Una curiosa situación ocurrió días atrás cerca del muelle del río Paraná de las Palmas, en la costanera de Escobar, donde apareció un ciervo de los pantanos visiblemente herido. El animal, que pertenece a una especie protegida y suele habitar en sitios boscosos, se encuentra ahora en plena rehabilitación tras haber sido rescatado.
Agentes de Prevención Comunitaria que patrullaban la costanera advirtieron la presencia del ciervo y enseguida comunicaron el caso al Hospital Municipal de Zoonosis. Su personal se trasladó al lugar y constató que el animal, un macho adulto, tenía una fractura en la tibia y carecía de cuernos, una característica distintiva de la especie.
Debido a esta lesión, los especialistas contactaron a la Fundación Temaikèn para coordinar una mejor atención. Representantes de la institución acudieron al sitio, sedaron al animal y lo trasladaron al centro de rehabilitación que funciona en el bioparque homónimo.
Actualmente, el ciervo se encuentra en pleno proceso de recuperación. Al igual que en casos anteriores, una vez que reciba el alta veterinaria será reintroducido en su hábitat natural.

Desde el Municipio recordaron la importancia de respetar a la fauna silvestre y evitar su captura o manipulación. “Las especies de la fauna silvestre no son mascotas. Retirarlas de su medio ambiente está contraindicado y penado por la ley”, señalaron en un comunicado.
Las autoridades instaron a la comunidad a denunciar cualquier situación similar a la Dirección de Zoonosis, llamando al (0348) 426-2809 o a través del sistema Ojos y Oídos en Alerta. La colaboración ciudadana es clave para proteger la biodiversidad y garantizar la preservación de especies en peligro.

Una especie emblemática y protegida
El ciervo de los pantanos es el mayor cérvido de Sudamérica y habita en humedales y zonas inundables de Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia. Su pelaje es rojizo y presenta patas largas adaptadas a terrenos fangosos. Es una especie protegida debido a la pérdida de su hábitat, la caza furtiva y la contaminación de los ecosistemas acuáticos donde se desarrolla.
Este ciervo es solitario y de hábitos crepusculares, alimentándose de plantas acuáticas y gramíneas. Los machos poseen astas ramificadas que renuevan anualmente. Son excelentes nadadores y pueden recorrer grandes distancias en busca de alimento y refugio, lo que los hace clave para la biodiversidad de los humedales, ya que ayudan a dispersar semillas y regular el crecimiento vegetal en su entorno.
A pesar de su importancia ecológica, el ciervo de los pantanos enfrenta amenazas como el avance de la urbanización, la ganadería y la degradación de los humedales. Está catalogado como «vulnerable» por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). La protección de su hábitat y la concientización sobre su conservación son fundamentales para garantizar la supervivencia de esta emblemática especie sudamericana.