La Justicia condenó este viernes 19 a prisión perpetua al herrero Richard Fabián Souto y a cuatro de sus allegados y familiares por el secuestro y asesinato del adolescente Matías Berardi, perpetrado en septiembre 2010.
El Tribunal Oral en lo Criminal 3 de San Martín dictó perpetuas para Souto, Néstor Facundo Maidana, Damián Sack, Gabriel Raúl Figueroa y Gonzalo Hernán Alvarez.
A ellos los consideró coautores del “secuestro extorsivo agravado por empleo de arma de fuego, por ser en perjuicio de un menor de 18 años, por el número de intervinientes y por haberse causado intencionalmente la muerte de la víctima”.
Además, condenó a 24 años a la esposa de Souto, Ana Cristina Moyano, tal como había pedido la Fiscalía, y dictó penas levemente inferiores para cada uno del resto de los imputados.
Así, el tribunal condenó a 21 años de cárcel a Federico Esteban Maidana, a 19 años a Celeste Mónica Moyano, a 18 años a Elías Emanuel Vivas y a 17 años a Jennifer Stefanía Souto -quien estalló en gritos y llantos al momento de escuchar su sentencia-, mientras absolvió a una joven que era menor al momento de los hechos y no fue acusada por la Fiscalía.
En medio del escándalo, el juez a cargo del tribunal amenazó con desalojar la sala si no se guardaba silencio para terminar de leer el veredicto, y cuando finalizó los familiares de Matías cerraron con un aplauso.
La Justicia también ordenó investigar el delito de asociación ilícita y consideró “reincidentes” a algunos de los acusados, un detalle que complicaría las aspiraciones a los defensores para que accedan a la libertad una vez cumplidas las dos terceras partes de la pena.
Al escuchar el fallo dictado por los jueces Elbio Osores Soler, Lidia Soto y Germán Castelli, cuando la audiencia ya se había dado por terminada, los condenados comenzaron a gritar e insultar a la familia de la víctima. Incluso uno de ellos dijo que saldría en poco tiempo. Además de haber tenido por la mañana la oportunidad de decir sus últimas palabras, se habían enojado con los fotógrafos y camarógrafos porque no querían ser retratados.
En tanto, el tribunal dictó la absolución para la hija menor de Souto, que tenía 16 años al momento del crimen y quien -según los testigos- habría sido quien gritó a sus vecinos que Matías era un ladrón cuando el chico quiso escapar y pidió ayuda.
La Fiscalía no la había acusado precisamente porque era menor, pero la familia de Matías apelará al Tribunal de Casación Penal bonaerense esa absolución y también reclamará que los sentenciados reciban reclusión perpetua (no prisión) para que no puedan salir en libertad.
Los fundamentos del fallo se conocerán recién el 20 de mayo, y a partir de entonces los que no estén de acuerdo podrán apelar ante Casación bonaerense.
Matías Berardi fue secuestrado el 28 de septiembre de 2010 cuando regresaba en una combi de un baile en la Capital Federal a su casa de Ingeniero Maschwitz.
El chico bajó en una estación de servicio de ruta 26 y Panamericana, Ramal Pilar, para después ir a su domicilio. La madre de Matías recibió un llamado donde le exigían un rescate de mil pesos y objetos de valor pero terminaron exigiendo 30 mil pesos.
El chico estuvo cautivo en un taller de Benavídez. En un momento escapó y pidió ayuda, pero los delincuentes lo alcanzaron y convencieron a la gente de que era un ladrón que huía. Un día después lo llevaron hasta un camino de tierra en Campana y lo mataron con dos tiros en la cabeza.
“Lo último que dijo Matías fue ‘gracias’, contó un vecino que lo alcanzó a ver. Eso le queremos decir a los que declararon en el juicio. Ahora ayúdennos a que no salgan”, dijo María Inés Daverio, la madre de Matías Berardi, al termino del juicio oral.
La mujer afirmó que los acusados “se mantuvieron callados, riéndose” en el transcurso juicio oral y “tuvieron oportunidad de declarar durante seis meses”.
“Ahora que griten… Mi hija es chica y se piensa que son víctimas. Acá la víctima es Matías -dijo la madre-. El tema de los menores es muy controvertido. Acá la menor era consciente (de lo que sucedía), tenía una formación secundaria y podía haber impedido (el crimen). Ella tenía 16 años, Matías también tenía 16”, sostuvo.
La mujer dijo que estaba “conforme” al menos con las perpetuas, pero el abogado anticipó que apelará para conseguir el agravamiento de las penas.