Escalofriantes y reveladores detalles sobre el asesinato del remisero en Garín

A medida que pasan las horas van trascendiendo nuevos entretelones del aberrante crimen. La insólita manera en que el presunto homicida fue detenido en Entre Ríos, dónde habría matado al chofer y por qué lo abandonó frente a una escuela.

Detenido. Policías entrerrianos trasladaron a Acosta hasta Campana horas después de haberlo arrestado.

A medida que pasan las horas van trascendiendo nuevos entretelones del aberrante crimen. La insólita manera en que el presunto homicida fue detenido, dónde habría matado al chofer y por qué lo abandonó frente a una escuela.

A medida que transcurren las horas, van trascendiendo escalofriantes y reveladores detalles sobre el caso del remisero asesinado el lunes a la madrugada en Garín, quien fue abandonado en el baúl de su auto a metros de una escuela primaria y cuyo presunto homicida fue detenido en las últimas horas de ese día en Entre Ríos.

“Despistado, tambaleante, como drogado”. Así fue visto Lucas Acosta al bajarse de un ómnibus de la empresa 21 Tour en la localidad de Sauce de Luna. A los policías que custodiaban la terminal les llamó tanto la atención que se dirigieron hacia él para identificarlo. Jamás hubieran pensado que ese joven de 22 años podría ser el autor del salvaje crimen que a esa altura ya era noticia nacional.

Cuando se le acercaron, los uniformados notaron que la gorra que llevaba tenía sangre. Por esas y otras razones que lo tornaban sospechoso, decidieron llevarlo hasta las oficinas de la comisaría.

En el camino, Acosta les habría confesado que llevaba “drogas y armas” en sus bolsos. Como quien revela un pecado menor para eludir el castigo que merecería por actos mucho peores. Los policías entrerrianos se comunicaron con la Departamental de Federal, desde donde enviaron personal especializado y un can entrenado que corroboraron la veracidad de los dichos de Acosta.

Como en su DNI figuraba que vive en Garín, los policías se comunicaron con la comisaría de la localidad para notificar la situación. Fue recién ahí cuando se enteraron que ese Acosta estaba sospechado de haber asesinado, esa misma mañana, al remisero Claudio Verón (38).

Ante esa novedad, funcionarios del área de Criminalística de la Policía de Entre Ríos le realizaron la prueba de dermotest, que consiste en descubrir los nitratos de pólvora en los planos superficiales de la piel de quien disparó un arma.

Acosta, que había relatado que se bajó en Sauce de Luna porque tendría allí algunos amigos, llevaba consigo una escopeta del calibre 16, recortada de caño culata, un aire comprimido, 35 cebollines de marihuana, cuatro mil pesos y una PlayStation, además de diversos elementos que serían del remisero asesinado y puesto en el baúl de su auto, tales como un GPS, teléfonos celulares y herramientas.

Pasadas las 6 de la mañana fue trasladado desde Sauce de Luna a dependencias de la Departamental de Policía de Federal, desde donde luego fue llevado a Campana, según consignó el portal Junio Digital, de Sauce Grande, Concordia.

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Víctima. Amante de los caballos y la doma, Verón trabajaba eventualmente en la agencia de remises.

Tesis sobre un homicidio

Cómo, por qué y cuándo Acosta mató a Verón son algunas de las preguntas más elementales que se hacen los investigadores y cuya respuesta esperan lograr del imputado. Pese a que al respecto no hay información oficial, fuentes consultadas por El Día de Escobar dejaron trascender algunos indicios de cómo se habrían desarrollado los acontecimientos entre los últimos minutos del lunes y los primeros del martes.

Según la versión, Acosta había vuelto de Entre Ríos y tomó el Fiat Siena gris en la agencia de remises que está en el parador de la Colectora Oeste. Verón, que vivía en Loma Verde junto a su esposa e hijos, trabajaba allí eventualmente y no tenía horarios, ya que la dueña es amiga de su madre. Por eso al coordinador no le extrañó tanto que después de ese viaje no regresara.

Siguiendo con el relato al que accedió este medio, Acosta le pidió a Verón que lo llevara hasta su casa, en el mismo barrio donde luego sería encontrado. Antes de bajarse le robó, el chofer se habría resistido y entonces decidió dispararle mortalmente y a quemarropa en el pecho.

Al tomar conciencia de la gravedad de sus actos, atinó a huir. Pero antes abandonó el auto a metros de la escuela 30. ¿Por qué justo ahí? “Porque enfrente de donde dejó el Siena vive una familia con la que tiene problemas y a la que, de esa manera, quería involucrar en el hecho”, sería la explicación.

Tan errático en su andar, Acosta no pudo escapar si quiera un día al brazo de la ley. Antes de que se cumplan 24 horas, su aspecto lo delató y el caso comenzó a esclarecerse poco a poco con las aberrantes características narradas a lo largo de esta nota.

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