Hay una nena, por ejemplo, que no habla nada. Tiene seis años y yo la conozco desde los tres. No habla una sola palabra, pero nosotros sabemos que ella da diez vueltas en la carreta, y todos ya sabemos que es suya”, agrega.

“También funcionaba como un lugar de encuentro para parejas separadas. Por ejemplo, había un papá que venía desde Rosario. Se tomaba el tren a las 5 de la mañana y llegaba acá a las 10. Esperaba al mediodía hasta que le trajeran a la nena, la llevaba al Burger King y después la traía a la calesita”, relata Florencia.

Niños en la calesita
Alegría. Niños y adultos disfrutando de una tarde de juegos en la calesita de la estación.

“Con el tiempo nos hicimos amigos. Dejaba su mochila, sus cosas, todo de la nena, se iba un rato a la plaza, dormía en la plaza, abajo de las mesas de ping pong y al otro día, al mediodía, volvía con la nena. Cuando terminaban sus jornadas de visita, tomaba el tren y volvía a Rosario”, completa.

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Otra particularidad que pocos conocen es que esta calesita es una auténtica joya artesanal, según sus propietarios. “Fue fabricada en Santa Fe sin motor y originalmente era tirada por caballos. Es la única de su tipo en todo el país y completamente hecha a mano. Sus caballos originales -actualmente guardados- fueron tallados en cedro por un artista francés hace como 100 años. Se hicieron catorce piezas para ese carrusel”, aseguraron. Esto lo convierte no solo en un símbolo del distrito, sino también en un patrimonio cultural único.

Sin dudas, la calesita del parque de la estación supo ser un punto emblemático en la ciudad. Como estas historias, seguramente haya miles. Por eso, a pesar de que ya sea parte del pasado, su legado seguirá vivo en la comunidad escobarense, ya que cada vuelta trajo consigo alegría y un sinfín de recuerdos que permanecerán en la memoria de quienes alguna vez hayan podido disfrutar de sus encantos.

Los motivos del adiós

El desmonte de la calesita, tras 46 años de tradición, suscitó la curiosidad de los vecinos respecto a cuáles serían los motivos por los que se decidió removerla. “Lamentablemente, nosotras no tomamos la decisión. No es que dijimos ‘uy, esto no lo podemos mantener, lo cerramos’”, advierte Florencia.

“Un día estábamos trabajando y se acercó un chico del Municipio a pedirnos la habilitación. Se la dimos, nosotros teníamos todo en regla, pero nos informó que ese permiso era solamente para su titular, Luis, mi marido, y que nos teníamos que ir en un lapso de 10 días. Esto fue a mediados de julio del año pasado”, afirma su madre.

Tras recibir semejante noticia, la familia se hizo presente en la Municipalidad para pedir explicaciones, pero nadie pudo darle una respuesta concreta. “Lo que sí nos dijeron es que no querían la calesita ahí ni en ningún otro lado, entonces pedí una reunión con el secretario de Comercio y les dejé mi número”, señala Olga.

“Al poco tiempo se contactó una persona que yo conozco y me dijo que íbamos a resolver el tema del traslado, porque era imposible desarmar todo en 10 días. Me dijo que no me preocupara y me dejaron un contacto para que yo diera aviso los días que íbamos a ir y que me abrieran el lugar, para que podamos seguir trabajando hasta entonces”. Pero nunca les contestaron “en tiempo y forma para poder abrir” y así aprovechar las vacaciones de invierno.

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la plataforma y los asientos de la calesita, listos para ser trasladados
Traslado. En los próximos días, la calesita será reubicada en la ciudad de Del Viso.

“Desde el Municipio, planteaban, por ejemplo, que no estábamos abiertos todos los días. Y la realidad es que nosotros entendíamos que un padre, tío o responsable de un niño, capaz no puede pagarle una vuelta de calesita al chico todos los días. Entonces, teniendo en cuenta eso, abríamos puntualmente ciertos días”, explica Florencia.

“El único día que pudimos entrar fue en el Día del Niño, pero la verdad que la forma en que se manejaron me pareció una tomada de pelo. Yo soy una mujer grande como para tener que estar corriendo gente de atrás. Entonces decidimos cerrarla definitivamente hasta resolver el tema del traslado”, comenta Olga, decepcionada.

“Más allá de la parte económica, es una lástima por todos los chicos a los que les gustaba ir a esa calesita en particular, nos da pena. Yo de algunos padres tengo los números y les puedo avisar que nos vamos a trasladar”, cuenta Florencia. “Incluso el intendente actual ha venido mil veces con sus dos hijas”, acota Olga.

La familia ya consiguió un lugar para reubicar la calesita: la estación de Del Viso, de donde son oriundos. “Creo que en estos días van a enviar gente desde el Municipio para terminar de desarmar todo, subirlo a un camión y trasladarlo. Hay una plaza y unos juegos y nos consiguieron un espacio ahí. De todas maneras, tener que irnos de Escobar se siente como que te claven un puñal”, concluye la mujer.

La respuesta del Municipio

Al ser consultados por El Día de Escobar sobre esta situación, desde el Municipio dieron una versión distinta sobre el cierre de la calesita. “Desde hace más de un año se constató que la mayor parte de los días estaba cerrada y que había juegos anexos en pésimo estado, constituyendo incluso un peligro para los chicos y chicas que juegan allí”.

“Por estos motivos, en varias ocasiones el Municipio labró actas donde consta lo dicho. De mutuo acuerdo con el propietario se llegó a la decisión de sacar la calesita. A tal punto fue de manera consensuada que el Municipio puso operarios y vehículos para desarmar y trasladar la calesita”, afirmó una fuente del Ejecutivo.

Como dijo su dueña actual, el carrusel será reubicado en un predio del partido de Pilar, con ayuda del Municipio. Por otra parte, el destino de la parcela que ocupaba todavía no estaría definido.

“Se evaluará qué hacer en la parcela donde estaba instalada la calesita, aunque la primera acción será la puesta en valor y el embellecimiento del espacio en una de las principales plazas del distrito”, aseguraron desde el Palacio Municipal.

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