Inmensas cantidades de basura están siendo removidas en la cuenca del Arroyo Escobar. Quienes participan de los barridos quedan perplejos, no solamente frente al volumen de desechos, sino también ante el tipo de residuos que hay en el agua. Las botellas de plástico y los envoltorios de comida representan el principal problema, aunque también se han encontrado desde electrodomésticos hasta autopartes.
Heladeras, microondas, televisores, cubiertas, llantas y paragolpes de autos son algunos de los llamativos elementos hallados en los recientes operativos de limpieza que se hicieron en Belén de Escobar, a la altura de la autopista Panamericana.
La cuenca del arroyo tiene una superficie aproximada de 296 kilómetros cuadrados. Su recorrido involucra parte de los territorios de seis municipios: Escobar, Malvinas Argentinas, Pilar, José C. Paz, General Rodríguez y Moreno.
La contaminación es mayor en el partido de Escobar porque es el último de la cuenca. Esto hace que la mayoría de la basura arrojada aguas arriba termine amontonándose en esta zona.
Debido a los altos niveles de contaminación, semanas atrás comenzó un proyecto para sanear el área más crítica, que abarca una extensión de tres kilómetros, entre Ingeniero Maschwitz y Belén de Escobar. El foco está puesto en aquellas zonas en las que el arroyo forma un recorrido curvilíneo, donde se acumulan muchos más desechos que en otras ubicaciones.
En el último mes se hicieron dos operativos. El primero transcurrió a fines de mayo, a la altura del barrio privado La Celina. Participaron el equipo de mantenimiento de la Dirección de Hidráulica de la provincia de Buenos Aires, Defensa Civil y las secretarías de Espacios Públicos y de Infraestructura del Municipio.
El segundo se llevó a cabo el pasado 1º de junio a la altura de la Reserva Natural Educativa de Ingeniero Maschwitz. Junto a personal del Municipio, colaboraron organizaciones defensoras del medioambiente como Parley for the Oceans, COA Pava de Monte y Germinar. También se sumaron Guardavidas del Paraná de las Palmas, Asociación de los Amigos de la Reserva, Los Talares, Eco Rotary Ingeniero Maschwitz y Fundación Temaikèn. En total, cerca de setenta personas participaron de la actividad.
“Contamos con dos barcazas que nos prestó Defensa Civil y después usamos herramientas más artesanales para sacar la basura que va pasando o se encuentra estancada en el arroyo”, explica la subsecretaria de Desarrollo Sostenible del Municipio, Mariana Campbell, a El Día de Escobar.
El barrido de la reserva abarcó 300 metros del cauce. Según la funcionaria, “fue un punto estratégico, ya que es una zona de biodiversidad que alberga especies de fauna y flora nativa”. “Ahí, durante la última tormenta fuerte que tuvimos en diciembre se cayó un árbol en la costa y eso dio una mano importante para que se detenga toda la contaminación que viene desde aguas arriba. Pudimos juntar gran parte, pero todavía falta bastante”.
A su vez, Campbell advierte que “el plástico representa el mayor problema, porque no se degrada naturalmente. Solo se fracciona y termina fraccionándose en microplásticos, que después terminamos consumiendo de alguna manera. Se dice que una persona por mes se come una tarjeta SUBE. Y también se estima que para 2050 va a haber más plástico que peces en el mar. Así que hay que tener un poco más de conciencia”, remarca.
Desde la Comuna señalan que este tipo de iniciativas están pensadas “no solamente para prevenir inundaciones en la cuenca del Río Luján, sino que también buscan preservar el entorno natural y promover un ambiente más saludable para la comunidad”.
Las tareas de saneamiento continuarán una vez al mes hasta eliminar todos los residuos y recuperar el esplendor del caudal. Quienes quieran sumarse a esta causa pueden inscribirse como voluntarios en la plataforma Escobar360.
Promover la educación ambiental
Desde Escobar Sostenible se promueve la educación ambiental con diversos programas, como Escuelas por el Ambiente y Capacitaciones Sostenible, que abarcan tantos a chicos como a adolescentes, jóvenes y personas adultas.
El objetivo es “concientizar a los vecinos sobre la importancia de la preservación de las áreas naturales”, además de “incentivarlos a generar la menor cantidad de residuos posible, a que reutilicen y a que reciclen en sus casas, de ser posible”, concluye Campbell.